sábado, 20 de octubre de 2007

LA TOMA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


LA TOMA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

(Elementos Basicos para la Reflexión en la lucha contra
acciones terroristas , crimen transnacional organizado y delincuencia común asociada )

PRIMERA PARTE: Perspectiva Terrorista

SEGUNDA PARTE: Perspectiva Delicuencial Común


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ADVERTENCIA

La primera parte de este documento  se elabora en la tarde del 27 de abril de 1993 ,día en que un grupo armado efectúa la toma del Poder Judicial . El documento queda listo  en menos de doce horas horas  y aporta algunos elementos de juicio a los señores diputados desde dos perspectivas.
La primera parte de este documento se centra en acciones narco- terroristas de corte político-económico (pues esa es la versión inicial que difunden los medios de comunicación). Luego, a raíz de nuevas revelaciones se agrega la segunda parte que contiene elementos de juicio para analizar el hecho desde la vertiente de un acto de delincuencia común.
Por la premura en la confección de este documento debe quedar claro que no necesariamente los planteamientos y las referencias bibliográficos están en la línea de demostrar ninguna hipótesis previa; así como tampoco se deben aplicar taxativamente al caso de la sociedad costarricense, sino más bien se enmarcan en el deseo de delinear, sugerir y esbozar sugerencias que permitan una reflexión más rica y por lo tanto más pluralista que es el trabajo propio, característico, de la Asamblea Legislativa.
De todas maneras a raíz de los planteamientos teóricos de los científicos sociales postmodernistas, hoy día no es posible circunscribir ningún planteamiento a ninguna escuela, doctrina o corriente, pues todas, indefectiblemente, se encuentran obsoletas frente al cambio de los grandes paradigmas universales y los nuevos aún están en proceso de ser elaborados, pero esta vez desde nuevas perspectivas, también en proceso de surgimiento social, pero ya no como obras de diseño de ingeniería social de pensadores "iluminados", sino por la confluencia libre y espontánea de nuevos actores sociales que emergen a la superficie bien desde las ciencias sociales (antiguos cotos reduccionistas) o bien desde la cotidianeidad societaria (antiguas expresiones limitantes), para crear un anticipo del siglo XXI, caleidoscópico, más libre y es de esperar más solidario, más consensual y por lo tanto más humano.
Es necesario agregar que este documento es el resultado de una agregación de diferentes ideas a las que -pese al breve tiempo que por razones obvias debía tomar su confección- se ha buscado, darle un tratamiento de visión organizada.

MSc. Jorge Poveda Quirós
DIRECTOR DEPTO. SERVICIOS PARLAMENTARIOS



PREMISAS REFLEXIVAS

 Si hemos escogido la opción de vivir en democracia es menester perfeccionarla para que sea parte de todos y no sólo para algunos y he aquí que nos encontramos que la democracia no es un hecho inmóvil, mineralizado, estático. Es un proceso: se mueve dentro de dificultades, y su debilidad o su vigor depende de múltiples factores e influencias, porque entre otras cosas, la democracia es una vocación cultural, es una sensibilidad y una actitud ética.
De allí que la democracia que busque ser plena tenderá a ser compleja, ya que -al contrario-, en cualquier régimen autoritario será simple, puesto que se parte únicamente de una voz central, de un punto de referencia en la información y en el mando- aunque en el fondo haya una clásica división de poderes.
Como la democracia es esencialmente multipolar, polifacética -y por supuesto- complicada, de ahí deriva su enorme fuerza potencial; pero esa fuerza debe ser estructurada, organizada, canalizada para que sea instrumento efectivo y trascendente.
Las debilidades de la democracia costarricense emanan precisamente de haber sucumbido a la tentación del facilismo en la conducción de la cosa pública, pero la Asamblea Legislativa -sin embargo- no debe ni puede permitir que tal cosa continúe ocurriendo, por lo que -imbuidos del mismo pensamiento- los otros dos presidentes de los otros poderes de la República, permite aseverar que comparten idéntico criterio, cada uno dentro de su ámbito de acción propio y su propia filosofía.
La única manera de salir al encuentro de las dificultades comunes, para superarlas en común, es poner virtualmente -pero en todo momento- hombro con hombro para darle apoyo a la verdad, a la justicia, a la libertad, o a la solidaridad como contenidos abstractos o de concatenar pensamiento y enlazar manos para hacer frente -como ahora- a un peligro concreto que se abate sobre todos.

Sin embargo, esa tarea es demasiado compleja para que sea responsabilidad en exclusiva de la Sociedad Política y se impone como nunca la colaboración coordinada de la Sociedad Civil, porque el problema es de la Sociedad Global.
Y cabe preguntarse hay crisis entonces...? Sí, pero éstas no son malas por si mismas; son apenas encrucijadas, tensiones, conflictos del crecimiento y complejidad de la vida en sociedad, y por eso deben ser también módulo, punto de encuentro; momento para la reflexión y espacio para el ágora republicana.



PRIMERA  PARTE

1. BREVE VISION DEL TERRORISMO

Definición: Según la Enciclopedia Jurídica OMEBA, el terrorismo se define como "la doctrina que funda en el terror sus procedimientos para alcanzar sus fines determinados". Cabe señalar que se define también como "un medio que permite a estos grupos a través de la dominación por el terror, de manera coercitiva y por medio de la violencia, alcanzar sus propósitos".
En material legal, específicamente en Derecho Penal, los actos terroristas se manifiestan mediante la ejecución repetida de delitos por los cuales se crea un estado de alarma o temor en la colectividad o en grupos sociales o políticos, cuya trascendencia se liga -generalmente- a la publicidad.

Historia .- Los actos de terrorismo son tan antiguos como graves; y hay épocas en las que el terrorismo se va transformando tanto en su manifestación como en su repercusión, de modo tal que hasta fueron encarados con benignidad en el mundo filosófico y teológico.
Según Francisco Carrara, en la historia del terrorismo se pueden delimitar tres períodos:
1.- El terrorismo aparece con los pueblos más antiguos y llega hasta Roma Republicana.
2.- Empieza con el Imperio Romano hasta 1876
3.- Reaparece en el período "contemporáneo" que comprende desde 1876, hasta la aparición de Códigos modernos, en los que surge la nueva noción del delito contra la seguridad del Estado con su división de ofensas a la seguridad interna y externa de la Nación.
Requiere aclararse que hacer la historia de los delitos de terrorismo implicaría describir la historia de los Imperios de Oriente, de los reyezuelos africanos y de la mayoría de las naciones occidentales. Lo que es indudable es que el terrorismo, abierto o disfrazado ha servido de arma a innumerables gobernantes para imponer sus ideas o mantenerse en el gobierno.
Incluso -hasta la Segunda Guerra Mundial- todavía la Iglesia Católica -aunque ya más tibiamente- aún mantenía el concepto de guerra justa (Justum Bellum) que en muchas ocasiones revestía las características de enfrentamientos o alzamientos generalizados y -en otros casos- de simples actos de terrorismo, o aún de vandalismo.
Haciendo una revisión cronológica del terrorismo moderno, a partir de los años 60, es posible observar que la mayoría de los delitos de este tipo -por no decir la totalidad de estos- responden a fines políticos y para citar algunos se debe recordar los casos suscitados en Argentina, en Bolivia, en Perú y en Uruguay, o bien en Italia, Alemania, Gran Bretaña, Japón, España.
En América Latina desde los años 60 se comienza a hablar de violencia y contraviolencia, por parte de algunos sectores de izquierda delirante que señalan que al terrorismo del Estado que se fundamenta en la Doctrina de la Seguridad Nacional, se debe anteponer la doctrina de la Liberación Popular, pero en ambos casos Gobierno e Insurgentes incurren con igual liberalidad en actos de terrorismo, cuyos casos forman parte de la amplia literatura sobre las violaciones a los Derechos Humanos.
Más recientemente aún se recuerdan los caos de República Dominicana y Panamá en que el terrorismo es una mezcla de política y de acciones de narcotraficantes, o bien de Perú y Colombia o Venezuela, en el primero con ribetes políticos, en el segundo con una clara mezcla entre ambas modalidades y en el último con connotaciones políticas como único trasfondo aparente.
En América Central, los actos terroristas se dan como resultado casi exclusivo de la fricción entre grupos gobernantes y guerrillas; actos que en su mayoría apuntan selectivamente a la liquidación física de políticos de izquierdas y derechas así como también, por extensión hacia civiles víctimas inocentes del enfrentamiento.
Aunque al decrecer los procesos guerrilleros tienden a permanecer, los actos extorsivos de naturaleza fundamentalmente tipificada como delincuencia común, en la práctica son secuelas del proceso anterior.
En Costa Rica, cuya población ha tratado de mantenerse al margen de la situación de polarización, sin embargo, los actos de terrorismo no han estado ausentes de la vida nacional.

Los ejemplos más representativos de acciones de esta naturaleza pueden ser los siguientes; todos acaecidos en el transcurso de los últimos treinta años.
a) Secuestros: Patrocinio "Cuco" Arrieta; Yorleny Castro Sequeira; Kotzuga; un secuestro fallido contra un empresario Salvadoreño de la industria del calzado y recientemente del Ministro Luis Fishman; el Embajador de Nicaragua y otros funcionarios de esa legación; así como varios secuestros en diferentes lugares del país de funcionarios públicos por diversas razones de reivindicación político-locales.
b) Atentados mediante explosivos: la bomba contra SAHSA, la bomba del parqueo frente al Ministerio de Gobernación, bomba frente a la antigua Embajada Americana, la bomba en el Centro Cultural Costarricense Norteamericano, la bomba reciente contra la casa del Juez de Instrucción de San Carlos ,Máximo Esquivel.

A grandes rasgos todos estos actos que, indudablemente van en escalada creciente , son típicos de violencia de corte político-terrorista, pues las autoridades no los mezclan con violencia derivada de acciones de delincuencia común.


2. TIPIFICACION DE LOS ACTOS TERRORISTAS

A criterio de Wilkinson, experto británico en el tema, ésta se divide en dos grandes expresiones según sea la naturaleza de los actores involucrados.

1.- Violencia política de masas.- Esta puede presentarse con las características siguientes:
Manifestaciones y violencia callejera. Rebelión armada y resistencia. Revolución o contrarrevolución. Terror de Estado o de masas y represión. Guerra civil. Guerra limitada. Guerra nuclear.
2.- Violencia política de pequeños grupos
Esta muestra estas tipificaciones:
Aislados actos de sabotaje y ataques a la propiedad. Aislados intentos de asesinato. Guerras de bandas políticas y feudos. Terrorismo político. Operaciones guerrilleras de pequeña escala o localizadas. Terrorismo internacional o transnacional. Incursiones guerrilleras en otros países.
Nótese que en el caso de acciones de terroristas de procedencia ligada al narcotráfico ésta cabría dentro de la penúltima de estas tipificaciones.


3. CARACTERISTICAS DE LA ORGANIZACION TERRORISTA

Las operaciones de terrorismo de corte político requieren el estudio sistemático y minucioso de la víctima elegida o del grupo seleccionado. Se estudia sus costumbres, movimientos, y el lugar más apropiado para la acción, aprovechando las debilidades en los sistemas de protección o de seguridad ciudadana.
Los terroristas para llevar a cabo sus planes requieren transporte de y hacia el lugar de los hechos, deben contar con documentos falsificados, armas que sean eficaces y dinero. Para obtener un buen provecho de sus actos deben obtener publicidad.
Las organizaciones terroristas tienen un mando central, en ocasiones altamente profesional y en otras ocasiones rudimentario.
Las decisiones de estos grupos, la mayoría de las veces se toman en reuniones de comité y en otras -debido a la emergencia de las situaciones- la tendencia se dirige a la centralización y hacia el principio de liderazgo vertical indiscutido.
A pesar de la cuidadosa planificación, el terrorismo encierra elementos de improvisación debido a que no se pueden prever todas las consecuencias.


A mayor número de personas que intervengan en el movimiento terrorista, mayor es el peligro de que se les descubra, por ello los grupos terroristas se diferencian de los guerrilleros porque no crecen más allá de un límite establecido, dado que su unidad básica está integrada por un número comprendido entre 3 a 10 miembros máximo.
Cuando una organización de tipo terrorista no alcanza los objetivos propuestos, el espíritu de lucha precisa de una nueva generación para reactivar su propósito. Desde esta perspectiva, el terrorismo se liga a la rebeldía generacional -pero esta no siempre se inclina hacia el terrorismo-.
Las campañas terroristas de ciertos países, han servido de base para la inspiración de otras en diferentes países, o bien sirven para tomar elementos comunes que se repiten de evento en evento -independientemente de su éxito intrínseco.
Por lo tanto, de este elemento nace la necesidad acerca de que los medios de comunicación sean cautos para tratar estos asuntos.


4. LA PERSONALIDAD TIPICA DEL TERRORISTA

El terrorista es producto de frustraciones, fracasos y una serie de conflictos que conducen a una personalidad patológica. A pesar de que el terrorismo no constituye un método efectivo para modificar las condiciones sociales y políticas, constituye una forma de atraer la atención pública de forma inmediata, lo que ha sido considerado por los individuos terroristas como un paso fundamental para lograr sus objetivos.
Los dictámenes médicos relacionados con el grado y desajuste mental resultan fundamentales para determinar la peligrosidad para con los demás y definir la manera en que van a actuar las fuerzas antiterroristas. De acuerdo con los diversos estudios realizados en países desarrollados acerca de la personalidad del terrorista, se ha encontrado que en su mayoría responden a personalidades paranoicas o maniaco-depresivas.

En el primer caso, esta enfermedad psicológica se presenta en individuos que tienen delirios de persecución y son perseguidores, se creen víctimas de injusticias, exigen reparaciones del "daño" que se les ocasiona y en otras oportunidades tratan de vengarse ellos mismos y causan actos delictivos de escasa significación social o de naturaleza terrorista. La personalidad maniaco-depresiva, obedece a factores psicosociales que provocan choques emocionales, que suelen tratar de drenar con actos de carácter mesiánico o suicida.
El terrorista arriesga su vida en ofrenda a algo que es por lo que lucha, puede ser por un Dios, por la Patria, por las fuerzas armadas, o más recientemente por los beneficios económicos derivados del narcotráfico o de alguna otra actividad lucrativa asociada a actos criminales organizados internacionalmente.,
Así tiene una convicción por una idea, es un enfermo dentro de una sociedad, y también es un miembro de lo que considera una "antisociedad" que le exige romper con cualquier concepto o escrúpulo humanista.
Esto hace que internamente el terrorista maneje un conflicto producto de dos sistemas de valores, el cual desemboca en la violencia que se manifiesta de diferentes formas.

5. ESTRATEGIAS Y TACTICAS DE LOS TERRORISTAS

El terrorismo, si bien requiere de personas con características especiales no es la simple sumatoria de actitudes y de actos aislados, sino que es una estrategia elegida por un grupo ideológicamente homogéneo, cuya lucha es desarrollada de forma clandestina en medio del pueblo y que para convencer recurre a acciones demostrativas.
El terrorismo puede revestir formas muy distintas de delitos, aunque predominan las que van contra las personas eligiendo la víctima entre los jefes de Estado, ministros, jueces, banqueros,
muchedumbres o los que atentan contra propiedades físicas de empresas o de instituciones representativas del status quo.
Las principales formas de acción utilizadas son: -Violencia. -Amenaza de violencia. -Represión. -Secuestro de personas. -Secuestro de aviones. -Intimidar la población en general.

El asesinato de destacados representantes del "sistema" es el método más antiguo y ha sido uno de los más frecuentemente adoptados por los terroristas. El terror indiscriminado se ha extendido por la invención de explosivos más eficaces y la aparición, por otro lado del sensacionalismo de algunos de los medios de comunicación social. El caso del asesinato indiscriminado es, sin duda, bien conocido: pone de relieve las demandas de los terroristas; extiende un clima de terror y desacredita al gobierno incapaz de suprimirlo.
El éxito de una operación terrorista depende casi por completo de la cantidad de publicidad que reciba. Los terroristas siempre pueden contar con la presencia de periodistas de prensa escrita, televisoras y radioemisoras y -por consiguiente- con un público abundante que sigue los sucesos con una mezcla de interés auténtico, curiosidad malsana y temor. Así, en última instancia, lo que cuenta no es la magnitud de la operación terrorista sino la publicidad; y esta regla se aplica no sólo a acciones aisladas sino a campañas en su totalidad.

6. COMUNICACION Y TERRORISMO

Uno de los aspectos que siempre se resalta en los eventos de análisis de la lucha en contra del terrorismo es que los medios de comunicación juegan el papel de mayor importancia en la legitimación de los actos de plagio y de extorsión, por cuanto la naturaleza misma de éstos se nutre de la publicidad que emana de la cobertura de tales actos.
Por ello una recomendación siempre presente -pero sistemáticamente violada por los medios de comunicación es el sensacionalismo en que se enmarca -muchas veces de buena fe o por ignorancia- tanto la cobertura directa como los comentarios en torno a estos eventos.

Por definición todo acto terrorista es un mensaje; un medio torpe y ambiguo de decir algo, de expresar un sentimiento, una actitud. Así Wilkinson dice: "Una cosa es el odio, venganza, furia y otra es la comunicación de un mensaje político más complejo. Por eso el académico cree que el acto de violencia puramente simbólico o expresivo es raro. Casi siempre conlleva una función instrumental y expresiva al mismo tiempo. El "precio" de este medio de comunicarse con su "audiencia" es la muerte, el daño físico o el despojo material de sus víctimas. A medida que se sigue la escala de la violencia se torna más difícil el ejercicio de los elementos básicos de la convivencia política normal: la reconciliación y el compromiso."

No obstante estas consideraciones, Wilkinson define el terrorismo político como: "... el sistemático uso del asesinato y la destrucción, la amenaza de asesinar y destruir para aterrorizar a personas, grupos, comunidades, o gobiernos con el propósito de obtener objetivos políticos. Estos actos están caracterizados por ser indiscriminados, impredecibles, inhumanos, arbitrarios y bárbaros."



7. NARCOGUERRILLA Y NARCOTERRORISMO

En el análisis de la violencia política toca tener presente las ambiguedades conceptuales del término violencia y el hecho de que tal concepto se utiliza sobre todo con connotaciones ideológicas, como comportamiento atribuido al enemigo.
Es importante recordar la distinción que ya había realizado Wilfredo Pareto: "Para los sostenedores del sistema, la violencia propia se llamaba orden, disciplina, autoridad; más la violencia de los enemigos correspondería al tumulto, crimen, bandolerismo. Para los adversarios del sistema, la violencia propia sería lucha, o mejor dicho, resistencia, liberación, emancipación, mientras que la violencia del enemigo sería represión y tiranía."

Cuando se hace referencia a los fenómenos de narcoguerrilla y narcoterrorismo, en el marco de la violencia política, arriba conceptualizada; se impone el reconocimiento de que son dos aristas de un mismo fenómeno que, por cierto, resulta bastante nuevo.

En el mundo de habla hispana se conocen algunos casos que constituyen hitos respecto al tema de referencia, en países como España (ETA) y Colombia (varios grupos entre los que ciertos estudios han ubicado algunos sectores guerrilleros que prestan determinados servicios altamente especializados a los carteles de la droga). Los servicios a que se ha hecho referencia se ubican generalmente entre la materia de seguridad y el sabotaje a posiciones y servicios estratégicos del Estado (oleoductos, electricidad, protección y seguridad contra las fuerzas estatales).

De este tipo de acciones terroristas, donde han concurrido muy diversas guerrillas de izquierda en algunos países de la América Latina, se desprende el fenómeno que se ha conocido muy recientemente como Narcoterrorismo. De tal manera el narcoterrorismo viene a significar acciones perfectamente orquestadas, articuladas y sistemáticamente planificadas en las que participan al menos dos tipos de intereses: los de la "narcomafia" en combinación con los de las guerrillas izquierdistas, que se ven obligadas a ello en procura de allegar algunos recursos para la sobrevivencia de sus objetivos y organizaciones.
Sobre este tema concreto hay un valioso estudio efectuado en 1988, por la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad de Los Andes a solicitud expresa del mandatario Virgilio Barco.
También en el Departamento de Información del CICAD, dependencia interorganizacional con sede en Costa Rica, existe abundante material sobre el tema.



8. APOYO DOCUMENTAL Y BIBLIOGRAFIA

Los recientes actos de terrorismo hacen pensar usualmente, que los procesos de deterioro social conducen inexorablemente, a estratos superiores de violencia; según los expertos los temores no son infundados y ponen a prueba, la capacidad de las dirigencias políticas de los países para enfrentar las etapas de crisis de las cuales, la historia contemporánea da cuenta de una infinita experiencia en la que, los errores no son corregibles y con frecuencia el proceso es irreversible si las soluciones no son las correctas, o -a contrario sensu- son totalmente reversibles. En Costa Rica es necesario ventilar el problema del terrorismo y más concretamente el de narcoterrorismo, con el apoyo de especialistas en el tema.

A modo de ejemplo, en 1992 en Gran Bretaña se publica la obra "Terrorism and the Liberal State" como labor de un equipo dirigido por el profesor Paul Wilkinson, Director del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Aberdeen, conjuntamente con el vice Almirante Sir Louis Le Bailly, ex Director de Inteligencia del Ministerio de la Defensa y Lord Deenman de la London School of Economic quienes fundaron el "Instituto de Investigación para el Estudio del Conflicto y del Terrorismo".
Dicha obra, traducida y comentada al Español por Orlando Ochoa Terán, venezolano bajo el título "La Filosofía del Terror: TERRORISMO, TEORIA Y PRACTICA" fue parcialmente divulgada por el periódico El Nacional, en Caracas, Venezuela el 9 de octubre de 1992.

Además la bibliografía consultada incluye:
1.- Diccionario de Sociología, Fondo de Cultura Económica, México D.F.
2.- Enciclopedia Jurídica OMEBA, 1981
3.- Horizontes: Granja EUA: Tanto de tan Pocos. No. 29, Washington D.C.,1978.
4.- LAQUEUR, Walter. Terrorismo, Madrid, España, Editorial Espasa-Calpe, S.A. 1980
5.- LEONI, Luis. La Conexión Internacional del Terrorismo, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1980

REFLEXION MAS PROFUNDA.-

Algunos criterios para una reflexión más profunda son -a modo de ejemplo- los siguientes:

Wilkinson: "'...el valor y la efectividad militar -de un grupo terrorista- en términos de infligir daño físico es relativamente marginal, pero su potencial para quebrantar la voluntad de una comunidad minar la moral de su blanco es inmenso'. Los objetivos de un plan terrorista sigue el proverbio chino 'mata uno y atemoriza diez mil'. Como Clausewitz sobre la guerra, cree que el terrorismo tiene su propio lenguaje pero no una lógica. Después de todo es una guerra no convencional."

Ochoa: "Lo primero que resalta de una confrontación de las fuerzas de seguridad con un grupo terrorista es su asimetría. Un pequeño grupo algunas veces bien entrenado, dotado de un arsenal muy limitado, pero con una gran capacidad de librar una guerra con desvastadores efectos sicológicos. El personal requerido para montar una organización de este tipo es muy reducido y el riesgo de ser aprehendidos es, de acuerdo a la experiencia de otros países asombrosamente mínima."

Diccionario: "El terror político busca su justificación en el principio universal, que parte de Aristóteles, sigue con Santo Tomás de Aquino y termina modernamente en la concepción liberal de Locke de rechazar por la violencia actos ilegítimos de un gobierno despótico y tirano, o cuando un gobierno democrático cierra y niega ilegítimamente el derecho de protesta, huelga, acceso a los medios y a otros canales para expresar descontento y presionar para restituir derechos vulnerables u obtener conquistas legítimas."

Dollard: El sicólogo norteamericano John Dollard desarrolló la teoría de la frustración - agresión y reclama haber probado que una severa frustración conduce a la furia y ésta a la violencia. El término 'frustración' lo usa en sentido restringido de interrupción u obstáculo de un proceso en el cual ya se estaba embarcado para obtener o cumplir un logro. Dollard sostiene que la rabia y la violencia colectiva no es necesariamente la sumatoria de frustraciones individuales, 'en gran medida -dice- es una función de cambios ideológicos, creencias y condiciones las cuales materialmente afectan las concepciones de justifica y legitimidad.

Tocqueville: "Siempre el tránsito de mal a peor es por lo que una nación cae en una revolución. Ocurre con más frecuencia que un pueblo que ha soportado el sistema más injusto sin quejarse y como si no lo hubiera sentido es el que irrumpe en violencia tan pronto como la pesada carga empieza a disminuir. El estado de cosas, destruido por una revolución es casi siempre, de alguna manera, mejor que la situación inmediata que lo procedió; y la experiencia ha demostrado que el momento más peligroso de un mal gobierno es aquel cuando entran a funcionar las reformas... el mal ha decrecido, es verdad, pero la percepción de ese daño es más aguda."

Sartre: John Paul Sartre hizo de la violencia no solo una apología sino una filosofía que la justifica, propicia y le asigna connotaciones redentorias en la lucha y el conflicto de los seres humanos. Es quizá la más articulada defensa intelectual y moral de la violencia pero ha su consideración escapa la intención y el espacio de este reportaje.

Von Clausewitz : Parafraseando a  Von Clausewitz, Wilkinson afirma que "el terrorismo es demasiado importante para dejárselo a los políticos y a los cuerpos de inteligencia. Nadie tiene el monopolio del terrorismo y sus causas son múltiples. La diversidad de su origen y motivaciones dificultan en un plano teórico su justificación moral."






SEGUNDA PARTE


LOS PROCESOS DE CAMBIO SOCIAL Y LA VIOLENCIA

Situación: Los vertiginosos cambios sociales que se han sucedido en apenas una década escasa permiten pasar de una preocupación basada en la excesiva gran tensión proveniente de la excesiva gravitación del Estado a otra preocupación fundada en la excesiva liberalización de los procesos de entendimiento social, sin que en el período de transición la legislación y las medidas sociales sean suficientes para encauzar la violencia que genera el paso de una a otra realidad.
Es útil -entonces revisar estas posiciones aparentemente antagónicas en algunos países: pero que, en la realidad costarricense pueden- con buena voluntad consensual minimizar los problemas resultantes de ese cambio estructural para encauzar la violencia que resulta del proceso de cambio.
De todas maneras todos los elementos de violencia latentes suelen agudizarse durante los procesos de cambio social, como se anota más adelante, máxime si la legislación que los acompaña no lleva el ritmo adecuado para su encauce institucional.


1. LA PREOCUPACION EN LA DECADA DE LOS 30

A juicio del filósofo Ortega y Gassett, estos planteamientos de 1938, son reveladores de una preocupación que aún hoy asalta a algunos costarricenses. Dice éste en la obra "La Rebelión de las Masas" que el Estado contemporáneo es el producto más visible y notorio de la civilización. Y es muy interesante, es revelador, percatarse de la actitud que ante él adopta el hombre-masa. Este lo ve, lo admira, sabe que está ahí, asegurando su vida; pero no tiene conciencia de que es una creación humana, inventada por ciertos hombres y sostenida por ciertas virtudes y supuestos que hubo ayer en los hombres, y que puede evaporase mañana. Por otra parte, el hombre-masa ve en el Estado un poder anónimo y como él se siente a sí mismo anónimo -vulgo-, cree que el Estado es cosa suya. Si sobreviene en la vida pública de un país cualquier dificultad, conflicto o problema; el hombre-masa tenderá a exigir que inmediatamente lo asuma el Estado, que se encargue directamente de resolverlo con sus gigantescos e incontrastables medios.

Este es el mayor peligro que amenaza a la civilización: la estatificación de la vida, el intervencionismo del Estado, la absorción de toda espontaneidad social por el Estado, es decir la anulación de la espontaneidad histórica, que en definitiva sostiene, nutre y empuja los destinos humanos.
Así cuando la masa siente alguna desventura o simplemente algún fuerte apetito, es una gran tentación para ella esa permanentemente y segura posibilidad de conseguirlo todo -sin esfuerzo, lucha, duda ni riesgo- sin más que tocar el resorte y hacer funcionar la portentosa máquina.

La masa se dice "El Estado soy yo", lo cual es un perfecto error. El Estado es la masa sólo en el sentido en que puede decirse de dos hombres que son idénticos porque ninguno de los dos se llama Juan. Estado contemporáneo y masa coinciden sólo en ser anónimos. Pero el caso es que el hombre-masa cree, en efecto, que él es el Estado, y tenderá cada vez más a hacerle funcionar con cualquier pretexto, a aplastar con él toda minoría creadora que lo perturbe -que lo perturbe en cualquier orden: en política, en ideas, en industria.
El resultado de esta tendencia será fatal. La espontaneidad social quedará violentada una vez y otra por la intervención del Estado; ninguna nueva simiente podrá fructificar.
En criterio concreto el filósofo expresa al respecto, que el resultado es el siguiente:

"La sociedad tendrá que vivir para el Estado; el hombre, para la máquina del Gobierno. Y como a la postre no es sino una máquina, cuya existencia y mantenimiento dependen de la vitalidad circundante que la mantenga, el Estado, después de chupar el tuétano a la sociedad, se quedará hético, esquelético, muerto, con esa muerte herrumbrosa de la máquina, mucho más cadavérica que la del organismo vivo."

2. LA PREOCUPACION EN LA DECADA DE LOS 90

La Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE) de Venezuela, en la obra Constitución y Reforma plantea la preocupación que nace al influjo del cambio de una sociedad dominada por el Estado (como la que preocupaba a Ortega y Gassett) a una sociedad enmarcada en la libertad económica. Así expresa el ponente Angel Eduardo Alvarez, politólogo, asesor de COPRE que el nuevo modelo económico, que busca sustituir a la sociedad dominada por el Estado, (que preocupa a la sociedad costarricense) no puede implicar, un cambio de prioridades tal que haga de la libertad económica el fin principal, con independencia de la justicia social. Una condición esencial para el desarrollo de un nuevo modelo económico, en el que realmente sean armonizables los principios de libertad de mercado y justicia social, pasa necesariamente por la redefinición del papel del Estado y de los consumidores.

El Estado, efectivamente, no ha debido ni puede seguir siendo una especie de supercontralor de la actividad productiva. No hay mejor fiscal de la economía que el propio consumidor, mas no uno pasivo y desorganizado, sino otro con la capacidad de crítica y de presión que le darían organizaciones civiles capaces de hacer sentir la voz de protesta de la Sociedad Civil.
Se requiere, entonces, que los consumidores sepan que sus alternativas no son sólo consumir o dejar de consumir una mercancía, ante cambios apreciables de su calidad o precio, ni mucho menos resignarse cuando la mercancía no es sustituible y/o su productor es monopólico. Se necesitan organizaciones sociales que, frente a los intereses de los que ofertan bienes y servicios (incluso aquellos controlados por el Estado), organicen el descontento de los consumidores y lo hagan sentir eficazmente mediante manifestaciones efectivas de la presión social.

En este proceso, en lugar de retirarse y dejar actuar a las fuerzas sociales sin contrapesar las desigualdades de poder y otros recursos, el Estado debe jugar un rol crucial estimulando la acción y organización popular. Una Superintendencia de Protección al Consumidor -por ejemplo- en el nuevo contexto de la economía sin control de precios, puede reorientar su acción hacia la participación activa de los consumidores en contra de la especulación y en defensa de la calidad de bienes y servicios.
Este proceso de transformación económica exige también un cambio político. Se hace necesario defender la estabilidad democrática y el derecho a la participación política más allá de la mera escogencia de los gobernantes. De modo tal que la participación no se reduzca a la votación periódica, sino a la incorporación del pueblo organizado en toda una gama de asociaciones que expresen los diferentes intereses de la sociedad civil y que le permitan a ésta incorporarse activamente al proceso de formulación de objetivos que, hasta ahora, ha estado restringido a sectores limitados y semi-corporativos.

De este modo, amén de una reforma política que permita abrir canales más amplios y permanentes de participación, se requiere de una reforma social que suponga la creación de una red organizativa de los diferentes intereses sectoriales de la Sociedad Civil. Todo ello supone, necesariamente, un cambio en la orientación de la relación entre los partidos políticos y los votantes. De la actual situación en la que los partidos ven en la ciudadanía una clientela súbdita (orientada sólo hacia los productos de las políticas y no hacia los insumos) es necesario pasar a otra en la que éstos sean considerados como verdaderos ciudadanos, políticamente motivados y educados, dispuestos a participar activamente en la articulación de las demandas y la toma de decisiones.


Concretamente la idea de Ochoa es que para lograr este ideal:"...parece necesario (y cada vez más posible) rescatar el carácter esencialmente democrático de la polémica político-ideológica. Como tantas veces se ha dicho, por muchos años esta polémica ha estado casi clausurada en el país (Venezuela). Las enormes coincidencias interpartidistas en el proyecto de desarrollo han implicado que entre ellos se haya suprimido casi por completo todo debate acerca de modelos alternativos de cambio socio-económico. Otro factor que ha impedido la emergencia del debate ha sido la preocupación obsesiva por la estabilidad que no ha sido superada, pese a que las amenazas objetivas han disminuido significativamente. Esta preocupación se ha expresado en los últimos quinquenios como una excesiva sensibilidad ante las críticas y una baja disposición al cambio político, e incluso ha adquirido la forma perversa del chantaje político contra los críticos y opositores de ciertos gobernantes y dirigentes políticos."

3. EL DERECHO COMO OBSTACULO AL CAMBIO SOCIAL

El mundo en general y con ello casi la totalidad de los países, han tomado un ritmo muy veloz en su movilidad. Un torbellino de inventos, descubrimientos, avances técnicos, modificaciones culturales, acontecimientos políticos, luchas sociales, conflictos bélicos y nuevos fenómenos de organización social, más la aparición de las llamadas "Information Society" y "Network Society" han puesto en ebullición a la mayor parte de las antiguas sociedades en reposo. Con ello la disociación entre la ley y la realidad social se transforman en un problema notorio, que ni el sociólogo ni el jurista pueden pasar por alto.

No se trata, tan sólo, de un desequilibrio entre la ley y las circunstancias siempre nuevas, insospechadas y aun insospechables que el oscuro trabajo de la historia, con movimiento lento, pero firme, va generando con cierto sentido fatal. Es la irrupción brusca en la vida social de diferentes condiciones de vida individual y social debidas a nuevos hechos, fuerzas e ideas que alteran muy profundamente los cauces de esa vida, tenidos hasta entonces como relativamente estables o, a lo menos, como no propensos a impensados y súbitos giros.
Por consiguiente, no basta descubrir procedimientos para actualizar la ley y sacarla de su quietismo intemporal, para, dotándola de dinamismo, mantenerla siempre de acuerdo con el presente. Más bien la brecha entre el Derecho y la realidad social se ha ido ensanchando aceleradamente, debido a la rigidez de aquél, opuesta a la movilidad cada vez mayor de ésta.

A juicio del jurista chileno Novoa Monreal: "Podría pensarse que un legislador atento a estas transformaciones y ágil en su elaboración preceptiva, podría evitar el desequilibrio, dictando nuevas normas que tuvieran por finalidad poner al día las reglas caducas, para mantener siempre un Derecho fresco y actualizado. Pero, en la realidad práctica no existe ese legislador atento y ágil, y los juristas, sobre quienes también podría estimarse que pesa la responsabilidad de cobrar conciencia del problema y de adoptar las medidas apropiadas para solucionarlo, no lo perciben, razón por la cual no se inquietan por estimular al legislador, ni, mucho menos, por darle colaboración técnica. Falta percibir esa vertiginosa marcha del acontecer social dentro del mundo de hoy."


4. ESPIRITU DE POBREZA COMO FUENTE DE PAZ

Mientras en los niveles políticos se trazan nuevos derroteros para la sociedad, o bien se usan fórmulas para orientar los cambios propulsados por la emergencia de nuevos actores sociales en otros estratos afloran ideas fundadas sobre otros aspectos más abstractos, espiritualistas. Así, aunque hoy en día la gente está dominada por el ansia frenética de poseer bienes materiales y la sociedad de consumo pone todavía más de relieve la distancia que separa a ricos y pobres, y la afanosa búsqueda de bienestar impide ver las necesidades de los demás, desde esa óptica espiritual -pero comprometida- parece ser que para promover el bienestar social, cultural, espiritual e incluso económico de cada miembro de la sociedad, es pues indispensable frenar el consumo inmoderado de bienes materiales y contener la avalancha de las necesidades artificiales.
De allí que la moderación y la sencillez deben volver a ser los criterios de la vida cotidiana. La cantidad de bienes consumidos por una reducidísima parte de la población mundial produce una demanda excesiva respecto a los recursos disponibles. La reducción de la demanda constituye un primer paso para aliviar la pobreza, si esto va acompañado de esfuerzos eficaces que aseguren una justa distribución de la riqueza mundial. A este respecto, solo el Evangelio invita a los creyentes a no acumular bienes de este mundo perecedero cuando expresa: "No amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socaban y roban. Amontonad más bien tesoros en el cielo" (Mt.6, 19-20).

Este es un deber inherente a la vocación cristiana, igual que el de trabajar para vencer la pobreza; y es también un medio muy eficaz par alcanzar tal objetivo.
Dentro de esta concepción la pobreza evangélica es muy distinta de la económica y social. Mientras ésta tiene características penosas y a menudo dramáticas cuando se sufre como una violencia, la pobreza evangélica es buscada libremente por la persona que trata de corresponder así a la exhortación de Cristo:
"Cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío" (Lc. 14,33)

Si bien es cierto que los cambios estructurales buscan el desarrollo y la justicia social dentro de parámetros terrenales, esta pobreza evangélica se presenta como única fuente de paz, porque gracias a ella la persona puede establecer una justa relación con Dios, con los demás y con la creación. La vida de quien actúa con esta perspectiva es, así, un testimonio de que la humanidad depende absolutamente de Dios que ama a todas las criaturas, y los bienes materiales son considerados por lo que son: un don de Dios para el bien de todos.
Al respecto el Papa Juan Pablo II señala taxativamente: "La pobreza evangélica es algo que transforma a quienes la viven. Estos no pueden permanecer indiferentes ante el sufrimiento de los que están en la miseria; es más, se sienten empujados a compartir activamente con Dios el amor preferencial por ellos (cf. Enc. Sollicitudo rei Socialis, 42). Los pobres, según el espíritu del Evangelio, están dispuestos a sacrificar sus bienes y a sí mismos para que otros puedan vivir. Su único deseo es vivir en paz con todos, ofreciendo a los demás el don de la paz de Jesús (cf. Jn. 14. 27)."


5. VIOLENCIA Y CONDICION HUMANA

A cada proceso de cambio estructural se agregan diversos comportamientos psicológicos que a la larga desembocan en movimientos de carácter social para los que, las leyes sociales hacen algo más que establecer un determinismo al que los individuos deben someterse. En realidad, su comprensión es necesaria para superar la ceguera inevitable que es consecuencia de ignorar las fuerzas sociales. Es paradójico aunque cierto, que cuanto mayor es la ignorancia de los principios de su medio social por parte del hombre, tanto más sujeto se halla a su control; y cuanto mayor es su conocimiento de sus actuaciones y de sus consecuencias necesarias, tanto más libre puede llegar a ser respecto de ellas.

Esto se debe a que se participa en el proceso social de manera fundamentalmente diferente de los organismos que, ciega y enteramente desconocidos entre sí, construyen arrecifes de coral o paneles de termitas. No se puede sino tener alguna noción acerca de las organizaciones sociales que gobiernan las vidas humanas y de que la clase de comprensión que así se adquiere, controla excesivamente las acciones personales. Aunque el hombre se halle bajo el efecto de las instituciones, siempre tiene la posibilidad de ser participante inteligente; pero cuando no se le toma en cuenta, no entiende las consecuencias de la acción social lo que resulta en el desarrollo de fuerzas sociales ciegas. Es en estas coyunturas en las que recrudece y salta la violencia latente y la nueva violencia agregada.




Según expresa el psicólogo social inglés Salomón Ash: "La luz proyectada sobre la violencia por las ciencias humanas es rica en enseñanzas. Evidencia que, lejos de ser un accidente pasajero y lamentable del comportamiento humano, la violencia se inscribe en una situación habitual de tendencias y de enfrentamientos. Las relaciones humanas se tejen normalmente sobre un fondo de lucha, de antagonismos y de relaciones de fuerza: la violencia incuba, en él, una amenaza permanente y, a veces, como una erupción volcánica, explota bajo el empuje de un magma interior que no se enfría jamás.

Recogiendo la aportación de los estudios precedentes, (es posible) situar la violencia como un elemento de un estado conflictivo permanente."

6. EL CONFLICTO DE LA AUTONOMIA Y DE LA SOCIABILIDAD

El hombre es una persona autónoma "que determina, por sí mismo, las leyes a las que se somete" (A. Lalande). Si bien la sociedad es un grupo organizado, que exige, a sus miembros, el respeto a un cierto número de reglas y de presiones también la condición conflictiva del hombre se resume en el equilibrio inestable -y sin embargo necesario- de estas dos exigencias contrarias.
Todos los modelos de sociedad históricamente observables aparecen como un dilema entre el juego de la libertad individual y el respeto de las normas colectivas. En la multitud de tipos posibles de sociedad, sucesivamente experimentados y vividos, el acento ha sido puesto, unas veces, sobre una mayor autonomía individual, otras, en un predominio del todo sobre la parte. Incluso parece, al menos a través de la historia reciente de las sociedades rápidamente desarrolladas, que un juego de péndulo hace que se sucedan, como por una reacción compensadora, los modos de organización más liberales y las estructuras sociales más integrantes, como si la humanidad estuviera buscando un equilibrio siempre deseado y jamás alcanzado.

Por lo tanto, a juicio del equipo francés de Economía y Desarrollo coordinado por Phillippe Bernoux, la violencia está siempre presente en este proceso dialéctico, lo que permite afirmar que: "La búsqueda laboriosa de una reconciliación entre la autonomía individual y las leyes del grupo, traduce bien la situación conflictiva que caracteriza las sociedades humanas. A igual distancia de las especies animales, donde cada individuo persigue aisladamente su existencia propia, salvo en los cortos períodos del acoplamiento, cuyos modelos son la colmena y el hormiguero, la especie humana se compone de personas que acoplan libremente su destino, pero que no pueden hacerlo más que en el seno de grupos, a los cuales sacrifican una parte de ellas mismas. El hombre ser a la vez social y personal, está encuadrado entre estos dos polos contrarios, y esta situación inconfortable se resuelve frecuentemente en conflictos, que degeneran, a veces, en violencia."

7. LA NATURALEZA DEL CONFLICTO HUMANO

Si bien es cierto, puede comprobarse que la violencia es tanto el substrato y la resultante final en los procesos de cambio, debe resaltarse que la mayoría de las reglas de vida basadas en el sentido común tienen que ver con cosas que afectan directamente a la humanidad (los alimentos que come, las temperaturas, los ruidos y demás) en tanto que la ciencia explora sucesos independientes de las preocupaciones humanas específicas. Así la ciencia examina sistemáticamente sucesos que de otra manera no serían parte de la inteligencia y de los conocimientos de la persona común. Es fundamental la observación de que la ciencia, a diferencia del sentido común, expone sus suposiciones al desafío repetido de los datos empíricos y a experimentos incesantes. Mientras que las creencias del sentido común no son sometidas, como cuestión de principio constante, a un escrutinio sistemático.

Con demasiada frecuencia en la ciencia social los sistemas tienden a ser teorías de "un solo factor" o de "causa principal", en las que alguna variable como el medio ambiente, las cualidades naturales o la creencia religiosa se emplea para explicarlo todo.

En ocasiones, los científicos sociales investigan problemas de dimensiones muy modestas o sin importancia; también es cierto que en las ciencias sociales no existe algo comparable con la completa unanimidad que se encuentra comúnmente entre quienes trabajan en las ciencias naturales en cuanto a qué es un hecho, cuáles son las explicaciones satisfactorias de los hechos y cuáles los procedimientos válidos. Los científicos sociales siguen discutiendo cuáles debieran ser los problemas centrales en la lógica de la investigación social.
Cuando se plantea el problema de la escasez de leyes generales en la ciencia social, se dan varias explicaciones. La fuerte más frecuente de dificultades está en que los experimentos realmente controlados en materia de cuestiones sociales son limitados, al menos en número, debido a que en la sociedad humana hay un límite en la cantidad de variables o factores que un científico puede manejar. Aun cuando la habilidad de tratar problemas no es una marca distintiva de la ciencia pura, actúa como condición limitativa sobre la cantidad de posibles descubrimientos.

Esto es de gran importancia para comprender la dificultad para prever o encauzar la violencia durante procesos de cambio social, debido a su baja predecibilidad por cuanto a juicio de un recopilador de los planteamientos de un panel de expertos sociales, Mac. Neil: "Una dificultad de importancia en la ciencia social reside en el hecho de que la mayoría de los fenómenos sociales depende no sólo de ocasiones inmediatas que obligan a cierta conducta especial, sino también de los hábitos instituidos culturalmente y las interpretaciones de los sucesos implícitos en la respuesta humana a la ocasión. Los moldes de conducta social variarán con la sociedad en que se da determinada conducta y con la naturaleza de sus instituciones en un período histórico determinado.

Esto quiere decir que las conclusiones alcanzadas por el estudio controlado de datos sacados de una sociedad pueden no siempre ser válidas para una muestra obtenida de otra sociedad. Cuando más, las generalizaciones de las ciencias sociales tienen sólo un alcance severamente restringido -un alcance limitado a fenómenos sociales que ocurren durante una época histórica relativamente breve dentro de un marco institucional específico. A pesar de que todas las acciones humanas encierran procesos físicos y fisiológicos, cuyas leyes de operación no cambian de una sociedad a otra, es cierto que la conducta humana se ve modificada por el conjunto de instituciones sociales en que se desarrolla."

Y un científico social Nagel, va más allá y expresa: "Ni siquiera el modo como los miembros de un grupo social satisfacen sus necesidades biológicas es determinado por herencia biológica o por la naturaleza física de su medio ambiente geográfico, sino por las instituciones sociales."


8. LA NATURALEZA SOCIAL DEL CONFLICTO


El politólogo alemán J.M.G. Páramo no estima que el conflicto que nace como resultado de cambios estructurales es un problema, por lo contrario manifiesta: "El conflicto es útil, necesario, insuprimible, creador. La violencia, como señal de peligro, como logro, como éxito, como catálisis de situación, como mecanismo solucionador de conflictos, constituye el elenco básico de las "nuevas aportaciones" de Lewis Coser al tema del conflicto social. Del mismo modo que la algarabía al silencio, como las tinieblas a la luz, igual que el trabajo al ocio, o la muerte a la vida, así, sin peyoraciones, el conflicto da sentido de consenso. Ambos, conflicto y consenso, forman una totalidad sociológica.

No debe perturbarnos la traslación de las imágenes físicas al mundo social, ni la simplificación por ellas impuesta a la complejidad y enrevesamiento de la vida. La evidencia empírica de la muerte o las tinieblas como ausencia de vida y de luz no deben llevarnos a pensar en un vacío total de conflicto o de consenso. No resulta imaginable situación existencial alguna en la cual, maniqueamente, uno de los extremos del continuum "conflicto-consenso" se enseñoree absolutamente de la escena.
No puede explicarse ningún momento histórico en función de "modelos mansos de utopía", ni las regresiones o los progresos a través de reactividades o de complejos procesos subversivos, sin reencontrar la pareja dialéctica "conflicto-consenso" con todas sus gradaciones. La contraposición entre intereses objetivos, valores e ideales sumerge a los hombres, grupos y pueblos en un proceso simultáneamente conflictivo y consensual, debido a una serie de factores..."

Según el mismo autor, los países y sus regímenes políticos son un continuum adaptativo, impulsado por acciones por la inteligencia crítica por homogeneidad y heterogeneidad en procesos dialécticos complejos e interactuantes, sobre los cuales los científicos sociales Lang, Ross, Park, Burgess, Blumer, Smelser y otros autores han realizado intentos de explicación que resume la dinámica del comportamiento colectivo en un proceso secuencial que puede sintetizarse así:
1a. Fase: La inquietud, la inseguridad de las gentes, la frustración difusa, el "social unrest" dan paso a la fase siguiente
2a. Fase: La molienda "colectiva" de sentimientos, el "milling" interactivo se sitúa en el principio de un proceso de contagio. La inquietud de unos, lejos de airar a los demás, produce inquietudes análogas, generalizaciones del sentimiento inquietante, desorientación. El comportamiento de las gentes resulta "errático", "al azar", y busca una forma de "actuar" ante la inseguridad derivada de las condiciones objetivas que se comparten.
3a. Fase: El nerviosismo, la excitación colectiva, dan lugar a una multitudinarización del contagio.
4a. Fase: Contagio que, a escala de país, e incluso de regiones más extensas, produce los movimientos colectivos generales. Unas multitudes expresan sus propios sentimientos (multitudes expresivas); otras proponen, presionan y procuran cambios, sustituciones de un esquema de vida por otro, para dar paso a la revolución cuyas características pueden ser canalizables o no.

(Es preciso señalar que no todos los científicos sociales mencionados coinciden en esta línea secuencial central.)

9. SOCIALIZACION Y PERSONALIDAD

Debe resaltarse el papel importante, vital, que juega la comunicación social -correctamente entendida y técnicamente aplicada- para prever o para minimizar la violencia y de darle salida para que en vez de oponerse, refuerce la socialización, como proceso sociológico, pues ésta enlaza continuamente la estructura de la personalidad, el comportamiento colectivo y la estructura social. La persona, como "ocupante de roles" sociales, puede así insertarse en la estructura tal cual es y al mismo tiempo que recibe la conformación social, delinea personalmente la estructura. Cuando los proyectos de vida común se plasman en organización, se distribuyen los papeles a desempeñar, y en su desempeño los papeles de modifican con elementos y concepciones subjetivas.

La comunicación, como intercambio que busca la cooperación, hace posible coordinaciones de gran complejidad en cuyos efectos y en cuya raíz está el cambio. Aun cuando hay personas que pretenden vivir en función de principios abstractos, con autonomía y en una descomprometida independencia de los demás, lo cierto es que los vínculos íntimos son imprescindibles para el mantenimiento del medio humano. Los seres humanos son interdependientes en un sentido mucho más profundo del que se supone, así manifiesta el politólogo Páramo al respecto:

"Las vidas están inextrincablemente entretejidas y las personalidades se forman, se reafirman, se transforman en una sucesión de intercambios recíprocos, marcados por la empatía", que es la comprensión completa del "otro" más allá de la simpatía, como afinidad y sincronía sentimental. Al modificarse las condiciones de vida, las contribuciones de las diferentes personas ya no se adaptan del mismo modo. Las pautas previamente aceptadas se perturban, haciéndose necesarios ajustes especiales."

Por su parte diversos autores dan explicaciones causales, no necesariamente coincidentes a la conducta de las personas, así, por ejemplo: "La gente hace lo que hace porque los instintos le impulsan" (McDougall y Freud), "para reducir las tensiones producidas por los impulsos" (Hull y Miller), "para lograr el placer y evitar dolor" (Young), "para alcanzar el éxito o alejar la frustración" (Atkinson y McClelland), "para evitar la disonancia cognitiva" (Festinger), "porque la conducta es propositiva y porque hay que autorrealizarse." (Tolman)

Pasando de los aspectos psicosociales al área de la política, Keller afirma que: "Una sociedad estará mal dirigida" si sus dirigentes se preocupan sólo por puestos de poder o por el producto nacional bruto, descuidando problemas tales como la fricción entre las instituciones, la competencia entre individuos y grupos, las ambiciones, la desdicha personal y la ansiedad de los miembros individuales."

Y a juicio de Páramo: "...el trabajo esencial debe realizarse, las metas finales de un programa importan, pero la sociología de la vida cotidiana revela una exigencias de poco valor tomadas una a una, pero que sumadas son valiosísimas, para que sirvan de alimento para la estrategia para el consentimiento y para perduración de un sistema político."


10. ESTRATEGIA PARA LA PLANIFICACION SOCIAL CONSENSUAL

La matriz social de la conducta humana reclama todas las aportaciones para una planificación digna de tal nombre. La puesta en marcha, la movilización, la asunción recíproca de roles y las relaciones interpersonales son decisivas, en macro perspectiva, para realizar la tarea hacia la que la planificación se dirige como plasmación práctica de consenso. Dicho de otra manera, si las relaciones son funcionales y los papeles se asumen, la planificación tiene una significación integradora.

Mediante esta se comparten perspectivas, se intercambian gastos y bienes. La intersubjetividad orienta a los planes ajenos, a la interpenetración de perspectivas y, en el grado que lo consiguen, realimenta y mejora la situación. Por eso, todo lo que conlleva aprecio por la experiencia subjetiva de otra persona debe fomentarse pues para el consenso, parece lógico señalar que esta nota, relativa a la planificación, es importante por las consideraciones que preceden, porque no conviene olvidar que, en el fondo, planificar es "planificar para la gente" y eso impone el respeto a las leyes del ámbito de la subjetividad y de su contexto.

Esas leyes, más difíciles de aprehender, como aseguraba Alexis Carrel, "son tan inexorables como las del mundo sideral." Planificar, sin embargo, no es sólo planificar "para la gente", es también planificar "en, para y con la gente". Por eso los medios exigidos por las metas no pueden ir más allá de las posibilidades estructurales y de acción de un sistema en cambio.

Planificar para la gente, para un sistema en cambio, con exactitud y sencillez, requiere una puntería ágil y afinada sobre un blanco velado y móvil. Aunque las leyes sociales no permiten prever las formas en que se interrelacionan las subjetividades que se canalizan en violencia; por lo menos, el consenso, en sí es planificable y debe ser un elemento a introducir en la planificación para conseguir consentimiento al plan y al marco institucional en el que se realiza. Al respecto piensa Etzioni que: "una sociedad activa, crítica y autogobernada, compuesta por hombres conscientes comprometidos y dotados de poder, resulta mucho más eficaz para el desarrollo que una sociedad pasiva, con hombres no-conscientes y pasivos y carentes de normas.




11. PREPARAR EL CAMBIO

El problema más importante de los sistemas sociales es la modificación que sufren al resolver los problemas heredados. Al respecto surgen estas preguntas ¿Cómo puede preservarse el orden y la estructura del sistema y asumir los cambios necesarios? Asumir el cambio es destruir parcialmente la estructura y el cambio es inherente a la acción social.
El problema se resume en encontrar el método con el que la sociedad pueda cambiar sus propias instituciones asegurando "los cambios más adecuados para los problemas existentes y futuros". La eficacia del método dependerá de los conocimientos que se utilicen con él.


Cuanto más diferenciadas se hacen las sociedades, más se necesita un grado considerable de cohesión ('consensus'), en cuya formación las élites estratégicas son decisivas.
Los cambios de costumbres preparan los cambios institucionales. La naturaleza generalizadora de los valores es uno de los puntos de partida del cambio, pues individuos que comparten la misma axiología pueden no estar de acuerdo en las normas específicas que de ella se derivan. Y puesto que los valores guían la elección de los objetos y de las conductas, el estudio de los valores comporta también el estudio de las actitudes, el comportamiento, la interacción y la estructura social. Según Shibutani: "... la construcción de una nueva perspectiva y la transformación concomitante de las pautas de conducta quedan facilitadas cuando existen sentimientos integradores hacia quienes representan el nuevo punto de vista".

Los nuevos puntos de vista aparecen en los intercambios íntimos, se investigan y se desarrollan con más énfasis en el proceso de comunicación y en el proceso educativo. Añade Shibutani: "Una de las paradojas de nuestra época reside en el hecho de que cada vez es mayor el control que ejercemos sobre nuestro ambiente material, mientras continuamos siendo incapaces de comprendernos entre nosotros, sin alcanzar la identidad personal, sin comunicarnos y sin alcanzar, por consiguiente, una clarificación capaz de hacernos distinguir lo tradicional inconservable y la esencia viva de la tradición a través de los cambios que se producen."

El consenso "corazón del análisis social" es la capacidad de comprender y conseguir juntos bajo normas comunes los objetivos; el arte de conciliar la libertad individual y la acción colectiva.
En alguna parte de "La Rebelión de las Masas" Ortega Y Gassett expone una idea de nación que incluye el proyecto de convivencia en una empresa común y la adhesión o "consenso activo y creador" de los hombres a ese proyecto. No lo que fuimos ayer -dice-, "sino lo que hoy y mañana queremos hacer juntos es lo que nos reúne."
Por supuesto que todas estas reglas aunque son viables para grandes conglomerados siempre quedan -al margen- personas que, por diversas causas a veces sociológicas, a veces psicológicas o aún por razones biológicas, no se adhieren a los procesos y lejos de ello chocan contra todos. Y cuando utilizan la fuerza pasan a engrosar la fila de los llamados delincuentes comunes.


12. EL CONFLICTO SOCIAL Y LOS CAMBIOS

El conflicto social no es el instrumento del cambio, es solo uno de los elementos que lo acompañan y que debe ser superado de la más rápida forma posible, pues como señala el político brasileño André Franco Montoro, el logro principal del cambio resultante es: "... la multiplicación de las ocasiones y formas concretas de solidaridad, -pero a la vez- el de enderezar los intereses que se confrontan hacia un nivel superior en el cual la confrontación tienda a desaparecer".



El economista costarricense Miguel Angel Rodríguez, coincide con planteamientos recientemente formulados por líderes social-demócratas al resaltar los aspectos de la producción económica, al analizar el punto de la necesidad de la Justicia Social dice que esta exige: "...atención específica para grupos en situaciones adversas particulares, pero antes que nada demanda apertura de oportunidades y poder de participación para todos. Técnicos y profesionales requieren encontrar campo abierto para la experimentación de su potencial creador. Los pequeños empresarios necesitan libertad de acción para que quienes ya estén consolidados no les pueda impedir su progreso. Los consumidores no deben ser sacrificados en defensa de privilegios para productores protegidos. Los jóvenes requieren una sociedad abierta para que les depare oportunidades".

En efecto, la modificación de las estructuras económicas, junto con los cambios sociales que deben introducirse en la educación y la cultura para crear formas mas solidarias, conjugados todos con la existencia de una estructura para participar también requieren, como lo señala el Especialista en Administración, Wilburg Jiménez, de: "...una planificación organizada y regionalizada, y así nacen los elementos básicos para hacer efectiva la Participación para un Desarrollo Integral e Integrado".

Todo este intenso y dinámico esfuerzo está encaminado a crear "conciencia de solidaridad nacional" que permite a la comunidad organizada poner en práctica su derecho de investigar, programar y participar en la ejecución, de los planes encaminados al desarrollo, así como evaluar sus propias acciones de cogestión con el Estado. Y precisamente un comité internacional de expertos de la CEPAL refuerza estos planteamientos al exponer su criterio acerca del papel del Estado en el proceso de planeación, orientación y animación de la estructura social de planificación como una estrategia adecuada para resolver "solidariamente" el problema de la pobreza resultante de la desarmónica relación producción-distribución, la que sacrifica y aniquila millones de seres humanos en los países subdesarrollados:

Dice LA CEPAL: "El Estado tiene un papel fundamental en el cumplimiento de la estrategia. Para ello, el primer requerimiento institucional es la creación de un "ejecutivo social" que integre las políticas sociales entre sí, que defina su conjunto, las vincule con el área macroeconómica, establezca las prioridades y las respalde con los instrumentos técnicos necesarios. Se supone que para poder llevar a cabo esa acción se requiere un esfuerzo de formación y capacitación de personal público tanto en los niveles de planificación nacional como local. Asimismo, dado el déficit de información sistemática existente, el Estado requiere, para llevar a cabo acciones orientadas al cumplimiento de la estrategia, una profunda revisión de los sistemas de información y evaluación social incorporando tecnología adecuada...".

En efecto, solo con el concurso consciente, libre y consensual de la población organizada y de un gobierno democrático, descentralizado y desconcentrado, representado por el conjunto de instituciones que deben integrar solidariamente sus esfuerzos, es posible investigar, planificar, ejecutar, supervisar, y evaluar acciones concretas para promover la participación que busque el desarrollo humano integral, la democracia participativa, la justicia social. Todo eso, en su conjunto, hará que este "proceso de cascada" origine, a su vez, el proceso de " paz social".

Pero igualmente el proceso debe acompañarse de la formulación -a tiempo- de la legislación necesaria para que los cambios sociales sean legítimamente encaminados, pues las demoras provocan flujos sociales de avance - retroceso que acarrean "lagunas de acción institucionalizada" en las que se estanca el consenso, quedando como remanentes no deseados, focos de violencia no encauzada. Al encauzar el conflicto social que inevitablemente surge con la introducción de cambios en la estructura y en el rol de los diferentes grupos sociales, y de paso la sociedad puede absorber -sin grandes conflictos- las casos aislados de violencia, que aunque pudiesen ser los residuos de estos cambios, lamentablemente se enrumban en la línea de la delincuencia común, aspecto de mejor pronóstico -hablando estrictamente en términos de seguridad pública- que los que se encauzan por la vía del terrorismo político.

CONCLUSION: LINEAMIENTOS DE ACCION LEGISLATIVA DE CORTO PLAZO

Es indudable que esta brevísima y apurada revisión de los temas requiere mucha reflexión ,pero como en nuestro país tan solo se producen reacciones y emociones y pocas acciones proactivas ,nos atrevemos a sugerir algunas líneas de acción que-obviamente no agotan el tema-pero pueden ser el inicio de un esfuerzo que la Asamblea le ha quedado debiendo al país desde años atrás. Aparte de estas reflexiones que surgen en torno al secuestro de un grupo de magistrados, es conveniente meditar acerca de estas acciones concretas u otras de corte similar ,toda vez que todo parece presagiar que los actos de violencia-independiente de su causa y circunstancias irán en escalada en todo el planeta.

A. Acciones de la Sociedad Política

A. i. Trabajo Comisiones de Narcotráfico:
Se propone la creación de una comisión integrada por diputados y funcionarios de la Asamblea Legislativa para que, en el plazo de un mes, revisen las actas de las Comisiones contra el Narcotráfico y seleccionen de entre todo el material allí existente los puntos más relevantes, sistematicen y ordenen ese material y elaboren una lista de acciones concretas y específicas que deben ser puestas en práctica a corto y mediano plazo por las diferentes instancias de la Sociedad Política. Deberá merecer especial atención las recomendaciones que esas Comisiones hicieron en materia de la legislación que hacía falta, a fin de que se retomen las recomendaciones pertinentes y de mayor actualidad, en relación con el tema en cuestión.

A. ii Prioridades de la Agenda Legislativa:
Se recomienda la conformación de una comisión de trabajo multipartidaria mixta, entre diputados y técnicos, que se abocaría en un plazo perentorio a determinar luego a revisar las iniciativas de ley tanto del Ejecutivo como de otros sectores que tocan la materia de la Seguridad Pública y Ciudadana; para que sin menoscabar el espíritu y los valores de la civilidad costarricense, tan acentuada dentro de los valores nacionales y democráticos, se proceda a fijar las prioridades de la Agenda Legislativa en torno a estas materias para el trabajo de la última legislatura. Este tipo de trabajos se adoptarían como legislación necesaria por la emergencia que ha venido a significar el problema del terrorismo visto desde sus expresiones conocidas.

B. Acciones de la Sociedad Civil

Se propone la creación de una comisión integrada por diputados y funcionarios de la Asamblea Legislativa para que, en el plazo de una semana revisen el documento elaborado por acuerdo del Dr. Miguel Angel Rodríguez, expresidente de la Asamblea Legislativa sobre la Primera Jornada Nacional contra el Narcotráfico celebrada el 29 de abril de 1992, el cual contiene una serie de recomendaciones concretas provenientes de los propios señores diputados y de otros líderes costarricenses para enfrentar el problema del narcotráfico y todas sus secuelas, por parte tanto de los entes de la Sociedad Política, como de organismos de diversa naturaleza de la Sociedad Civil, no sólo de Costa Rica. El documento sino que contiene además una propuesta para acciones mancomunadas a nivel latinoamericano en busca de estrategias sociales comunes para enfrentar todas las facetas del narcotráfico y de su derivado: el narcoterrorismo.
(Es interesante señalar que precisamente este evento que contó con la presencia de los tres Presidentes de los Poderes de la República quienes -en asocio con representantes de la Sociedad Civil- hicieron planteamientos concretos para enfrentar los problemas del narcotráfico y sus consecuencias directas e indirectas).

C. FORO NACIONAL
Se propone la celebración de un Foro Nacional que analice desde diversas perspectivas los problemas de la violencia creciente que se está apoderando de la sociedad costarricense; revise la relación causa-efecto derivada de los procesos de transformación de los órdenes mundiales y de las estructuras nacionales y proponga salidas de convergencia nacional ,regional o mundial para encauzar y aminorar la crisis.

BIBLIOGRAFIA

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2. BERNOUX, P. y Birou. Violencia y Sociedad, Editorial Zero S.A., Madrid, 1972

3. COPRE. Constitución y Reforma, Caracas, 1992

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5. JIMÉNEZ, Wilburg. Planificación y Administración, OFIPLAN, San José, 1979

6. MAC NEIL, Elton. La Naturaleza del Conflicto Humano, Fondo de Cultura Económica, México, 1975

7. NOVOA, Eduardo. El Derecho como Obstáculo al Cambio Social, Editorial Siglo XXI, México, 1975

8. ORTEGA y GASET, José. La Rebelión de las Masas, Ediciones Orbis S.A., Madrid, 1983

9. POVEDA, Jorge. Participación Popular Organizada, U.Paz, San José, 1990

10. RODRÍGUEZ, Miguel Angel. Primera Jornada Nacional: Unidos Contra el Narcotráfico, Asamblea Legislativa, San José, Abril 1992.

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