domingo, 20 de octubre de 2013

Posted: 28 Sep 2013 07:23 AM PDT

por Aaron Ross Powell, 26 de septiembre 2013


Hay cosas que son francamente evidentes, los seres humanos tenemos la capacidad de la razón. Y junto a ella viene la capacidad de entablar relaciones con los demás de manera razonable. Si deseas cambiar de opinión acerca de algo, la mejor manera, la más humana para hacerlo es a través de la persuasión pacífica. Argumentar, cuestionar, tratar de mostrarme el error de mi camino. Eso es lo mejor que hace la gente cuando no están de acuerdo.

Lo que no hacen es golpearse entre sí cuando afrontan un desacuerdo irresoluble, no sacan cuchillos o armas de fuego y atacan a sus adversarios. Reconocen, en cambio, que las personas tienen desacuerdos, incluso sobre las cuestiones más importantes, y que el respeto que nos debemos el uno al otro como prójimos exige también que respetemos esas diferencias. Siempre y cuando usted no haya iniciando ninguna violencia contra mí o mi propiedad, yo estoy obligado a no iniciar ninguna violencia en contra de usted y los suyos. Lo contrario a esto es comportarse como una bestia. Y no deberíamos hacer eso, porque no es lo que hace la buena gente, y porque vivir una vida feliz es situarse a la altura de nuestro potencial humano. Ningún hombre vive así comportándose como una bestia.

Si una humanidad ​​básica, y por tanto, el respeto por la dignidad humana de los demás, me prohíbe actuar violentamente a fin de conseguir lo que quiero, también me prohíbe que otros actúen violentamente en mi nombre. Si quiero tu coche y tú no quieres venderlo, las mismas reglas de la moral dicen que no debo romper la ventana y tomar tu coche, así como tampoco debo contratar a un matón de calle para que rompa la ventana y lo tome por mí.

Pero contratar a un matón de calle a cometer actos de violencia para nosotros es, de hecho, lo que resulta ser gran parte de la política. Observa la guerra contra las drogas. En la sociedad civil, si yo creo que el uso de drogas es malo, te lo digo. Te ofrezco pruebas y argumentos de por qué no debería hacerse. Podría conseguir convencer a tu familia y amigos. Pero si esto persiste y no lo consigo, tendré que aceptarlo, siempre que tu uso de las drogas no viole mis derechos básicos, como el que me robes a mí para pagar tu hábito.

Sin embargo, en la sociedad política, uno no se detiene cuando los argumentos y las pruebas fallan. Todo lo contrario, sigue insistiendo. Tengo algunos amigos que votan a una ley contra el consumo de drogas, o convencen a un bloque de legisladores a que hagan eso mismo. Con esa nueva ley del lado de uno, se puede ahora usar la violencia para conseguir lo que uno quiere. ¿Que quieres seguir consumiendo drogas? Vale, pero ahora ese oficial de policía con su pistola va a hacer que te detengas, y si no lo haces, te arresta. Y si te resistes, te va a disparar.

Este principio básico: la política como recurso para la violencia, cuando otros medios de persuasión no lo han logrado, se aplica a muchas más políticas, no sólo a las regulaciones contra el consumo de drogas. Las empresas usan la violencia de la política para evitar la competencia de otras empresas. Los empleados de las escuelas públicas usan la violencia de la política para evitar que los estudiantes huyan de las escuelas que fracasan. Los reformadores que financian las campañas usarán la violencia de la política para acabar con un discurso con el que no están de acuerdo. El alcalde de Nueva York quiere utilizar la violencia de la política para hacer que los neoyorquinos no tomen demasiado azúcar.

Todos deberíamos aborrecer esta deriva hacia la inhumanidad. Deberíamos esforzarnos por ser mejores de lo que la política nos anima a ser. Todos debemos rechazar ese recurso a la violencia para conseguir nuestros propósitos.

El problema es que, conforme la política crece, conforme la toma de decisiones políticas continúa desplazando a las decisiones privadas, se vuelve cada vez más difícil escapar de esa engendrada inhumanidad. Las decisiones políticas son de sí o de no. Esto es legal o no lo es. Gana mi preferencia o la tuya. El resultado está claro, la política nos anima a vernos como enemigos. Usted no es sólo alguien con una opinión diferente a la mía sobre un tema determinado, sino que usted es alguien que quiere obligarme a hacer las cosas a su manera y lo respalda con amenazas de violencia.

Una vez que nuestra visión de una persona cambia para verla como un enemigo, invariablemente comenzamos a deshumanizarle. En consecuencia, no vemos la necesidad de entender a esa persona de una manera humana, respetuosa y por vía de la razón. En lugar ello, la violencia parece más aceptable. Si tu oponente es una bestia, es posible ocuparse de él como de una bestia.

Aaron Ross Powell
Esto, por supuesto, se agrava con la ira que la política provoca en muchos de nosotros, una ira que paraliza o altera temporalmente la capacidad de la razón, y esto hace que sea aún menos probable que vayamos a reconocer la falta de humanidad de nuestro comportamiento.

Podemos ser mejor que todo esto. De hecho, tenemos el deber moral de ser mejores. Pero, tan importante es querer ser mejores que esto como el desear vivir todo el enorme potencial que tenemos como seres humanos. Usando la política, con esa distante violencia de las cosas, representa de alguna manera lo alejados que estamos de ese potencial. Nuestras relaciones con los demás deberían darse con la razón, el respeto, la compasión y la bondad, no con la mezquindad, las amenazas y la violencia.

Tenemos que abrazar la verdadera sociedad civil, y hacer todo lo posible para dejar atrás esa inhumanidad de la política.


- Imagen autor: Aaron Ross Powell
- Imágenes 1 y 2. Soluciones negociadas y no a la violencia.

Fuente: Pedro Donaire -BITNAVEGANTES
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sábado, 19 de octubre de 2013

¿Mujeres cardenalas en la Iglesia católica?






“Es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia.¨.....

Marvin Saballos Ramírez



Recientes declaraciones del papa Francisco sobre el papel de la mujer en la Iglesia católica han despertado polémica en diversos círculos internacionales y de la Iglesia. En tanto un artículo del diario El País, de España, y recogido por la prensa internacional, lo interpreta como que el papa está pensando ya en nombrar mujeres para el Colegio Cardenalicio, otros círculos católicos como Aciprensa, lo denuncian como una manipulada interpretación de las palabras del pontífice.

La entrevista papal fue realizada por el P. Antoni Spadaro S.J. director de la Revista Civiltá Cattolica, revista jesuita muy prestigiosa que se edita en Roma y fue publicada en español por la Revista Razón y Fe, también jesuita. La entrevista es muy larga, son 27 páginas en que se tocan diversos tópicos personales sobre el papa Francisco, su estilo de pontificado y sus perspectivas sobre temas cruciales para la Iglesia. El papel de la mujer en la Iglesia, ocupa apenas poco más de media página, pero que han revuelto a medio mundo. ¿Pero qué es lo que dice Francisco? He aquí una transcripción textual de la versión publicada en español por Razón y Fe:

“Es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia. Temo la solución del “machismo con faldas” porque la mujer tiene una estructura diferente del varón. Pero los discursos que oigo sobre el rol de la mujer a menudo se inspiran en una ideología machista. Las mujeres están formulando cuestiones profundas que debemos afrontar. La Iglesia no puede ser ella misma sin la mujer y el papel que esta desempeña. La mujer es imprescindible para la Iglesia. María, una mujer, es más importante que los obispos. Digo esto porque no hay que confundir la función con la dignidad. Es preciso, por tanto, profundizar más en la figura de la mujer en la Iglesia. Solo tras haberlo hecho podremos reflexionar mejor sobre su función dentro de la Iglesia. Hay que trabajar más hasta elaborar una teología profunda de la mujer en la Iglesia. En los lugares donde se toman las decisiones importantes es necesario el genio femenino. Afrontamos hoy este desafío: reflexionar sobre el puesto específico de la mujer, incluso allí donde se ejercita la autoridad en los varios ámbitos de la Iglesia”.

¿Cuándo se nombrarán mujeres en los ámbitos en que se ejerce la autoridad en la Iglesia? No queda claro, lo que sí queda claro es el llamado a reflexionar en profundidad sobre el papel de la mujer en la Iglesia, un tema que hasta hace poco era tabú, y hoy es planteado por el mismo pontífice. Aunque la entrevista nos da también otras claves para entender cómo ve los procesos de cambio y toma de decisiones:

“Yo soy de la opinión de que se necesita tiempo para poner las bases de un cambio verdadero y eficaz. Se trata del tiempo del discernimiento. Y a veces por el contrario, el discernimiento nos empuja a hacer ya lo que inicialmente pensábamos para más adelante”.

El debate está planteado, puede ser muy pronto o a largo plazo que veamos mujeres en puestos de autoridad en la Iglesia. Lucetta Scaraffia, historiadora, columnista italiana del diario vaticano L'Osservatore Romano, emblema de la presencia femenina en el periódico de la Santa Sede, publicó una columna en la cual sostuvo que “no sería raro” si pronto la Iglesia contase con una “purpurada”.

Así que no nos sorprendamos si el discernimiento lleva a la conclusión de que es necesario elegir pronto a una cardenala, como ya se discute que debería ser llamada. 

El autor es psicólogo social.




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jueves, 17 de octubre de 2013

Gracias a la locura del Tea Party....

EUROPA

Beneplácito en la Comisión Europea por acuerdo presupuestario en EE.UU.

Voceros del comisario económico Oli Rehn celebraron la finalización del impasse. Al mismo tiempo, los costos de este episodio se reflejaron en los mercados de valores y de divisas.
La Comisión Europea reaccionó aliviada este jueves al acuerdo logrado en Estados Unidos entre los partidos Demócrata y Republicano para resolver la disputa presupuestaria.
"Celebramos mucho el acuerdo que se ha logrado ahora", dijo en Bruselas el portavoz del comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la Unión Europea, Olli Rehn.
El consenso para reabrir la administración pública, según el portavoz, "ha eliminado las nubes negras que han ensombrecido la economía mundial y la reciente recuperación económica en Europa. Es una buena noticia", comentó.
El pasado lunes, el propio Rehn había advertido de las "consecuencias potencialmente dramáticas" que podría sufrir la economía mundial y la europea si las negociaciones para evitar una suspensión de pagos en Estados Unidos no prosperaban.
Cautela en los mercados
Entre tanto, los mercados europeos reaccionaron con cautela ante el acuerdo sellado en Washington. El EuroStoxx 50 cayó por debajo de la marca de los 3.000 puntos y perdió un 0,57 por ciento, hasta los 2.998,36 enteros.
El CAC 40 de París perdió un 0,62 por ciento (4.217,27 puntos) y el FTSE de Londres un 0,21 por ciento (6.557,62). En Alemania, el Dax perdía un 0,68 por ciento (8.785).
En el mercado cambiario, el dólar bajó respecto de las principales divisas, tanto el euro como la libra y el yen.
En cambio, la demanda de bonos del Tesoro norteamericano volvía a ser intensa, mientras bajaban los rendimientos de estos títulos. En la mañana del jueves los bonos estadounidenses a diez años pagaban un interés del 2,65 por ciento en el comercio libre, frente al 2,75 por ciento de la tarde anterior. La misma tendencia mostraban los papeles de la deuda a corto plazo.
Con todo, el precio que deberá pagar Estados Unidos por esta crisis es alto. Según las estimaciones de la agencia de rating Standard & Poor's (S&P), el cierre parcial de la administración o "shutdown" ya le ha costado a la economía 24.000 millones de dólares (17.700 millones de euros).
EL(dpa, EFE)
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ELOGIO AL ELECTOR INDECISO



Comenzaré con una tesis. "Si bien todo elector es un votante no todo votante es un elector".
La diferencia no es irrelevante. Hay quienes votan sin elegir. 


Todos conocemos a personas que siempre han votado por el mismo partido sin darse jamás el trabajo de elegir. No me refiero solo a los militantes, pues para ellos votar es una obligación, la palabra lo dice, casi militar. Hay, además, quienes han establecido una relación ontológica con la política. 
Por ejemplo, en lugar de “estar” en, “son” de, un partido. Ser de izquierda o de derecha es para tales personas una pertenencia de tipo étnica. Afortunadamente no son solo ellas quienes votan. También votan -estoy siguiendo una clasificación weberiana- los partidarios, los simpatizantes, y no por último, los indecisos, segmento que suele conformar en algunos países, si no una mayoría, un número decisivo en cada elección. 
Para explicitar la enunciada tesis será necesario agregar que el elector indeciso al elegir toma una decisión. Luego, antes de decidir tiene que haber pasado por un momento previo, y este no puede ser otro sino el de la indecisión. Por esa misma razón el elector indeciso no debe ser confundido con el elector abstencionista, aunque puede darse el caso de que la decisión final del indeciso sea la abstención. Pero la abstención para el indeciso es solo una entre otras posibilidades. No así para el abstencionista.
El abstencionista es el que hace del no votar un decidido gesto militante y en algunos casos una profesión de fe. En cierto modo el abstencionista es un militante negativo, o si se prefiere, un fanático de la anti-política.
Mucho menos puede ser confundido el elector indeciso con el elector indiferente. Todo lo contrario. Al indiferente le da lo mismo quien gane y por lo tanto no reconoce diferencias. Pero el indeciso no solo las reconoce: hace de las diferencias una condición de la política. Ahora, reconocer diferencias significa, en cierto modo, pensar. Pues sin conciencia de lo diferente no hay pensamiento y luego, tampoco hay conciencia. 
El pensamiento comienza con la diferencia (Derrida). Esa es la razón por la cual se puede afirmar que el elector indeciso es un elector pensante. Y es claro: si no fuera indeciso no tendría necesidad de pensar. Es errado imaginar entonces que al indeciso gusta su indecisión; al contrario, desea salir de ella. Pero para conseguirlo tiene solo una alternativa: pensar.
Pensar es en gran medida debatir consigo y con el otro. Y el debate, lo sabemos todos, es la sal de la política.
Ironía insólita es que los electores indecisos tienden a ser despreciados por los militantes partidarios. La ironía es tanto más grande si se tiene en cuenta que los candidatos, aún siendo militantes, nunca podrán ser elegidos si no hay electores indecisos. Sin estos, los resultados de cada elección serían siempre los mismos, no habría rotación del poder. Los indecisos, al inclinar la balanza para uno u otro lado, son los máximos garantes de la democracia política.
Sin indecisiones la vida política sería lo mismo que la vida religiosa pues, como es sabido, es mucho más fácil cambiar de opinión política que de creencia religiosa. Es por eso que en las naciones no secularizadas -pienso en países islámicos- al ser los partidos entidades confesionales, los resultados se conocen de antemano. En una nación suní, ganan los suníes; y en una chií, los chiíes
Los indecisos, por el contrario, no hacen de las elecciones un acto de fe ni tampoco aman a un líder con devoción. Si son religiosos van a los templos. Y si son amantes, van a la cama. En ningún caso van a la política a satisfacer pulsiones, ni espirituales ni eróticas. Más aún: como seres pensantes están dispuestos a cambiar de opinión siempre y cuando los argumentos de un partido sean más convincentes que los del otro. Para el indeciso, quiero decir, no existe el “para siempre”. Su voto será condicionado. ¿Condicionado a qué? A su decisión, no hay otra respuesta. El indeciso es el votante soberano.
Entre militantes partidarios e indecisos existe, aunque así no parezca, una intensa relación política. Lo explicaré:
La razón de ser de un partido –no puede ser otra- es ganar para sí al mayor número posible de indecisos. Por lo tanto -y esa no es una de las paradojas menores de la política- los indecisos son los que deciden.
La utopía de una nación de decididos militantes ha sido la misma que han acariciado los totalitarismos modernos. Fue esa la razón por la cual en tales sistemas los indecisos no fueron tratados como indecisos sino como enemigos. Convertir a los indecisos en enemigos para eliminar toda indecisión fue el objetivo fundamental perseguido por Hitler y Stalin. Ambos monstruos tenían razón desde sus perspectivas: el indeciso delibera consigo y los demás. Y toda deliberación atenta en contra de la razón totalitaria.
Los indecisos, en consecuencia, necesitan más que a nada de la democracia. Más aún: la democracia para ellos es condición existencial. A la vez, la democracia necesita de los indecisos. Sin por lo menos la existencia de dos partidos los indecisos no tendrían –como hoy ocurre en Cuba y Corea del Norte- entre quienes decidir. Las elecciones estarían de más. Y sin elecciones no hay democracia. 
Muy imbécil sería entonces un candidato si levantara una política sólo a favor de quienes ya tienen su decisión tomada. Conquistar para sí a los indecisos es tarea primordial de la lucha política. 
Tan importante son para mí los indecisos, que he debido vencer la tentación de proponer la fundación de un nuevo partido: el Partido de los Indecisos. El problema es que si los indecisos forman un partido dejarían de ser indecisos. Y sin indecisos, he de reiterar, se acaba la democracia. 

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jueves, 3 de octubre de 2013

“Este no es el mundo que propuso Samuel Huntington”

IPS entrevista a HARALD MÜLLER, del Instituto de Investigaciones para la Paz de Francfort

Por Rousbeh Legatis    

NACIONES UNIDAS, 3 oct 2013 (IPS) - La polémica teoría del “choque de civilizaciones”, que está cumpliendo 20 años, explica las relaciones internacionales y los conflictos violentos según una lógica de buenos y malos, asevera el experto alemán Harald Müller.
“Es errónea, pero satisface necesidades básicas”, dice Müller, director ejecutivo del Instituto de Investigaciones para la Paz de Francfort (PRIF, por sus siglas en alemán).
En 1993, Samuel Huntington, entonces profesor en la Universidad de Harvard, escribió un artículo para la revista Foreign Affairs que luego convirtió en libro (“El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial”).
En él, dividió al mundo en ocho civilizaciones, “definidas tanto por elementos objetivos comunes, como idioma, historia, religión, costumbres e instituciones, como por la autoidentificación subjetiva de la gente”.
Huntington postuló que, después de la Guerra Fría, las diferencias culturales serían el motor clave de conflagraciones y conflictos.
En entrevista con IPS, Müller explicó por qué la teoría de Huntington cobró tanta fuerza pese a ser inadmisible.
IPS: La introducción de la edición especial de Foreign Affairs por el 20 aniversario de la obra de Huntington, sostiene que el poder de una teoría es su escala, la intensidad y la calidad del debate que genera. Y señala que el libro es una de las contribuciones teóricas más poderosas de las últimas generaciones. En su opinión, ¿qué determina una buena teoría política?
HARALD MÜLLER: Obviamente, hay una diferencia entre una “teoría poderosa” y una académicamente “buena”. Una teoría es “poderosa” cuando toca la sensibilidad pública sobre un asunto de gran destaque al momento de su publicación. Si es fácil de captar, suficientemente simple para que la entiendan gran cantidad de personas y se acompaña de un buen trabajo de venta, puede cobrar una fuerza considerable.
Pero no es necesariamente una buena teoría. El darwinismo social fue muy poderoso a fines del siglo XIX y a comienzos del XX, pero desde el punto de vista científico fue una teoría bastante mala.
IPS: Muchos analistas sostienen que las reflexiones y los postulados de Huntington tocaron una fibra sensible.
HM: Él tocó una fibra sensible porque presentó una teoría simple y abarcadora de la política mundial en un momento en que los pueblos de Occidente habían perdido las coordenadas establecidas por la estructura simple, bipolar y antagónica de la Guerra Fría.
Él les volvió a decir a esos pueblos quiénes eran (Occidente), y quién era el enemigo (la imponente coalición sino-islámica). De hecho, su prognosis fue un reflejo de la Guerra Fría, al proyectar una coalición contraria a ese enemigo, en la que las culturas “hinduista”, “ortodoxa” y “latina” se sumarían en masa a Occidente porque el gigante sino-islámico parecía mucho más amenazador.
IPS: Huntington sugirió que los conflictos más importantes se manifestarían a partir de las divisiones existentes entre esas civilizaciones. Al mirar los conflictos mundiales de la actualidad, ¿en qué medida cree que importan las variables culturales?
HM: Como muchos observadores ya han señalado, muchos conflictos tienen lugar dentro de las “civilizaciones” de Huntington, principalmente dentro del Islam: chiitas versus sunitas, sunitas versus alauitas, los clanes en Somalia, etcétera.
En otros conflictos, la causa básica no es cultural, (como en el) quiebre de climas que atraviesa el Sahel y que enfrenta a pastores nómades con agricultores, (o en) conflictos territoriales clásicos –Israel versus Palestina, India versus Pakistán–, que no estallaron entre grupos que ya eran culturalmente distintos mientras la cuestión territorial no era lo más importante, por ejemplo durante los imperios Otomano y Británico.
En términos generales, los factores culturales –religión y condición étnica– exacerban conflictos existentes por diferentes motivos. Pero rara vez son la causa de esos conflictos.
IPS: En su libro “Coexistencia de civilizaciones: Las antípodas de Huntington”, usted evalúa si la teoría del choque es coherente y científica.
HM: Ni la historia ni la mayoría de las obras sobre civilización y cultura apoyan la idea de civilización de Huntington. Su descripción del Islam como una cultura desproporcionadamente violenta ignora que la mayoría de los países musulmanes están rodeados de muchas otras “civilizaciones”, y tiene por tanto muchas más ocasiones de “chocar” que el resto. Es un simple caso de “controlar fronteras” en lenguaje estadístico.
Él desestima los mecanismos políticos de seguridad nacional por los que los países que aspiran a construir hegemonías regionales suelen ser vistos con desconfianza por sus vecinos, que entonces buscan aliados extrarregionales como contrapeso.
También ignora que, cuanto más central se vuelve la religión en la formación de la identidad política, más fuertes serán las consecuencias de la escisión y más probables y frecuentes los choques intraculturales, como el de sunitas y chiitas.
Además, Huntington selecciona solo las fuerzas divisorias de la diversidad, pero olvida las fuerzas vinculantes de la globalización. En conjunto, es una construcción parcial y sesgada, que desatiende los aportes de la historia, la antropología, la etnología, la sociología y de algunas otras disciplinas.
IPS: A partir de las experiencias de conflictos recientes, ¿ve algún motivo para reconsiderar su análisis?
HM: No, me siento bastante cómodo con lo que escribí. Incluso el propio Huntington negó que el 11 de septiembre (de 2001, fecha de los atentados que dejaron más de 3.000 muertos en Nueva York y Washington) fuera un caso de “choque de civilizaciones”. La mayoría de las víctimas de (la red extremista) Al Qaeda son musulmanas, y la coalición anti-Al Qaeda es una impresionante colección de todas las culturas del mundo.
Sería aún más impresionante sin la extraordinaria ineptitud y cortedad de miras del gobierno (de George W. Bush, 2001-2009), que desaprovechó la ola de empatía generada por la conmoción de Nueva York y Washington y alejó a buena parte de la población mundial que inicialmente mostró solidaridad con Estados Unidos.
Una gran rivalidad de poderes vuelve a estar en escena como fuerza que moldea la política mundial. La democracia sigue su avance lento, pero en apariencia irresistible, que sin embargo no nos lleva a una “liga de democracias”, pues los Estados democráticos en el Sur global mantienen sus identidades de excolonias con visible desconfianza ante las intenciones y objetivos de los antiguos poderes coloniales.
En vez de una convergencia de dos bloques civilizatorios, vemos más alineamientos cambiantes y diversos que antes. Este no es el mundo de Huntington. 

Fuentes: IPS y Other News.
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Un Comentario del experto en Medio Oriente Prof. George Chaya de INFOBAE solicitado expresamente:

¨ En efecto querido Don Jorge. Se han sucedido muchos cambios y el mundo muta rapidamente en los ultimos años, en su momento adheri a Huntington, pero los hechos del ultimo decenio o quizas un poco mas, estan mostrando que amerita reconsiderar ciertas cuestiones que dabamos por santas. El oriente medio esta marcando el pulso en esos cambios precisamente. Y a mi juicio hoy dia creo que ha quedado una sola civilizacion y esa es la civilizacion humana, y lo que vemos en ebullicion y conflicto agravado son las distintas culturas que pujan entre si para imponerse por medio de la violencia.
Un Abrazo!
GCH
Prof. George Chaya (BA) in History, Canterbury University, UK.
Consultant on Middle East and Latin America.
Twitter @george_chaya

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martes, 1 de octubre de 2013

QUE ES DEMOCRACIA PARTICIPATIVA

Declaración de Principios de la Democracia Participativa

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Proclamada por la Iniciativa Cultural 

para una Democracia Participativa1º de julio de 2011[ English version HERE ] 
La Iniciativa Cultural para una Democracia Participativa proclama que la Democracia Participativa aspira a proporcionar a todas las personas la capacidad de participación que les corresponde en la toma de las decisiones, en la supervisión y ejecución de las decisiones y en la evaluación final de las decisiones que afectan los destinos de toda la nación y el bienestar de todos y cada uno de los ciudadanos, en lo político, lo económico, lo social y lo cultural.
Inspirados en el principio fundamental del derecho a una verdadera participación ciudadana, la Democracia Participativa consiste en un compromiso a:
  • Establecer la Carta Internacional de los Derechos Humanos como fundamento indispensable para el desarrollo de la Constitución de cada país;
  • Promover la separación de los tres poderes fundamentales – ejecutivo, legislativo y judicial – y la creación de un poder subordinado económico que desempeñe un papel profesional de mediación entre los poderes ejecutivo y legislativo en cuestiones de presupuesto;
  • Promover dentro de cada ámbito de actuación la participación directa de los ciudadanos en la toma y evaluación de decisiones de los órganos de gobierno en los niveles local y provincial y en la propuesta (iniciativas populares) y aprobación de normas jurídicas en los niveles local, provincial, regional y estatal o federal;
  • Promover una legislatura donde una de sus ramas refleje mediante proceso electoral los intereses programáticos de las diferentes corrientes políticas establecidas y reconocidas y la otra se organice mediante un sistema progresivo de Asambleas electivas que respondan a los intereses populares de sus bases respectivas y que se organicen de conformidad con el Principio de Subsidiariedad;
  • Definir al Poder Ejecutivo como un poder dedicado a la administración de los mandatos del pueblo provenientes de las Asambleas y de los lineamientos partidistas provenientes de la otra rama legislativa, de conformidad con las decisiones conjuntas de un Congreso así constituido;
  • Establecer requisitos mínimos de formación para poder acceder a los cargos públicos;
  • Promover la independencia del poder Judicial y la elección popular de jueces de primera instancia seleccionados como candidatos por organizaciones profesionales del derecho y/o por organizaciones defensoras de los derechos humanos y/o que se presenten individualmente como candidatos con el respaldo de muchos años de servicio ejemplar.  La instalación de jueces en instancias superiores seguirán las normas constitucionales establecidas por medios democráticos;
  • Defender el interés general para que prevalezca sobre los intereses de grupos de presión o cabildeo en los asuntos que involucren al poder ejecutivo, legislativo y judicial;
  • Aceptar la realidad democrática de grupos de presión o cabildeo que actúen de acuerdo a normas de absoluta trasparencia mediante la amplia y libre divulgación de sus metas y aspiraciones;
  • Crear mecanismos de control que prevengan la corrupción, la impunidad y el abuso de autoridad, con sanciones obligatorias que impliquen la destitución de los culpables y su sometimiento a un procedimiento judicial establecido de conformidad con las decisiones legislativas;
  • Establecer la transparencia en el funcionamiento de la Administración Pública mediante el escrutinio periódico y obligatorio por parte del poder económico, con libre acceso a las cuentas y procedimientos públicos, introduciendo mecanismos para el control y supervisión por parte de los ciudadanos de la actividad de los poderes ejecutivo y legislativo, mediante organismos creados y mantenidos por la sociedad civil como parte del poder económico;
  • Impulsar la colaboración del Estado con los grupos religiosos, filantrópicos y humanitarios empeñados en realizar funciones que beneficien a la comunidad sin interferir ni ejercer influencia en las funciones y decisiones públicas.
La Iniciativa Cultural para una Democracia Participativa suscribe esta Declaración de Principios con el propósito de fomentar los medios para proporcionar a los ciudadanos la capacidad decisiva de participación democrática, exigiendo que los programas e iniciativas de gobierno ofrezcan oportunidades iguales para todos, condenando el uso de la violencia y promoviendo el diálogo y la negociación en la presentación de objetivos políticos y la toma de decisiones que afecten a la comunidad o a la nación.
Creemos que el futuro nos pertenece, que debemos tener control sobre él, que una mayor participación democrática abre las puertas del progreso y la paz para un mundo mejor.

Fuente:

Democracia Participativa


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La diplomacia de terciopelo de Irán

de Nazanín Armanian en Público


Autor:  ,periodista 
OPINIÓN
Llevan nombres de los nietos de Mahoma: Husein y Hasan, quienes representan dos modos de actuar distintos frente al enemigo: uno  apodado el “príncipe de los guerreros” se lanzó a una batalla suicida por el califato, y murió tras caer en una emboscada en  Kerbala  (Irak) año 608,  mientras Hasan al ver que no podía derrotar al poderoso ejército de  Moawiya Omeya, optó por  entregarle  el poder.
Husein Obama y Hasan Rohani han decidido declarar un alto el fuego en sus  conflictos, evitando una batalla que sería la madre de todas las guerras.  Si Obama, que nombró 25 veces a Irán en su discurso ante la ONU, consigue impedir el ingreso de Irán en el club nuclear sería el principal logro en su política exterior (La prioridad de Obama: ¿Siria, Egipto o Irán?).
Hace 36 años del último encuentro entre los máximos responsables de ambos países. “Usted preside una isla de estabilidad”, le dijo Jimmy Carter al Sha, mientras la tierra temblaba bajo los pies insensibles del dictador  y una revolución democrática (luego secuestrada y abortada) un año después acababa con 2.500 años de monarquía.
Lo anecdótico es que no fue la República Islámica (RI) la que cortó sus relaciones con EEUU, sino al revés. Ocurrió cuando la embajada de Washington en Teherán fue ocupada en protesta por la acogida del Sha y su familia en aquel país, después de que huyeran con maletines llenos de joyas y dinero.
La enemistad con EEUU no es intrínseca a la naturaleza de la RI. Incluso después, de forma “clandestina”, los políticos de ambos Estados siguieron coordinando sus estrategias, como prueban varios ejemplos: cuando a petición del candidato republicano Ronald Reagan, Irán no liberó a los rehenes de la embajada para impedir la reelección de Carter en 1980. El escándalo “Irangate” (Irán desmonta la agenda de Obama), la visita del general Robert MacFarlane a Teherán en 1987, siendo presidente el ayatolá Alí Jamenei –actual jefe del Estado-, para pedirle bases para espiar a la URSS. La cooperación con Bush para derrocar a Saddam Husein y los Taliban y, luego, establecer gobiernos clientes en ambos países. La última muestra de esta coordinación de estrategias ha sido el viaje del estadounidense Jeffrey Feltman, en calidad de representante de la ONU, para negociar sobre Siria.
Ahora bien,  tantos años de “Muerte a América” y de achacar todos las males del país a la superpotencia, ha convertido a las autoridades del país en rehenes de sus propias consignas, de modo que ahora resulta difícil restablecer relaciones con el Gran Satán, ante una audiencia radical confusa que ha mostrado su indignación lanzando zapatos a la comitiva de Rohani a su regreso de Nueva York. ¡Menos mal que no se hizo una foto con Obama!
La 68 asamblea de las Naciones Unidas pasará a la historia por dar una última oportunidad a la solución política al conflicto nuclear entre Irán y las potencias mundiales.
Hasan Rohani, que contaba con la bendición de Jamenei, exhibía el final de la política Ahdmadineyad en política exterior: sonrisa en los labios y cortés, asistió a esta reunión acompañado por el diputado de los judíos iraníes, mientras condenaba los crímenes nazis contra los hebreos.
Que la delegación israelí se quedase sola en su gesto de abandonar la sala mostraba el interés de todos los demás países en escuchar al nuevo presidente de Irán. La política blanda de Rohani ha colocado a un aprieto a un Netanyahu que, sin duda, echa de menos a Ahmadineyad.
Aquí, el presidente Obama dijo dos cosas que la RI quería oír:
1.           Que “no busca cambiar al régimen”.
2.           Que respeta el derecho de Irán a acceder a la energía nuclear con fines pacíficos.
Era la primera vez en años que Obama no amenazaba Irán ni pronunció la frase maldita: “todas las opciones están encima de la mesa”.
El trasfondo del cambio
Los motivos de EEUU son:
- Negociar con Teherán es menos costoso que una guerra suicida o aceptar un Irán nuclear.
- La opinión pública de EEUU e Israel está en contra de una aventura bélica por tierras iraníes (campaña Te amamos: Irán e Israel)
- Si dos de sus más firmes aliados, Reino Unido y Alemania, se negaron a colaborar en el ataque militar contra Al Asad, tampoco lo harían contra Irán, un bocado imposible de digerir.
- El “precipicio fiscal” y la falta de dinero para un nuevo conflicto de envergadura.
- Necesita de la RI para pacificar -o llevar adelante sus políticas en-  Afganistán, Irak, Siria y Líbano.
Los motivos de Irán:
- Las sanciones que están estrangulando su economía hasta límites ya insoportables y los bajos precios del petróleo.  La “Petropolítica” muestra el efecto inmediato de la correlación negativa entre las fluctuaciones en el precio y la oferta del crudo sobre la política exterior e interior (la calidad de la democracia política-económica) de un país. A más petrodólar, más independencia del poder sobre la voluntad de los ciudadanos. En los últimos ocho años, el gobierno de Ahmadinejad disfrutó de unos ingresos por petróleo superiores a la suma de todos los ingresos obtenidos durante los cien años pasados, sin que mejorasen las condiciones de vida de la gente. Hoy, la RI no puede ignorar la voluntad del pueblo.
- Temor a un estallido social más grande que el del 2005 y esta vez no será por razones políticas y de derechos civiles, sino por las condiciones económicas.
- Un aislamiento imposible de sobrellevar, cuatro sanciones de la ONU y un amplio frente unido contra el país a nivel mundial: desde sus vecinos turcos, judíos y árabes, hasta potencias “aliadas” como China y Rusia que votan en favor de las sanciones en el Consejo de Seguridad.
- Las presiones contra Siria, su único aliado en la región.
- Al contrario de hace unos años, hoy Irán se siente bastante fuerte para defenderse sin necesidad de armas nucleares.
- Necesita alcanzar un acuerdo con Washington antes de que Obama abandonase la Casa Blanca en 2016.
- Si pretende ser una potencia regional, sólo lo será si es aliado de EEUU, como Turquía o Israel.
El precio iraní para abandonar el programa nuclear:
- Garantías de seguridad, de que no será atacado por EEUU-Israel.
- Levantar las sanciones económicas y financieras.
- Derecho a contar con la energía nuclear, en condiciones que respeten su soberanía, es decir, poder enriquecer el uranio en el propio país.
EEUU pide a Irán:
- Demostrar los fines pacíficos de su programa nuclear.
- Abandonar a Bachar al Asad.
Los obstáculos en sus caminos
Ambos mandatarios se enfrentan a una fuerte oposición dentro y fuera de sus países.
El presidente iraní tiene en su contra: al poder judicial, al parlamento y una amplia red descoordinada de órganos, grupos e instituciones de intereses diversos, como los “Principialistas”, la élite integrista multidimensional contraria a cambiar elstatus quo, quienes agitan la bandera de los “valores” de la lucha contra el Gran Satán. Son los que desde Irán impidieron hasta el encuentro “casual” entre Obama y Rohani en los pasillos de la ONU. También están en contra algunos sectores del todopoderoso ejército de Guardianes Islámicos, que rechazaron la oferta de Rohani de mantener su influencia en la economía a cambio de no interferir en la política; el sector que desconfía de las intenciones de Washington y no piensa abandonar a Asad, considerando Siria la “profundidad estratégica” de Irán y a este acercamiento una claudicación ante el imperio. A su vez, los comerciantes enriquecidos gracias al mercado negro creado por las sanciones económicas, quienes ganan millones cobrando altas comisiones al importar dólares americanos, gracias al boicot impuesto sobre el sector financiero iraní por la ONU y EEUU. Están los  grupos “anti occidentales” –civiles y paramilitares con fuertes lazos económicos con el poder – que la misma RI creó para infundir un estado de terror constante en la sociedad y acusar de ser agentes de la CIA a sus opositores. Algunos que siguen en el Ministerio de Interior,  son los mismos que durante la presidencia del reformista Mohamed Jatami perpetraron los “asesinatos en cadena” de un centenar de intelectuales y políticos para socavar a su gobierno.
Es peligrosa, a su vez, la postura ambigua de Alí Jamenei, que es capaz de desautorizarle y apartarle si los intentos de levantar las sanciones fracasan o se siente amenazado por  la estrecha unión entre Rohani y Hashemi Rafsenyani.
Además, hay que añadir que EEUU haya unido el expediente nuclear iraní con el de Siria y las elevadas expectativas que, desde su toma de posesión, se han levantado entre los ciudadanos. Por todo ello, Rohani ha advertido a EEUU sobre la provisionalidad de esta oportunidad.
Por su parte, Obama debe: acabar con la desconfianza que las agresiones militares de su país han creado en Oriente Próximo; neutralizar las presiones de los republicanos,  los árabes e Israel, que observan irritados cómo la opción militar contra los ayatolás se ha debilitado;  imponer su voluntad a Netanyahu, que exige anular la capacidad de Irán para militarizar su tecnología nuclear,  mientras el objetivo del propio Obama es la prevención  de “armas nucleares”. Aquí ya no se trata de la “doble vara”, sino de lo ilógico de la postura de Tel Aviv, que es el principal beneficiado del acercamiento entre EEUU e Irán, lo cual significa el desarme de Irán y el fin de su apoyo a los enemigos de Israel en la región.
Los sectores belicistas de ambos países intentarán dinamitar cualquier acuerdo, produciendo películas como No sin mi hija o Argó, mientas otros podrán asaltar embajadas o enviar provocaciones desde Siria u otro lugar.
Se acerca la festividad iraní del 4 de noviembre, el día de la toma de la embajada de EEUU en Teherán. Es la oportunidad perfecta para el tándem Jamenie-Rohani de mostrar su buena voluntad convirtiendo las tradicionales concentraciones frente a esta sede -donde se corea “Muerte a América” y se queman banderas de barras y estrellas- en mesas de debates, conferencias televisivas, congresos, etc., explicando la nueva política del país.
Rohani debe unir la distensión en la política exterior con las reformas en el interior: levantar la censura sobre internet, autorizar el funcionamiento de los sindicatos y partidos políticos, suspender la monstruosa pena de muerte que acaba a diario con la vida de varias personas, dejar de acosar a la población por negarse a llevar la inventada vestimenta islámica, etc.- y así ampliar su base social. De momento, ha puesto en libertad a varios presos políticos, ha readmitido a decenas de estudiantes y profesores expulsados y ha declarado totalmente gratis los costos del tratamiento de los enfermos “especiales”. Son sólo algunos gestos tibios pero positivos.
Puede que no haya habido foto de Rohani y Obama juntos, pero quizás podamos ver a  John Kerry -cuyo yerno es un médico iraní- paseando por Teherán.
Que por el bien de la paz mundial, no se desprecie este ramo de olivo.

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