martes, 30 de abril de 2013


Fernando Mires: ¿Puede un gobierno revolucionario robar las elecciones?

¿Puede un gobierno que se dice revolucionario robar elecciones con absoluta impunidad?...

Aclaremos: No sólo los que se denominan revolucionarios, muchos otros gobiernos han intentado alterar el curso de elecciones, falsificar votos, cambiar cifras, desconocer resultados. Sobre ese tema hay una larga historia.

El ser humano es de por sí trasgresor, aducía Lacan, y si no fuera por las leyes, la policía, las religiones y la moral establecida, muchos darían curso libre a sus pasiones anti-sociales y convertirían la vida colectiva en un infierno. En ese sentido la diferencia entre un gobierno revolucionario y uno que no lo es, es otra.

Mientras un gobierno común y corriente puede robar elecciones obedeciendo al impulso de conservar el poder, un gobierno revolucionario roba elecciones de acuerdo a lo que un revolucionario imagina es (o debe ser) un orden superior al que establecen las leyes y la moral pública. Se trata en este caso de un orden que se encuentra situado en el más allá terrenal, en la tierra prometida que toda revolución ofrece, en ese lugar metafísico en donde la utopía revolucionaria se convertirá en dichosa realidad.

Entonces, la diferencia es que cuando un gobierno común y corriente roba elecciones, sabe que delinque. Pero cuando un gobierno revolucionario hace lo mismo, cree no delinquir. Todo lo contrario: imagina cumplir un deber asignado por la historia: salvar a la revolución de sus enemigos mortales.

El revolucionario, por supuesto, no puede robar como ciudadano común, pero si lo hace en nombre de la revolución, lo hará con la conciencia limpia. Al fin y al cabo un revolucionario sólo acepta comparecer frente al tribunal de la historia y “la historia me absolverá”, dijo Fidel Castro

Si roba las elecciones en un país, un gobierno revolucionario delinque sólo frente a una ley que es propia a un orden de vida inferior al que él aspira. ¿Por qué vamos a desviar el curso de la historia compañeros? ¿Por unas elecciones fortuitas que emanan de las leyes de una burguesía a la que despreciamos? ¿Vamos a entregar el poder a las oligarquías fascistas sólo porque las masas equivocaron provisoriamente el camino?

No compañeros, nosotros no somos esclavos de la justicia burguesa y mucho menos de sus mezquinas convenciones. Si vamos a las elecciones es por razones tácticas. Nuestra estrategia en cambio, lleva al socialismo, el futuro de la humanidad. ¿Vamos acaso a poner en juego nuestra estrategia por la mala aplicación de una táctica burguesa en un momento determinado? No compañeros, el futuro es nuestro. Es por eso que,como dijo una vez Fidel Castro, en la ciudad de Concepción, Chile: “cuando la revolución toma el poder, ese poder no se entrega jamás”.

Lo que a un ser humano común y corriente no le está permitido, le está permitido a un revolucionario, piensa un revolucionario. Pues el revolucionario pertenece a la escala más alta del desarrollo de la humanidad, así al menos lo dijo Che Guevara. Eso significa que a un revolucionario no sólo le está permitido robar, también le está permitido matar en nombre de la revolución. El mismo Che Guevara lo escribió así, y con toda su crudeza: “Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve; a su casa, a sus lugares de diversión, hacerla total (…..) Eso significa una guerra larga; y lo repetimos una vez más, una guerra cruel”.

Y bien, si a un revolucionario -según el icono de la revolución- le está permitido asesinar a sus enemigos en sus casas y en sus lugares de diversión, robar una elección no pasaría de ser un accidente, un pecado venial en medio de la guerra total que libra cada revolucionario en contra del “enemigo de clase”.

Por cierto, no me refiero a quienes hemos participado en una u otra revolución, con resultados negativos o positivos. El torbellino de la historia, según Walter Benjamin, puede arrastrarnos hacia riberas ignotas. No. Me refiero a quienes han hecho de su condición revolucionaria una profesión de fe, una suerte de segunda naturaleza, un modo- de -ser -en -el mundo. Me refiero, en fin, a aquellos que han delegado su Yo a un Sobre-Yo (categoría freudiana) y en este caso, a un Sobre-Yo ideológico que los controla y domina en todas las circunstancias de la vida.

No hay revolucionario sin ideología revolucionaria y no hay ideología revolucionaria sin el sometimiento del Yo racional de cada uno a las determinaciones que provienen de una moral imaginariamente superior integrada en el aparato de un Sobre-Yo ideológico. Ese Sobre-Yo succiona y aprisiona a las capacidades racionales del Yo, que son, entre otras, las del pensar.

Ahora bien, el problema más grave ocurre no tanto cuando el Yo es sometido a un hipertrofiado Sobre-Yo (situación que bien podría llevar y ha llevado a la santidad) sino cuando tiene lugar esa alianza maligna entre las pulsiones afectivas, agresivas y pasionales que cada uno porta consigo (el “Ello” de Freud), con el Sobre-Yo moral e ideológico. En este caso se produce la fusión entre el deseo de delinquir (agredir, transgredir) y los “ideales superiores” o, lo que es lo mismo, el deseo de delinquir adquiere -como en James Bond- licencia ideológica o moral. Producida esta situación es difícil distinguir entre un revolucionario que se convierte en criminal de un criminal que se convierte en revolucionario.

Dicho a modo de ejemplo: un asesino en serie puede llegar a ser un héroe en una guerra ya que no sólo se dará el gusto de matar por matar, sino, además, matará en nombre de la patria. Así se explica por qué los criminales más grandes se sienten redimidos cuando actúan en nombre de una “razón superior”.

Aún permanecen en el recuerdo, entre otras aberraciones de la historia reciente, imágenes de tropas serbias que usando el falo como arma de guerra, realizaban violaciones en masa en la región del Kosovo, llevando a cabo “limpiezas étnicas” en nombre de la revolución de Milosevic. Sin embargo, ¿no eran esos degenerados, herederos directos del sadismo de Robespierre quien hacía cubrir las calles de París con las cabezas sangrantes de sus enemigos? ¿De los millones de asesinados por “razones superiores” bajo Stalin, Mao, Pol-Pot y otros santones de la hagiografía socialista mundial?

Efectivamente, si en nombre de la revolución han sido cometidos crímenes innombrables, robar elecciones, reitero, resulta casi una banalidad, algo que se entiende de por sí. Lo anormal sería entonces que un gobierno que se dice revolucionario no robara (falsificara, adulterara) las elecciones en caso de perderlas.

Por supuesto, el lector adivina que estoy escribiendo a propósito de la posibilidad cada vez más evidente de que en Venezuela el gobierno de Nicolás Maduro ha cometido después de las elecciones presidenciales del 14 de Abril de 2013, uno de los desfalcos electorales más impresionantes de nuestro tiempo.
Indicios hay más que demasiados, sólo falta “por ahora”, la prueba final.

La sospecha resulta más grande si se tiene en cuenta, además, las condiciones subjetivas que habrían eventualmente llevado a los jefes chavistas a robar las elecciones. Esas condiciones estaban determinadas antes que nada por la designación profética de la presidencia de Nicolás Maduro de acuerdo al testamento político del presidente muerto.

¿No habría significado el reconocimiento de la debacle electoral una negación a la infabilidad de “nuestro Comandante”, el Mesías? ¿No habría sido faltar a la honra del amado caudillo, ser desalojados del poder inmediatamente después de su muerte? ¿Cómo continuar la mitología de quien según el imaginario chavista había entregado hasta la última gota de su vida por la revolución socialista, con una derrota electoral que mancillaría para siempre su memoria? No, los jefes del chavismo no podían permitirse una derrota electoral. Luego, si ella no podía ser evitada durante las elecciones, debía serlo, al menos, después de ellas.

Desde el punto de vista penal robar elecciones al pueblo es un crimen horrendo. Desde el punto de vista moral es un signo de absoluta corrupción. Desde el punto de vista religioso es un hecho demoníaco. Desde el punto de vista psicoanalítico es el reflejo de una desviación patológica del más alto grado. Desde el punto de vista clínico es una locura desatada. Sólo desde el punto de vista revolucionario, y en el caso venezolano, necro-revolucionario, el robo de una elección aparecería como un acto legítimo y permisible.

Contra ese tipo de perversión múltiple deberá lidiar el pueblo de Henrique Capriles Radonski. Quizás esa es la razón por la cual Henrique dijo: “nuestra lucha es espiritual”.

Autor: Fernando Mires 
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domingo, 28 de abril de 2013


CAPRILES ENVIA A TRIBUNALES AL GOBIERNO DE MADURO

Al cerrarse la puerta del CEN...toca a la puerta del TSJ


(Caracas, 28 de abril. Noticias24) – El excandidato presidencial y líder opositor Henrique Capriles Radonski sostuvo este domingo que “los venezolanos no permitirán que sus derechos sean vulnerados. Ya estamos hartos de su ventajismo y eso ha quedado reflejado en el voto“.
En su tradicional columna de opinión dominical, Capriles aseguró: “Nosotros no nos vamos a dejar amenazar por un gobierno ilegítimo que ya no tiene ningún liderazgo y tiene que apelar al miedo y al abuso de poder para mantenerse en un puesto. Nosotros no tenemos miedo“.
“No vamos a lavarle el rostro a quien tiene que darle respuesta al pueblo. Vamos a exigir el cumplimiento de las leyes porque hoy no le estamos mendigando al CNE, estamos exigiendo que se respeten nuestros derechos”, precisó.
En este orden de ideas, anunció que tras la falta de respuestas del ente electoral rector acudirá al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para impugnar las elecciones del 14 de abril. “Llevaremos adelante acciones concretas que pongan en evidencia la verdad. La que ustedes y nosotros conocemos. La que el gobierno insiste en ocultar”.
“¿Por qué tienen tanto miedo a que se haga una auditoría como debe hacerse? Porque se dieron cuenta de que ésta ya no es la lucha de Henrique Capriles, sino la de millones de venezolanos“, agregó.
Para finalizar, exhortó “al gobierno que cese la persecución a los empleados públicos”.
A continuación el artículo de opinión:
La nuestra, es una lucha por la verdad y el gobierno nacional cada vez se enreda más en sus mentiras. Ya les resulta imposible sostener una red de falsedades sobre las cuales han decidido fundar su manera de hacer política. El partido de gobierno inventa, inventa e inventa y es el mismo pueblo quien lo refuta, lo deja en evidencia y lo castiga.
Muchas veces intentaron ponerse con excusa para la violencia una frase bendita: “Con la verdad no ofendo ni temo”, y ahora que las circunstancias no les permiten ni siquiera decirla les toca enfrentarse a un pueblo pacífico pero sin miedo. Un pueblo que sabe cuál es la verdad. Un pueblo que nos acompaña en este camino, porque nosotros lo que queremos es que triunfe la verdad.
Nicolás y el resto de su equipo, en buena medida reciclado, han decidido utilizar todo el aparato del Estado, todos los medios y el dinero del Estado, para mentirle al país. Lo que no esperaban era conseguirse a un pueblo despierto que no va a acompañarlo en sus mentiras. Nosotros queremos un país donde las responsabilidades que se asuman con la gente se cumplan y no se repitan una y otra vez hasta convertirlo en retórica politiquera.
Nosotros queremos un país de paz, de diálogo y de entendimiento, pero para eso es necesario un cambio y Nicolás le ha dado las responsabilidades vitales del país a quienes ya le han fallado. Nosotros queremos un país donde se planifique y se pueda seguir paso a paso la evolución de la calidad de vida, pero los enchufados llaman a la violencia, a la división y al conflicto para distraer a la opinión pública de lo que pasa en realidad: que no pudieron, que son los ineficaces de siempre, que a ellos no les interesa que el país salga adelante.
Y por eso no les interesa que se sepa la verdad, sino inocular su mentira.
Ellos saben que los venezolanos no permitirán que sus derechos sean vulnerados. Ya estamos hartos de su ventajismo y eso ha quedado reflejado en el voto. Los derechos de los venezolanos no se negocian y nosotros estamos aquí para defender los de cada uno, porque quienes votaron por el partido de gobierno también merece que su voto sea considerado como parte de la solución a la crisis política en la que el PSUV insiste mantener hundido al país.
Nosotros no nos vamos a dejar amenazar por un gobierno ilegítimo que ya no tiene ningún liderazgo y tiene que apelar al miedo y al abuso de poder para mantenerse en un puesto. Nosotros no tenemos miedo. Es imposible temerle a quienes se han quedado sin pueblo. Puede que mantengan secuestradas a las instituciones —o que eso crean— y que insistan en mentirle a nuestras Fuerzas Armadas —o que eso crean—, pero en cada lugar del país hay gente que quiere tener un mejor futuro y eso quedó evidenciado en la imposibilidad de Nicolás para hacer algo con lo que le heredaron. La herencia que le dieron la derrochó y ahora, que le toca gobernar, no sabe cómo hacerlo y entonces sigue gritándole al viento.
Por otra parte, le reiteramos al Consejo Nacional Electoral que no aceptamos una auditoría chimba. Que el país quiere respuestas. Ya el país entero pudo ver quiénes son los enchufados y cuáles son los intereses que defienden. Se le mintió al país, se le ofreció un proceso de auditoría con completo acceso a la información y eso no ha sucedido. Le decimos al mundo y al país tenemos unos funcionarios que no están actuando para conocer la verdad sino para beneficiar al partido del gobierno.
Como no hay respuestas, impugnaremos las elecciones ante el Tribunal Supremo de Justicia, llevaremos adelante acciones concretas que pongan en evidencia la verdad. La que ustedes y nosotros conocemos. La que el gobierno insiste en ocultar.
Hoy todo el país sabe cómo el desespero los llevó a utilizar los medios de comunicación combinados con la agresión y el vejamen para vengar el respaldo popular que perdieron.
Incluso, tienen el atrevimiento de responsabilizar a los trabajadores honestos por la ineficiencia de los gerentes paracaidistas que están en los puestos importantes de nuestras empresas públicas por ser leales a un partido y no por saber lo que hay que hacer. O peor aún: se lo adjudican a la tristeza de sus militantes o a la confusión del pueblo que han estado defraudando sistemáticamente durante años. ¿Cómo se puede ser tan irresponsable para referirse así a una tristeza que convirtieron irresponsablemente en bandera política? ¿Cómo se puede tratar a quienes confiaron en ellos alguna vez de una manera tan irrespetuosa, en lugar de reconocer que fracasaron?
Los problemas del sector eléctrico no son culpa de los trabajadores de Corpoelec, ni de sabotajes ni de iguanas: es culpa de la ineficiencia de este gobierno. Los problemas de nuestras empresas básicas no son culpa de los obreros: es culpa de las mafias que han dejado que crezcan en torno a ellas porque están metidos en eso hasta las narices.
Los problemas en CANTVA, el Metro de Caracas y otras dependencias del gobierno no son culpa de quienes cada día intentan resolver la manera de mantener los servicios, sino de la cantidad de personas que han llegado a los puestos siendo de los peores en sus sectores y convertidos en jefes por obra y gracia de un buen enchufe. Y eso lo saben ustedes así como lo sabe cada uno de los trabajadores. Aquí ya le acabó la capacidad de maniobra a sus mentiras.
Nosotros, por nuestra parte, decimos a los venezolanos que usemos todos los medios que tengamos a nuestro alcance para hacer que triunfe la verdad por encima de la mentira. Nosotros estamos del lado de la paz y nadie nos sacará de ese camino. No tenemos el dinero que tienen ellos, pero tenemos la conciencia limpia y la fuerza de la razón. Esas cadenas que meten los enchufados para tratar de evitar que los venezolanos escuchen lo que nosotros tenemos qué decir no son otra cosa que miedo.
No vamos a lavarle el rostro a quien tiene que darle respuesta al pueblo. Vamos a exigir el cumplimiento de las leyes porque hoy no le estamos mendigando al CNE, estamos exigiendo que se respeten nuestros derechos.
Todas nuestras acciones serán dentro del marco de la Constitución. Y debemos estar alertas para denunciar la mentira y defender la verdad. ¿Por qué tienen miedo de que nos escuchen sus militantes? Porque saben que hablamos con la verdad.
¿Por qué tienen tanto miedo a que se haga una auditoría como debe hacerse? Porque se dieron cuenta de que ésta ya no es la lucha de Henrique Capriles, sino la de millones de venezolanos. Esta es la lucha por la verdad.
Exigimos al gobierno que cese la persecución a los empleados públicos. Y a ustedes, hermanos funcionarios que a lo mejor tienen que leer esto escondidos o porque alguien se los mande, les digo algo: sepan que no los vamos a dejar solos. Estos casos de amedrentamiento, chantaje y revanchas en contra de los trabajadores no quedarán impunes y tendrán que verse en lo contencioso administrativo, ¡porque en Venezuela habrá justicia muy pronto!
¡Que Dios bendiga a Venezuela!
“¡Esta lucha es una lucha por la verdad!”
Por Henrique Capriles

Fuente : Noticias 24, Venezula
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miércoles, 24 de abril de 2013





VENEZUELA  EN EL LABERINTO.....

Carlos Moris , el autor de este comentario  ha sido por muchas decadas dirigente sindical latinoamericano. Moris  manifiesta que : ¨este resumen  tiene como fundamentales destinatarios, amigos radicados en el exterior, preocupados por la gigantesca campaña del régimen acusando a los opositores de golpistas, incendiarios, asesinos y otras lindezas..¨ 

La debacle del oficialismo.
El Consejo Nacional Electoral, CNE dio a conocer las cifras definitivas que “sustentan” la muy precaria “victoria electoral de Nicolás Maduro, procediendo en consecuencia a su proclamación como nuevo Presidente de la República. Finalmente Maduro obtuvo 7, 563,467 y Capriles 7,298, 491, una diferencia de 265,256 votos, sin que en esos momentos se hubiesen contabilizado los votos emitidos por los venezolanos en el exterior. Según cifras conocidas extraoficialmente, Capriles  alcanzó  más de 55,000 votos y Maduro un poco menos de 4,000, en consecuencia, la diferencia es mucho menor.

Tomando en cuenta que en las elecciones presidenciales realizadas el pasado 7 de octubre, el fallecido Hugo Chávez alcanzó el triunfo con 8, 191,132, el oficialismo en 189 días, perdió 3319 votos diarios.  El descenso mayor en votos fue para el Partido Comunista, que  recibió 489,491 en octubre y el 14 de abril 282,989. Fue para el oficialismo un  brutal descenso que no pudo detener el ventajismo y menos puede ser explicado con el argumento de la “conspiración” opositora, que supuestamente logró  en esos días con enorme éxito sabotear la economía y el sistema eléctrico. Con esa tesis la oposición y el imperialismo han demostrado una gran eficacia y el gobierno una enorme incapacidad.

Lo cierto es que Maduro y el equipo que manejó el poder dilapidó la herencia política  del Comandante Presidente y no pudieron lograr que los simpatizantes del “Cristo de los Pobres” como denominan al fallecido, le mostraran su agradecimiento votando por el “heredero”.

Forzada y poco clara decisión.
De inmediato la Presidenta del CNE, Tibisay Lucena dio a conocer el 14 de abril en la noche los primeros resultados, dando  como triunfador a Maduro, el Rector Vicente Díaz propuso el recuento de los votos. El candidato derrotado Henrique Capriles Radonsky  se sumó a esa solicitud y el candidato oficialista Nicolás Maduro expresó:” que se cuenten todas las cajas, no tenemos miedo”. Sin embargo, posteriormente cambió de opinión

En principio la Señora Lucena expresó sin consultar al resto de los Rectores del CNE, que no se procedería a un recuento de los votos. Sin embargo, en la noche del pasado viernes la Señora Lucena anunció que la Directiva del  Consejo Nacional Electoral, CNE,  había aceptado se lleve a cabo la auditoria, en forma aleatoria, de unas 12.000 cajas de votación, correspondientes  a los votos depositados en igual número de mesas electorales. Mesas  no auditadas en la noche del 14 de abril. Según el CNE son la mayoría del supuestamente 46 por ciento de las mesas no auditadas, aunque el Reglamento Electoral demandaba auditar  52.98 por ciento y en la realidad según los analistas la auditoria no superó el 30 por ciento de los votos emitidos. La Rectora denominó esa operación “Verificación Ciudadana II”.
Se estima que ese cambio de actitud fue producto de la reunión extraordinaria de Presidentes,  realizada en Lima, Perú, por la Unión de Naciones del Sur, UNASUR,  el día antes de la toma de posesión de Maduro, para analizar la situación de Venezuela. Se conoció extraoficialmente que los Presidentes de Colombia, Chile y Perú planteaban el respaldo a la solicitud del recuento, mientras que la Presidenta de Argentina  y el Presidente de Bolivia se oponían.
Justamente cuando se estaba realizando la reunión se conoció la decisión del CNE. Por su parte Maduro se con comprometió a buscar un “diálogo” para superar la crisis política producto de su estrecho y cuestionada victoria electoral, En consecuencia, el organismo subregional emitió un comunicado reconociendo su triunfo.
Seguramente debió pesar también en el cambio de actitud de la directiva del CNE, los diversos estudios de opinión los cuales mostraban que mas del 70 por ciento de los ciudadanos demandaban el conteo del total de los votos emitidos. Tanto opositores como oficialistas desean que efectivamente se clarifiquen los resultados electorales.

Sin embargo, la decisión del CNE ha dejado muchos interrogantes sobre la forma en que se procederá a la denominada “auditoria”. Según la Señora Lucena y la Rectora Vice Presidenta del CNE, Sandra Oblitas, esa auditoría  no modificará los resultados” por lo cual la  oposición deberá tramitar cualquier impugnación ante el Tribunal Supremo de Justicia, TSJ.

Hay distintas versiones sobre el procedimiento que se utilizará en la auditoria. Se supone que se contaran los “papelitos” (votos emitidos), se confrontaran con el Cuaderno de Votación (donde el ciudadano firma y pone su huella después de votar) y con el registro de huellas, el cual nunca ha entregado el CNE y todo indica que no lo entregará. En consecuencia, es muy confuso el procedimiento.

Ante esa interesada confusión que han provocado las Rectoras, la dirigencia opositora en la voz de José Ramón Medina, Coordinador del grupo opositor que participará en la auditoria expresó: no aceptaremos una auditoría chucuta. Capriles por su parte demandó de las Rectoras, “no contaminar la auditoria”.

Es importante aclarar que Capriles no ha impugnado los resultados, solamente solicitó el conteo del 100 por ciento de los votos. Aunque solamente se le ha concedido un conteo parcial, Capriles insiste en anunciar que “es suficiente para encontrar la verdad” y hasta considera probable se realicen “nuevas elecciones”.

El laberinto opositor...
Al aceptar en principio la dirigencia oposicionista participar en la auditoria, les introduce en un verdadero laberinto. Además del comportamiento de las Rectoras quienes tratan de realizar un trámite que nada pruebe, es muy claro que el gran fraude se realizó mediante el ventajismo y la presión sobre los electores, logrando que efectivamente cientos de miles de ciudadanos se vieran condicionados a emitir su voto a favor de Maduro. Son votos reales y considerados  válidos pese a la forma en que los obtuvieron.

Al anunciar la dirigencia oposicionista que es posible demostrar que efectivamente Capriles obtuvo más votos y  que se produjeron graves irregularidades que pueden invalidar las elecciones, despierta unas expectativas que de no concretarse, producirá la conocida desmoralización y desmovilización de los electores oposicionistas. En ese caso, se extiende como una peste la actitud abstencionista. Actitud que ha sido siempre favorable al régimen. 

Justamente cuando la oposición concurrió a las urnas masiva y entusiastamente, ha logrado triunfos: frenando el Referéndum para modificar la Constitución, alcanzando la mayoría de votos en las últimas elecciones Parlamentarias, aunque por el sistema de Circuitos obtuvo menos Diputados y el pasado 14 de abril obtuvo un resultado que de ratificarse, deja deslegitimado y  en consecuencia muy debilitado al candidato oficialista. 

La oposición bajo el innegable liderazgo de Capriles ocupa ahora un espacio determinante para impedir el avance del régimen autoritario. Sin duda alguna el liderazgo ha cambiado de acera. Por muchos años Chávez no tuvo un adversario de peso. Ahora, Capriles no tiene en las filas del oficialismo,  un adversario que pueda encararle con éxito.
Perder ese liderazgo y los espacios conquistados con VOTOS en las peores circunstancias, sería darle oxigeno al  régimen y sobre todo sería suicida recurrir a “atajos”, como pretende una exigua minoría que le hace el juego a la violencia oficialista, que ha desatado una feroz campaña por criminalizar cualquier acción opositora.

El laberinto oficialista.
En la estrategia de hablar de paz, pero con un garrote en la mano, el oficialismo ha entrado en su propio laberinto. Maduro no ha dudado en calificar de  “criminal” a Capriles,  acusándole de haber provocado  la muerte de  ocho ciudadanos, los cuales supuestamente “defendieron” centros de salud y locales oficialistas
PROVEA, una muy respetada organización defensora de los Derechos Humanos, ha refutado muy claramente las acusaciones del régimen sobre los Centros de Salud “incendiados” por los opositores. 
La respuesta de los voceros oficiales es de calificar a PROVEA como “la retaguardia del fascismo”. Pasan por alto que muchos de ellos, en su época “heroica” como encapuchados tira piedras, fueron defendidos por esa organización que era calificada como un “instrumento de los comunistas”.

En cuanto a los ocho ciudadanos lamentablemente fallecidos, no hay pruebas determinantes que murieran efectivamente “defendiendo” centros de salud o instalaciones gubernamentales. Sin embargo,  el domingo 14 murieron 42 ciudadanos solamente en Caracas producto de la violencia del hampa El promedio diario de muertes por el hampa es de 50, poco mas de 2 por hora y el Gobierno no se rasga las vestiduras frente a esos crímenes. Pero ante el fallecimiento de un militante chavista, en condiciones no aclaradas, Maduro jura frente  a su  ataúd   “castigar a los oligarcas que cometieron el crimen”. Como es normal, no serán castigados los autores de los otros 42 crímenes.

Tampoco hay pruebas sobre supuestos ataques a médicos cubanos. Antes de viajar a Lima, Maduro acusó a opositores de golpear a una médica cubana en un Centro Integral de Salud, CID. De inmediato se conoció que la Señora fue atacada en su  domicilio por una vecina por problemas personales.

En el marco de la campaña de criminalizar a la oposición, el régimen mediante cadenas de radio y tv, presenta supuestos hechos de violencia cometidos por opositores, mientras que la Ministra de Asuntos Penitenciarios, amenaza a Capriles¨:  “ tengo una celda para ti”.  Varela ocupa el Ministerio desde su creación y en menos de dos años, bajo su mandato han muerto más de 700 reclusos en enfrentamiento en los centros carcelarios. Se han encontrado en forma reiterada cientos de armas en poder de los ciudadanos privados de libertad, sin que se conozca un solo detenido. La vida de esos seres humanos a su cargo no tiene valor.

El régimen ha desatado la represión. Cientos de ciudadanos han sido apresados por tocar cacerolas o manifestar en forma pacifica. Según organizaciones de DH, cerca de doscientos se encuentran bajo “estado de presentación”, mientras esperan el juicio.  

La Mesa de Unidad Democrática ha recibido más de 1,000 denuncias sobre persecución a empleados públicos. Se ha mostrado un video donde el Ministro de Vivienda expresa claramente su decisión de despedir a todo trabajador no identificado con el régimen.
Hasta dónde pretenden estirar esa cuerda, es una interrogante preocupante.

Esperamos rectifiquen y escuchen el consejo de José Vicente Rangel viejo político, ex vicepresidente de la República con Chávez, quien  recomienda a Maduro reconocer que el país está dividido en dos grandes bloques, y una parte no puede imponerse a la otra. En consecuencia, es indispensable abrir caminos de diálogo.

Al momento de redactar este comentario se anuncia que Nicolás Maduro designo al Presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, a Cilia Flores, su compañera de vida  y al Vicepresidente Jorge Arreaza, para que conduzcan un “diálogo” con sectores de oposición. Se desconoce cuáles serán las condiciones del ¨dialogo¨... . 

En principio, no parece que Diosdado Cabello sea el mejor interlocutor después de negar la palabra a los Diputados de oposición hasta que reconozcan a Maduro como Presidente, expresando en forma muy alterada: “no hablarán mientras yo sea Presidente, márchense, vayan a Globovisión”. Posteriormente destituyó a los Presidentes de las cuatro Comisiones que por la votación proporcional recibida, le corresponden a la oposición.

Esa desafortunada intervención que ha recorrido el mundo provocó una muy severa crítica de la mayor parte de los parlamentarios democráticos del mundo. Seguramente por ello, el Diputado oficialista Pedro Carreño ha venido sosteniendo conversaciones con los jefes de las fracciones opositoras, tratando de “normalizar” el funcionamiento de la Asamblea Nacional, pues aunque el oficialismo tiene la mayoría simple, no cuenta con la mayoría calificada para decidir sobre múltiples asuntos pendientes, como por ejemplo, la elección de tres Rectores del CNE, para sustituir a igual número que  tienen vencidos sus períodos. 
Hasta ahora no han llegado a ningún acuerdo, dado que la oposición exige una declaración de Diosdado retractándose y la restitución de los Presidentes de Comisiones destituidos.

Resumen a la fecha...
Aunque es prematuro hacer juicio sobre el resultado final de estas iniciativas oficialistas, en principio los ciudadanos somos  muy escépticos frente a esos gestos, mientras los voceros oficialistas insisten en criminalizar cualquier tipo de protesta.

Hemos descrito a grandes rasgos, la real situación del país. Un país inmerso en un complejo laberinto, donde la enorme mayoría de los ciudadanos queremos realmente la paz, no como una tregua en la guerra, ni como resultado del exterminio del “enemigo”. 
Paz producto de la  convivencia y de la justicia.   Amén.

Venezuela, 23 de abril 2013. carlosmoris@cantv.net.
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jueves, 18 de abril de 2013

PAZ SOCIAL Y POLÍTICA DE VENEZUELA
COMUNICADO DE LA PRESIDENCIA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL VENEZOLANA
POR LA PAZ SOCIAL Y POLÍTICA DEL PAIS
1.       Las elecciones del pasado domingo 14 de Abril han sido una contundente manifestación de la voluntad de nuestro pueblo de mantener la vigencia del sistema democrático tanto en la escogencia de sus autoridades como en la forma de dirimir sus diferencias políticas.
2.       Los resultados publicados por el Consejo Nacional Electoral muestran un margen muy estrecho de diferencia de votos entre las dos grandes parcialidades políticas, manifestando así la aguda polarización política que afecta a la sociedad venezolana.
3.       La paz social y política del país reclama el recíproco reconocimiento de estos dos sectores mayoritarios del pueblo venezolano, pues el desconocimiento mutuo hará inviable tanto los planes del Gobierno como los aportes alternativos de la otra parte.
4.       La oposición ha solicitado al Consejo Nacional Electoral una auditoría del cien por ciento de los votos. Esta solicitud que, en principio, fue aceptada públicamente por el Presidente Electo, no desconoce  la labor del CNE. Por el contrario, reforzaría su autoridad moral  y daría tranquilidad a la población.
5.       Como pastores y servidores de todos los católicos venezolanos, reiteramos nuestro vivo llamado a la convivencia pacífica y a la reconciliación. Esta supone que nos reconozcamos unos a otros como conciudadanos en igualdad de derechos, y recuperemos la capacidad de diálogo y encuentro, superando lo que nos divide. En este sentido, el diálogo entre los dirigentes de las partes en conflicto es un compromiso imprescindible y urgente. La Conferencia Episcopal Venezolana con la única intención de servir a todo el pueblo se ofrece para facilitar este diálogo.
6.       En nombre de Dios exhortamos a los líderes políticos y sociales a desterrar el lenguaje ofensivo, denigrante e incendiario. A evitar los enfrentamientos callejeros que suelen derivar en actos de violencia y a veces de muerte. A escuchar la Palabra de Dios que los invita al diálogo  y a la reconciliación como el camino para la paz social y política del país.  (Cf. 2. Co. 5, 20-21).
7.       Todos los cristianos estamos obligados a ponernos de parte de los más débiles, a perdonar sin reservas y a luchar para que prevalezca la unión sobre la división, el amor sobre el odio, la paz sobre la violencia y la vida sobre la muerte.
8.        La protesta justa y pacífica es un derecho civil que no puede ser conculcado ni reprimido. Rechazamos absolutamente cualquier tipo de violencia. Deploramos los hechos delictivos ocurridos el pasado 15 de abril, y exigimos una investigación imparcial para sancionar a los culpables. Manifestamos nuestro pesar por la muerte de varios ciudadanos y expresamos nuestras condolencias a sus familiares y amigos. 
9.       Oramos por nuestro querido pueblo de Venezuela. Lo ponemos bajo la protección de Cristo Resucitado y de la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra. Lo bendecimos de corazón en el nombre del Padre,  y del Hijo y del Espíritu Santo.

Caracas, 17 de Abril de 2013



XEmmo. Sr. Cardenal
 Jorge Urosa Savino
Arzobispo de Caracas
Presidente de Honor de la CEV


XDiego Rafael Padrón Sánchez
Arzobispo de Cumaná
Presidente de la CEV


   XJosé Luis Azuaje Ayala
         Obispo de El Vigía
          San Carlos del Zulia      
1° Vicepresidente de la CEV



XMario Moronta Rodríguez
Obispo de San Cristóbal
2° Vicepresidente de la CEV

XJesús González de Zárate
Obispo Auxiliar de Caracas
          Secretario General de la CEV
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miércoles, 17 de abril de 2013


Maduro, el Insuficiente

Paulina Gamus
Martes, 16 de abril de 2013





   Foto: Google
 ¿Qué razones lo convencieron de que ése y no otro era el candidato para conducir la revolución bolivariana y el socialismo del siglo XXI que estaban diseñados para atormentarnos durante cien años? ¿Su brillo intelectual, sus dotes de estratega político, su carisma natural, sus cualidades de líder? Analizadas estas interrogantes con la respuesta correcta que es cero en cada una de ellas, habría que concluir que Chávez escogió al que creyó el menos peorcito y que para ello se guió por el consejo de lo que queda de Fidel Castro, de su hermano Raúl y de la cúpula gobernante cubana. Chávez nunca se distinguió por elegir a sus colaboradores entre los más brillantes o competentes venezolanos. Por el contrario, buscó a los más mediocres con tal de que fueran aduladores hasta la nausea, serviles hasta el asco, con prontuario de secuestradores y encapuchados o bien marxistas alucinados como el terminator de la riqueza venezolana, Jorge Giordani. De esa corte de los milagros no podía salir nada mejor que Maduro, quien como canciller parecía haber aprendido a comportarse como gente.
La telenovela necrofílica de las exequias de Chávez, montada con un guión milimétricamente calculado para que sirviera de plataforma de lanzamiento a la candidatura de Nicolás Maduro, parecía hacerlo inderrotable. Los miles de llorosos dolientes del cadáver insepulto que decían que su voto era para Maduro porque esa había sido la última voluntad del caudillo amado, nos ponían a temblar. ¿Quién podría enfrentar aquella lacrimorragia obscenamente electorera? Confieso ser una que in pectore quería que Henrique Capriles no se inmolara postulándose para competir con ese gigante en tamaño y en piso político prefabricado. Pero la noche que Capriles decidió postularse y asumir el compromiso de representar a la oposición y no dejarle el camino libre al hijo putativo de Chávez, esa misma noche se creció antes millones de venezolanos; el “flaco”, como lo bautizó el afecto popular era no solo un valiente, sino un verdadero líder con toda la madera y arrojo responsable que debe tener un genuino conductor de masas.
En menos de un mes la candidatura de Maduro se fue desinflando, cada vez que abría la boca perdía un punto de su ventaja inicial sobre Capriles. El encuentro y monólogo con Chávez transmutado en pajarito, lo convirtió en el hazmerreir nacional e internacional, y nada afecta más a un político que hacer el ridículo. La Corte Suprema de Justicia, violando la Constitución como es su costumbre, lo nombró presidente pero no hubo nadie, ni quiera los chavistas, que creyera que ese ser incoherente, insultante, incapaz de producir una idea propia y colgado hasta el ya no más del nombre y de la imagen de Chávez, era el presidente de la República. Cada pésima imitación suya del padre putativo acompañada de la frase “soy el hijo de Chávez”, debe haber sido el motivo fundamental para que casi un millón de chavistas abandonara la nave a la deriva del socialismo del siglo XXI y migrara a las filas de la oposición liderada por Henrique Capriles.
Jesús Seguías a quien rindo mi modesto homenaje con estas líneas, fue el único encuestador y analista que el 9 de abril dijo que habría un empate técnico entre los dos aspirantes y se basó especialmente en la migración de chavistas hacia Capriles. Los mismos que esa otra lumbrera llamada Diosdado Cabello, dice son compatriotas que se dejaron seducir por la derecha perversa. Y conspiración, imperialismo, burguesía apátrida y demás latiguillos del escaso diccionario chavista-fidelista, fueron los que con arrogancia, mezquindad y su crónica carencia de cerebro, repitió Maduro cuando fue declarado ganador de los comicios por un margen irrisorio.
Todas las irregularidades, atropellos, ventajismo y otros abusos cometidos por el oficialismo antes de y durante los comicios -más de tres mil denunciados solo el 14 de abril- fueron presenciados, registrados y difundidos por la prensa internacional. Maduro tuvo la osadía de quejarse por las descalificaciones al CNE, cuando daba su lánguido discurso ante la más lánguida concurrencia a Miraflores esa noche del 14-04. El descrédito no viene de la oposición, ese organismo se lo ha ganado por la vergonzosa conducta de cuatro de sus cinco miembros, militantes descaradas del PSUV, y es un desprestigio más que universal, extraplanetario. Ese CNE con Tibisay Lucena a la cabeza y las otras tres jinetas del apocalipsis, demostró una vez más que Stalin tuvo razón cuando dijo que las elecciones no las gana quien tiene los votos sino quien los cuenta.
Por primera vez en catorce largos y amargos años, la oposición representada por la MUD y liderada por Henrique Capriles Radonski, no da palos de ciego, ni pancadas de ahogado, ni va a llorar pal’valle. Por primera vez sabemos, estamos seguros de haber ganado las elecciones y de poder probar que nos fueron robadas. Maduro ha sido proclamado  como presidente electo pero siempre será ilegítimo y si en cien días perdió a más de un millón de seguidores, en los años que logre gobernar será el sepulturero del chavismo y el exterminador de la plaga de los enchufados. La lucha triunfal por el rescate de la Venezuela democrática y decente no terminó la noche del 14 de abril de 2013, apena comienza.
 
 
 
 
 
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lunes, 15 de abril de 2013

INEDITOS RESULTADOS ELECTORALES VENEZOLANOS

1 de la mañana,15, abril 2013

Lo que ha pasado en Venezuela sobrepasa todas las posibilidades de la imaginacion de alguien que ha estado sumergido en la politica por mucho tiempo. 
En un mes la diferencia entre el gobierno y Capriles ha desaparecido, lo que indica  que ese capital lo ha  gastado Maduro en un mes.

La carencia de mensaje de Maduro y de Capriles en terminos sociologicos es reveladora de que no se requieren
grandes planteos,sino mensajes ultrasencillos para llegarle a un pueblo que ya no tiene,como le conoci,
grandes planteamientos provenientes de  sus lideres politicos a la usanza antigua.

El mensaje de Maduro dando nota de su gane es patetico,pues simplemente gira en torno a la figura de Chavez elevado a deidad terrena. Es imposible detectar una sola gota de emocion en su mensaje...pese a sua alusiones a la deidad terrena o a Jesucristo.  

El mensaje de Capriles rechazando el gane de Maduro nada dice,tampoco, a los que estamos acostumbrados a la retorica politica . Su mensaje es descarnado:   ama a  Venezuela, cree en Dios y en la verdad
y  es un luchador. Y tampoco es posible captar en ese mensaje ninguna emocion .

En ambos parece que la situacion a la que se refieren es algo lejano a sus personas ....

Yo que pase mucho tiempo aprendiendo los rudimentos de la democracia cristiana en ese pais me sorprendo del profundo cambio en el lenguaje politico. 

La forma en que Maduro deja planteado el que es ganador ,bastando un voto de diferencia para rechazar trabajar juntos y cerrando las puertas al entendimiento,  es lo mas alejado de las formas de concebir el mando ,toda vez que se asemeja al concepto de Pancho Villa de äqui mando yo¨,  o de los chiquillos diciendo esta bola es mia y en este partido se hace lo que yo digo.

Obvio que Maduro se siente firme y seguro sabiendo que los cubanos que le dirigen tienen mas de cincuenta años de experiencia de manejar Cuba de esa manera,y el, sin mas, se lanza en esa linea. 

Pero no contaba con la determinacion de Capriles,que reitero carente de lenguaje politico,solo muestra ,sin alterarse en lo mas minimo, una determinacion de hierro para decir: ! no acepto que Maduro haya ganado,porque mas bien ha perdido!. y para exigir al Tribunal Electoral una revision papeleta por papeleta para declarar ganador al legitimo ganador y no al que se ha robado espuriamente las elecciones,segun afirma. 

Quiza en Costa Rica tomar esta postura  no se vea como algo peligroso,mas no asi en Venezuela con un ejercito que supuestamente obedece ordenes superiores colocadas en la linea de hacer un fraude con fronteras cerradas , sin suficientes observadores internacionales  y aprovechando los ¨tour de force¨ a que nos tenia acostumbrados Chavez rompiendo todos los moldes tradicionales del quehacer politico y diplomatico.

Con la excepcion de la perdida de las elecciones de 1988 por parte de Daniel Ortega a manos de Violeta Chamorro ,no conozco un pais que estando bajo la egida de fuerzas comunistas cerradas y con respaldo militar haya pasado por este mismo trance.

Capriles sin decirlo expresamente,  llama mentiroso a Maduro pues afirma no le ha llamado para proponerle  un pacto al oficialista,cuando afirma tajante en su alocucion : “Quiero arrancar esta declaración diciéndole a todo el pueblo que no pacto con la mentira ni con la corupcion ,porque mi pacto es con Dios y con los venezolanos..¨ lo que  dijo sin voz descompuesta y embutido en una gorra que le daba un aire mas juvenil. 

Agrega Capriles  que:  “Le dijimos al gobierno que nosotros tenemos de acuerdo a nuestro conteo un resultado distinto al que se ha expresado la noche del día de hoy y que nosotros en aras de la democracia queremos que se haga la auditoría, que se cuente voto por voto, porque es una diferencia pequeñita.... 

Capriles solo levanta ligeramente su voz cuando dice a Maduro que : ¨el gran derrotado es usted y lo que usted representa..¨
La unica situacion similar que he conocido  con bastate similitud a este momento, carecio de respaldo internacional y popular,cuando en Mexico el lider del PRD , Obregon Obrador se niega aceptar su derrota y pide justamente lo mismo,llamando al pueblo a rebelarse.  Por lo contrario Capriles Radonski no hace ningun llamamiento al  pueblo,pues deja toda la presion sobre el Tribunal Electoral.
Que haya de suceder en Venezuela es algo inedito ,toda vez que la diferencia es ,como afirma Capriles , en su lenguaje  politico inedito: ¨pequeñita¨.  
Me pregunto si  habra de suceder en Venezuela tambien una situacion inedita como el lenguaje de Capriles. 
J. Poveda


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El muro de Berlín, representación simbólica del socialismo post-estalinista del siglo XX, fue derribado en 1989.
El muro simbólico del por algunos desdichados ideólogos llamado “socialismo del siglo XXl”, mala copia de el del XX, también está comenzando a ser derribado en Venezuela. Derribado gracias a la altísima votación obtenida el 14. 04.2013 por la alternativa democrática representada en Henrique Capriles, nuevo líder de la nación. 
Igual que en la Alemania comunista, la oligarquía estatal venezolana -versión boliburguesa de las “nomenklaturas” de Europa del Este- busca subterfugios para conservar por lo menos parte de ese poder que ya comienza a caer en pedazos sobre sus cabezas. 
Tanto en la Alemania no democrática de ayer como en la Venezuela autocrática de hoy, el derrumbe del muro fue el resultado de números electorales escamoteados al pueblo ciudadano. De la misma manera, la caída de ambos muros antecede al fin de un sistema geopolítico internacional. En el caso venezolano pondrá término a ese micro-sistema que gira en torno al eje La Habana-Caracas del cual solo subsistirán algunos meteoritos de escasa significación política regional.
El muro alemán fue símbolo de la división de una nación partida en dos, al igual que Venezuela. Porque mientras Alemania estaba dividida geográficamente en dos, Venezuela está dividida, no geográfica pero sí ideológicamente, también en dos. Por esa razón el muro venezolano, construido durante el periodo del presidente muerto, si bien no era de cemento, no por eso dejaba de ser un muro.
No a través de las clases sociales, como nos quieren hacer creer los pregoneros del neo-stalinismo, sino entre los vecinos, en los barrios, en el trabajo, entre quienes fueron alguna vez amigos, incluso entre padres e hijos, estaba construido el muro venezolano. Un muro destinado a dar origen a una “sociedad perfecta” en la cual, como tan bien muestra “Bárbara”, el excelente filme de Christian Petzold, nadie confía nada en nadie.
Al igual que el alemán, el muro venezolano tampoco comienza a ser derribado de un día a otro. Para ser exactos, el muro alemán fue primero traspasado y después derribado. El día 14. 04. 2013, día en que se celebraron elecciones cuyos más que dudosos resultados dan una minoría microscópica a Maduro, la multitud, antes de echar abajo el muro ideológico, ha comenzado también a traspasarlo. No pocos votos obtenidos por Capriles -dato importante- provienen del propio chavismo del mismo modo como en la ex RDA muchos honestos comunistas fueron a engrosar las filas disidentes, poco antes de la caída del muro.
Maduro hoy, como Honecker ayer, intenta afincarse en una legalidad construida a la medida del régimen. Ambos confunden, por lo mismo, legalidad con legitimidad. Pero hay una diferencia. Mientras Honecker actuaba de acuerdo a la legalidad comunista y por lo mismo su cargo era legal aunque ilegítimo, Maduro antes de ser derrotado en las elecciones (derrotado políticamente) era ya, de acuerdo a la propia constitución de su país, un gobernante ilegal. Usurpador, le dicen en Venezuela. Ahora, si se hiciera elegir por resultados electorales tan inciertos como los que dio el CNE, será ilegal e ilegítimo a la vez.
"Mientras tanto", como dice Capriles, Maduro arrastra consigo el peso de esa doble ilegitimidad, la de origen, y la adquirida a través del CNE. Más todavía: aunque si los números que dio el CNE fuesen ciertos –algo que nadie cree, quizás Maduro tampoco- haber reducido en diez puntos porcentuales el 14-A la votación obtenida por el difunto el 7-0, no sólo no es una hazaña, ni siquiera es una derrota; es –y eso cualquier chavista lo sabe - una catástrofe.
Maduro tiene, sin embargo, una gran oportunidad política, y la historia se la está ofreciendo. La de conducir un muy riguroso y transparente proceso de revisión electoral y aceptar con dignidad el resultado final (favorable o no). La otra posibilidad es la de convertirse en la sombra de sí mismo, atrincherado junto a un grupo de cada vez menos adictos y, lo que sería una fatalidad, detrás de bayonetas sobre las cuales, como bien decía Tayllerand, "nadie puede sentarse".
Maduro, como Honecker ayer, es un personaje trágico. Ambos fueron designados y no elegidos; ambos poseían una formación estrictamente burocrática; ambos crecieron ideológicamente detrás de un muro y, quizás por esa misma razón, ambos han sido sobrepasados por la historia.
Pero Maduro puede elegir; todavía es tiempo. O se convierte en un presidente ilegítimo, cada vez más repudiado, o en un líder de un fuerte partido chavista de oposición, asegurando así su legítima presencia en el curso de la historia venezolana. Esa oportunidad no la tuvo Honecker. Maduro la tiene entre sus manos.
En cualquier caso, pase lo que pase, ya hay algo claro: el chavismo no vino para quedarse.

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