viernes, 29 de marzo de 2013


“Está en juego la Patria”.

 Estado de situación política de Venezuela al llegar el Viernes Santo...


Sin esperar el disparo de salida.
Aunque oficialmente la Campaña Electoral  Presidencial debe iniciarse el 2 de abril y debe terminar el día 11 del mismo mes, los dos principales candidatos a la Presidencia de la República han intensificado sus actividades y confrontaciones, en búsqueda de lograr el voto de los ciudadanos el domingo 14 de abril. El candidato oficialista, Nicolás Maduro, autodenominado “hijo de Chávez”, inició su campaña desde el sábado 8 de diciembre, cuando en su último mensaje al país, anunciando su nueva operación contra el cáncer que le aquejaba,  el Presidente Chávez solicitó que de no poder ejercer la presidencia, sus simpatizantes  votaran por el hasta ese momento Canciller de la República. 

Por su parte Henrique Capriles Radonsky, candidato de la Mesa de Unidad Democrática, MUD, la cual agrupa a un gran número de partidos, organizaciones y movimientos políticos, se encuentra recorriendo el país, realizando dos encuentros públicos diarios que ha denominado “Asamblea de Ciudadanos”. Se han inscrito otros cinco candidatos presidenciales,  los cuales prácticamente no aparecen en los medios de comunicación y se desconocen sus actividades. Son candidatos testimoniales sin recursos financieros y humanos para  realizar una Campaña Electoral de impacto.

“Maduro desde mi corazón”.
Continuando con la costumbre establecida por el Presidente Chávez cuando se presentó como candidato del oficialismo,  se utilizan todos los recursos del Estado en la Campaña Electoral.  En esta ocasión  con mayor vigor, tomando en cuenta que Nicolás Maduro al ocupar por siete años el cargo de Canciller,  no ha tenido mayor contacto con el pueblo y sobre todo no ha recorrido el país. Ocasionalmente participó en algún acto oficial acompañando a Chávez.  

Urge entonces hacerle conocer a las bases Chavistas y en especial informarles de la petición del fallecido ex Presidente, demandando el voto para su heredero.
En esa tónica del ventajismo, además de la abrumadora propaganda en su favor que realizan los medios de comunicación oficiales, Maduro recurre a las cadenas de radio y tv. En esta ocasión dadas  sus enormes limitaciones comunicacionales realiza cadenas cortas, normalmente no mayor de 30 minutos, pero con frecuencia  dos o tres el mismo día. 

El pretexto es alguna actividad en sus “funciones presidenciales”: la inauguración de alguna pequeña obra, sin faltar la “inauguración” de algo ya inaugurado mucho tiempo antes por iniciativa del fallecido ex Presidente. Son muy pocas las obras  que puede mostrar en sus  días de gobierno.

Pero el eje central de su Campaña radica en presentarse como el “hijo”, como el “heredero” y continuador del “legado” de Chávez. En sus mensajes ocupa un lugar preferencial el recuerdo de su fallecido mentor. Ante las críticas Maduro expresó que es cierto, pero que todavía debe de mencionarle mucho mas, como justo reconocimiento a su gran obra.  Lo evidente es que Maduro trata de desdoblarse,  presentándose como un clon de Chávez. 

En sus intervenciones se utiliza fundamentalmente un afiche con el sonriente rostro de Chávez y la frase: Maduro desde mi corazón”. Lo que aparentemente puede ser una fortaleza, tal vez se convierta en una gran debilidad frente a los simpatizantes de Chávez, provocándoles  desinterés por emitir su voto.
En ese marco de copiar al nuevo “Cristo de los pobres” como denominan a Chávez, Maduro ha tomado su estilo “duro”. y los principales argumentos que durante sus Campañas Electorales utilizó con gran éxito el fallecido. 

De nuevo en estas elecciones “está en juego la Patria”. De no lograr el triunfo el país será entregado al imperialismo. Por supuesto, se perderán todas las”conquistas” revolucionarias, sobre todo, las denominadas Misiones.  Se privatizará PDVSA y no se pagarán las pensiones a los jubilados, etc, etc.   Sin embargo, se autodenomina el “candidato de la paz”. Seguramente por recomendación de sus asesores, no ha repetido que el país es gobernado por un equipo político militar, lo cual parece evidente, pero se hace un esfuerzo por presentarle con el fiel y honrado heredero capaz de conducir y profundizar el proceso revolucionario.
Complementariamente se utiliza el temor. 

La oposición busca la “desestabilización” del país, recibiendo enormes sumas de dinero del imperialismo, donde por cierto, hay unos siniestros políticos norteamericanos que planean matar a Capriles para culpar al Gobierno. Por ello Maduro le solicita al Presidente Barack Obama que detenga ese complot.  Ricardo Sánchez, un desconocido Diputado oficialista, convoca una nutrida conferencia de prensa con los medios oficiales, para exigir a la Fiscalía que investigue a los dirigentes de la MUD.  

Por su parte, también en la Asamblea Nacional se abre una investigación en contra de Henry Falcón, Gobernador del Estado Lara y jefe de la Campaña de Capriles.  No faltan los grupos de choque que golpean a simpatizantes del candidato opositor, sin que intervengan en su defensa las autoridades. En los últimos días Maduro repite los  argumentos  que siempre utilizaba Chávez: “el candidato opositor se va a retirar y  no reconocerá su aplastante derrota, acudiendo a la violencia.

Inexplicablemente, con todas las ventajas a su favor, existe un enorme temor en el oficialismo de una posible derrota.  Es muy evidente que Maduro no provoca ni remotamente el entusiasmo que despertara el liderazgo carismático de Chávez. Además es  un ilustre desconocido para una gran parte de ciudadanos que  no saben quién es, o le conocen solamente  por la propaganda oficial. Ciudadanos, especialmente los más pobres, quienes  ahora están sufriendo los gravísimos problemas que como “legado” ha recibido un hombre que no parece tener las condiciones mínimas para gobernar el país.

En concreto la candidatura de Maduro descansa en lograr que el sentimiento afectivo que sienten  por Chávez sus  simpatizantes, les lleve a darle su voto. Pero a Dios rogando y con el mazo dando, por ello se utilizan los enormes recursos  financieros y humanos con los cuales cuenta desde el gobierno, para presionar y movilizar a los votantes. Un acarreo que poco tiene que envidiarle a los que realizaba el PRI en México en sus mejores tiempos.  No es extraño que haya presentado como  su Programa de Gobierno, el mismo que Chávez  diera a conocer en su última Campaña Electoral.

Posiblemente su mayor temor es que logre un triunfo obteniendo una votación mucho menor que la alcanzada por Chávez el pasado 7 de octubre. Algunos analistas anuncian que se producirá un 30 por ciento de abstención en el voto del chavismo. De ser cierto, su votación se reduciría en más de dos millones de electores, lo cual en teoría, de mantener sus votos los opositores, pueden comprometer el triunfo del “heredero” o dejarle muy debilitado políticamente.

“Una lucha espiritual”.
Por su parte, Capriles Radonsky realiza un enorme esfuerzo por motivar y sobre todo, movilizar a los ciudadanos que depositaron el voto a su favor el pasado 7 de octubre. En el fondo su mensaje trata de convencerles que el destino les ha brindado una inesperada segunda oportunidad. En este caso, con un rival sin las fortalezas de Chávez y por el contrario, con muchas manifiestas debilidades. A ese esfuerzo lo denomina “una lucha espiritual”-

Al contrario  de la estrategia que desarrollara en su campaña anterior donde optó por no mencionar y en consecuencia no atacar directamente al candidato Chávez, ahora ataca a fondo a “Nicolás”, como le llama, utilizando tres argumentos que considera pueden favorecerle:
1.El candidato de la mentira. Capriles reitera que Maduro ha mentido durante todo el proceso de la enfermedad y posteriormente, durante el sepelio del fallecido ex Presidente. En realidad, una buena parte de la población, incluyendo sectores del chavismo, considera que se les ocultó información y no se les dijo la verdad.
2.Un ilustre desconocido. Durante su recorrido por el país, Capriles acusa a Maduro de desconocer geográficamente el país y en consecuencia, los graves problemas que golpean a los ciudadanos. Le señala que su campaña es mediática y descansa en la memoria del fallecido Presidente.  En realidad, Maduro hasta ahora se limita a realizar pequeños encuentros y actividades poco importantes que son transmitidas normalmente en cadena de radio y tv.
3.Un gobernante incapaz. Maduro durante su corto ejercicio primero como vicepresidente y ahora como Presidente Encargado, se ha visto obligado a realizar dos devaluaciones de la moneda. 

La primera denominada “ajuste”, supuestamente ordenada por un Chávez moribundo, ubicó el bolívar frente al dólar de 4.30 a 6.30., argumentando que se estaba fortaleciendo nuestra moneda  y golpeando a la oligarquía.
La segunda devaluación encubierta se hace con la creación del Sistema Complementario de Administración de Divisas, SICAD, mecanismo por el cual el Banco Central, mediante una oscura subasta oferta dólares a las empresas que estaban inscritas en el denominado Registro de Usuarios de CADIVI y que les permitió obtener por mas de dos años miles de millones de dólares a un cambio de 5.30  en un mecanismo denominado SITME.

El  Ministro de Economía, Jorge Giordiani, conocido como el Monje, afirmó que era una fuente de enorme corrupción.  Demoró mucho tiempo en averiguarlo y nada indica que con el nuevo mecanismo,  no  continuarán beneficiándose los mismos personajes ligados al oficialismo. La muy corrupta boligurguesía.
El pasado miércoles 27 de este mes, el SICAD ofertó sus primeros 200 millones de dólares,  entregados a 383 empresas importadoras sin que se dieran a conocer sus nombres y el tipo de cambio utilizado. Analistas afirman que el cambio se ubicó a un poco mas de 13 bolívares por dólar, lo cual significa una devaluación mayor al 200 por ciento, con el consiguiente impacto que tendrá  el producto importado en los precios finales al consumidor.

Mientras Maduro alega que se está dando un “golpe al mercado negro, manejado por la oligarquía”. Lo concreto es que se ha desatado una enorme inflación y sobre todo, un gran desabastecimiento de infinidad de productos necesarios y algunos como las medicinas, indispensables para los ciudadanos. Mientras, los problemas de inseguridad,, apagones  en casi todo el país con la excepción de Caracas y el pésimo estado de la vialidad, continúan pesando sobre la población.
En base a esos tres argumentos que reitera en cada uno de sus discursos Capriles, hace un intento de racionalizar el debate, enfrentando la realidad a la emotividad. Lo divino frente a lo terrenal. Tarea nada fácil, tomando en cuenta que existe una clara matriz comunicacional apuntando a un amplio triunfo de Maduro. De hecho, cerca del 70 por ciento de los ciudadanos encuestados, incluyendo los opositores,  ante la pregunta sobre el candidato vencedor responden: Maduro. El tiempo conspira en contra de cambiarla, pese a los errores y horrores de Maduro y su equipo de gobierno.

Quedan apenas 17 días para despejar el interrogante.  Un tiempo muy breve. Ciertamente  está en juego la Patria. Los ciudadanos deberíamos  emitir un voto razonado, libre de presiones, decidiendo cuál debe ser el modelo societario que se implementará en los próximos seis años  Dudamos que haya un ambiente propicio para ese razonamiento. En general se emiten votos en contra y pocos a favor.  Todo indica que se impondrán las pasiones y las presiones con un resultado donde finalmente prevalecerá  mucho más de lo peor. Pese a eso, concurriremos  a votar por un cambio con muchas interrogantes, deseando estar equivocados en el pronóstico.

Venezuela, en el Viernes Santo de 2013. carlosmoris@cantv.net.


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