Osadías cohibidas
Por:Darío Botero Pérez
Dedicado a esa
“muy inmensa mayoría que nunca comprenderá que pasó”,
con la esperanza de que sus miembros entiendan lo que está pasando,
cuando se atrevan a usar sus cerebros y
reivindicar su dignidad de seres humanos libres e iguales
Contexto
(Extractos del anexo “Fundación-Ford-desguace-argentino”).
“No es el objeto de este trabajo el estudio de tales comités que no son secretos: Trilateral Commision, Bilderberg Group en el Atlántico Norte, Williamsburg Group en el Pacífico Norte, Council on Foreign Relations en EEUU, con su gemelo Royal Institute of Internacional Affaires para el Commonwealth, sus similares en Europa Occidental, y una compleja red de “Think Tanks” y Fundaciones inter-conectadas y dependientes de poderosas corporaciones trans-nacionales (TNC). Solo nos enfocaremos, en Fundación Ford, por la influencia que ejerce en sectores de centro-izquierda progresista e izquierda vocinglera con aspiraciones neo-jacobinas” …
Decía Nicholas Butler, un ex presidente del Council on Foreign Relations, que
“el mundo se divide en tres clases de personas: una pequeña minoría que toma las decisiones, una minoría más grande que las ejecuta, y una muy inmensa mayoría que nunca comprenderá que pasó”[1]
En 1971, cuando Jacobo Timerman comienza a publicar “La Opinión” define su línea editorial:
“‘La Opinión’ será de izquierda en lo cultural, de centro en lo político y de derecha en lo económico”…”
DBP: El faro intelectual de las derechas ultramodernas, Zbigniew Brzezinsky, advirtió el destino paria que les trazó el Imperialismo a los países manejados por lacayos y de los cuales mi sufrida Colombia ha sido el pionero dada la vileza de nuestros vendepatria:
“…las políticas de los mini-estados tienen cada vez más rasgos mafiosos…
“se acepta que es inevitable un cierto grado de criminalidad: en consecuencia, en aras del orden (de las multinacionales) el delito organizado es generalmente preferible a la violencia anárquica (popular), y se convierte, indirecta e informalmente, en una prolongación del orden…
“Las guerras urbanas del hampa no provocan mucha indignación moral, y tampoco se interpretan como graves amenazas para la paz social. Solo se combaten con empeño los estallidos de violencia que apuntan contra esa paz, corporizada en la vida humana y en los grandes intereses creados: por ejemplo bancos, negocios o propiedades privada…
“Los intereses multinacionales prefieren una clase política mafiosa que tolere sus acciones, a una clase política que los enfrente. La corrupción es inherente al sistema.” (DBP: Álvaro Uribe Vélez, en Colombia y la región latinoamericana, es una confirmación evidente del aserto que en el medio oriente simboliza Karzai)…
“El Orden Mundial controla a los ciudadanos de Estados Unidos a través de Fundaciones Exentas de Impuestos…
“… el objetivo ya no es instalar gobiernos y Estados “de izquierda” sino desguazar los Estados en beneficio de Corporaciones Multinacionales. Hace 30 años, China y Vietnam estaban “a la izquierda” del resto del mundo, y hoy son los grandes receptores de empresas capitalistas.” (subrayado por DBP)
“…como decía John D. Rockefeller – “Yo no quiero ser dueño de nada sino tener el control de todo” (subrayado por DBP)…
“… la élite universitaria, de izquierda o derecha, es importadora de fórmulas económicas, políticas y culturales, incapaz de elaborar pensamiento propio de acuerdo a las necesidades nacionales.” (subrayado por DBP)
“Lo que tenemos hoy son importadores de planes. Nuestro futuro se planifica desde afuera y para los intereses de afuera. Nuestros Ejecutivos son simplemente administradores de lo ya planificado”. (subrayado por DBP, la ofensiva mundial de las multinacionales mineras hace parte de esa planeación dirigida a acabar con la biosfera, según lo desean los potentados guiados por el sionismo internacional, dedicados a profundizar la crisis y causar la guerra mundial)
Observaciones
Los intereses creados, según nos lo confirmó magistralmente Jacinto Benavente, poseen una fuerza socialmente invencible en condiciones normales.
La única potencia capaz de oponérseles y vencerlos es la de un interés superior. No obstante, este interés superior suele ser desvirtuado por quienes viven de los intereses creados.
En otras palabras, las calamidades propias de la Historia se perpetuarán, a no ser que se imponga el interés superior de los condenados a la extinción sobre los intereses mezquinos de quienes la han decretado.
Sin caer en supersticiones tontas, es claro que el fin de los tiempos se aproxima para la especie humana si no somos capaces de hacer los cambios radicales que nos reconozcan la soberanía individual, garantizada por una sociedad democrática global en la cual todos seamos protagonistas y la autoridad sea monopolio del colectivo pero, jamás de nuevo, de individuos; por muchos votos que acaparen en la farsa electoral; o por muy arrogantes, despiadados, ambiciosos, represivos, asesinos e inescrupulosos que sean, independientemente de las imposturas virtuosas que representen para mantener a los crédulos borregos a su servicio.
Ya no nos convencen, ni nos conmueven, ni nos atemorizan los Duvalier de Haití ni los de Colombia ni los de Túnez ni los de Egipto ni los de Italia ni los de Irán ni los de Arabia (patria del criminal santón Osama bin Laden), ni los de Rusia ni los de Corea del Norte y, mucho menos, los de Corea del Sur o de Taiwan. Ya no pueden contar con la credulidad supersticiosa y el miedo reverente de sus víctimas.
Lo que se les viene encima es la justicia de los vilipendiados, generalmente bastante primarios, lo cual los hace temibles para quienes los han engañado abusando de su buena fe, casi siempre fundada en una ignorancia protuberante, impuesta deliberadamente por los potentados para mantener su farsa de seres superiores.
La decencia y la Verdad se imponen como anuncio de la Nueva Era que remplazará la denigrante, lamentable y necesaria Historia, paraíso de lacras sicópatas enfermas de megalomanía y carentes de escrúpulos.
La situación es tan lamentable que el gobierno que más esperanzas despierta en medio de la decadencia colectiva y casi unánime (como quedó claro en Cancún) de las sociedades jerárquicas y consumistas, el de Evo Morales en Bolivia, enfrenta al pueblo decretando alzas en los combustibles contaminantes que debemos dar de baja.
Es paradójico que lo haga después de ufanarse de sus minas de litio por el enorme potencial que representan para la transformación energética y la superación de la pobreza en toda la región, no sólo en Bolivia.
Lo limita una visión estrecha y cortoplacista, propia del horizonte capitalista enfocado en la utilidad inmediata. “Tanto el pasaje como el gasoil, así como los demás productos de carácter estratégico que afectan el comportamiento de los precios de la canasta familiar, deben ser controlados y de ser necesario subvencionados por el Estado” leemos en el anexo sobre el cura –con rango de obispo- Fernando Lugo, que dice gobernar al Paraguay.
Esa visión miope y cortoplacista lo induce a Evo a retirar los subsidios al consumo de necro combustibles, deteriorando sensiblemente las condiciones de vida de los más pobres.
Tal medida constituye una receta gastada del Neoliberalismo que -en Colombia y acatando los antecedentes de sus antecesores seguidores de la novedosa y letal doctrina neoliberal, desde Misael Pastrana (1970-74)- impulsó Belisario Betancur, el presidente que asesinó a los obreros de cementos El Cairo, cuando fue ministro del trabajo de Guillermo León Valencia. También asó al poder judicial en 1985 y sigue disfrutando de impunidad, para vergüenza de la especie que quizás no logre hacer justicia, dada la avanzada edad del cínico y lascivo intelectual “humanista”.
Evo no cae en cuenta de que la explotación decidida de la abundante fuente energética alternativa (el litio) no sólo sufragará dichos subsidios sino que, si se explota seriamente, remplazará por lo alto las fuentes de energía tradicionales, tan depredadores y ruinosas.
Y tiene que ser pronto, de modo que la carga fiscal de los subsidios sea transitoria y los beneficios de la transformación energética comiencen a irradiar.
Por eso, esperar redentores, así su origen sea muy popular o se trate de “santos” como Wojtyla (que reúne ambas condiciones), significa perpetuar el atraso y la irracionalidad que lo causa.
Lo que corresponde es construir las instituciones adecuadas para el gobierno de la sociedad global democrática, tolerante y solidaria, respetuosa de las culturas y las identidades de los pueblos, siempre y cuando no afecten valores superiores como los representados por la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Es una tarea que nos compete a todos. Y tiene que ser mundial, como lo previó el Marx científico.
Lo confirman los socialismos en un solo país, meros delirios incapaces de forjar un modelo sostenible de progreso y bienestar, a pesar de disponer de las condiciones materiales necesarias para hacerlo.
Quizás en Corea del Norte, Libia, Bielorrusia u otros países se podría reinventar el Mundo, pues no todos están embrutecidos con el Neoliberalismo que acabó con la URSS, está deformando a China y ha condenado a las republiquetas dependientes a su ruina absoluta.
Tal es el caso con la heroica hermana del Caribe, la gallarda Cuba, que podría construir un modelo pionero o piloto si se atreviese a ser original rompiendo con el consumismo que se ha constituido en guía general y universal de un desarrollo enfermizo que ya no seduce porque conlleva la destrucción.
Podría garantizar el consumo y el pleno empleo empoderando a su población y eludiendo el derroche, los desequilibrios y la explotación de los trabajadores, atendiendo adecuadamente su mercado interno.
Podría aprovechar su autonomía y el poder creativo de su población para forjar ese modelo universal. Pero sigue adoleciendo del lastre jerárquico que supedita la vida de los pueblos al talento y las ambiciones de quienes los dominan, impidiéndoles a los sometidos hacer su aporte creativo a la sociedad.
No obstante, sus dirigentes tienen voluntad y compromisos auténticos con un progreso sano, de modo que pueden iniciar la implementación de la hermandad que el consumismo repudia aunque la Humanidad la añora desde siempre.
Quizás la política del Buen Vivir propuesta en Ecuador por Rafael Correa sirva de inspiración para superar el letal consumismo y garantizarles su consumo a todos los ciudadanos si, efectivamente, se implementa y deja de ser una promesa lúcida que trascienda la demagogia.
Parece indudable que falta confianza en el pueblo que se dice interpretar pero cuya iniciativa se teme.
Ojalá reaccionen aprovechando sus condiciones favorables, tan opuestas a las de Haití, por ejemplo, que necesita ser reconstruido y reinventado, y tiene la oportunidad de hacerlo, pero sigue en manos de quienes se esmeran en impedírselo, inclusive saboteando un ejercicio político independiente, como el que ofrece el partido de Jean Bertrand Aristide.
Más bien, USA, Francia y la MINUSTAH pretenden reproducir la asquerosa dictadura de papá y de baby Doc con sus escuadrones de la muerte.
Es el camino impuesto a Colombia y que México ya está transitando aunque no lo reconozca, tanto como el Salvador, Honduras, Guatemala, El Salvador, Panamá, Paraguay (donde, como en todos los países subordinados por las multinacionales, “cada vez más integrantes de la cúpula policial aparecen en el bando de narcotraficantes y otras bandas de delincuentes”), Afganistán y tantos otros candidatos a parias, como la otrora amable y orgullo de la región, la preciosa Costa Rica, ahora manejada por una funcionaria de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), resuelta a convertir en morideros sus selvas mientras hace lo posible por causar conflictos en la región, cual cualquier chalán mafioso de Salgar.
Por fortuna, un buen número de los llamados países socialistas disponen de la independencia suficiente para ensayar vías de progreso realmente sostenible y generoso, ajeno a los ideales consumistas de las sociedades desiguales y desequilibradas, indiferentes a la Vida.
Pero deben renunciar al culto a la personalidad, pues “son los pueblos y no los héroes quienes hacen la Historia”, según postulaba Marx, tan citado y traicionado por los socialismos del siglo XX.
Ojalá alguno se atreva a emprender un camino novedoso, avalado por la razón, la lógica y el sentido común, tan ramplonamente contradichos por la ideología neoliberal con su deplorable consumismo y su respeto supersticioso al individualismo depredador de los potentados, auténtico cadalso del individualismo de las mayorías despojadas de todo, empezando por su dignidad.
Es el único individualismo que consideran respetable porque es de “titanes”, según la ridícula novela de la sionista atea, Ayn Rand, “La rebelión de Atlas”, que se ha constituido en la justificación teórica del desastroso Neoliberalismo y sus recetas antieconómicas y ruinosas para los países y los pueblos de quienes las aplican.
Mientras tanto, las actitudes de Fernando Lugo -conocidas a partir de las saludables y refrescantes denuncias del generoso Julian Assange en su ejemplar Wikileaks, inspiración de gente digna que ya está aportando, como Al Jasira nos lo ha dejado saber desenmascarando musulmanes traidores y venales- nos dan luces para juzgar a los jerarcas que pretenden ser nuestros fieles interpretes mientras, a nuestras espaldas, le rinden pleitesía al ruin Imperio y traicionan los intereses de la región.
El anexo respectivo (tanto como el que trata de Argentina) es extenso y sustancioso porque aporta análisis sobre los gobiernos con aleteos de independencia surgidos en la región, de modo que vale la pena pegarle una leída crítica para dejar de creer en redentores y asumirnos como personas idóneas y capaces de expresarse independientemente; como gente, no como siervos de potentados o de sus viles admiradores.
Para concluir, incluyo dos documentos sobre el sionismo y otro sobre el Club de Bilderberg que conviene repasar con frecuencia si queremos entender lo que pasa en el trance agónico de la Historia, reacia a admitir el surgimiento de una Nueva Era y resuelta a arrasar con todo antes de que la Humanidad madure y supere los ruines criterios de progreso imperantes hasta ahora.
Se trata de cepos mentales impuestos por los potentados de todos los pelambres político-ideológicos concebibles, desde los ateos hasta las teocracias islámicas, auténticas vergüenzas y deshonras para la inteligencia, como la del ilegítimo gobierno de Irán, asesino de Neda y genocida de los mismos creyentes en el profeta licencioso.
Nos atan a un pasado horroroso que tenemos la obligación de superar para no perecer y desaparecer como especie, lo cual sería un triunfo para las demás formas de vida, víctimas de la despiadada Historia, este período de crímenes y depredaciones causados por la especie asesina y depredadora.
Dados sus crímenes de todo tipo, la Humanidad está obligada a desparecer o a dedicarse a reparar los inmensos daños causado a la Vida y la Naturaleza a raíz de la ciega codicia que aqueja a sus peores miembros, los potentados, que la aducen como justificación injustificable de todas las depredaciones.
De ella (la letal codicia) se vale y con ella se justifica ante los estúpidos ambiciosos, el monstruoso Neoliberalismo, promotor de todos los excesos a pesar de (o peor, gracias a) que es evidente que su consecuencia será la extinción.
Por eso, es urgente renegar de una vez por todas del absurdo consumismo que todo lo está destruyendo, hasta las esperanzas en un mundo digno.
Así está sucediendo en la cada vez más nociva y alienada China, alineada con los parámetros de desarrollo trazados por el capitalismo agónico con su teoría (o fe dogmática y absurda), el Neoliberalismo, mientras les da la espalda a prácticas productivas milenarias respetuosas del medio ambiente y, sin duda, reales expresiones de un desarrollo sostenible que el consumismo convierte en destructivo, depredador y suicida.
Gracias, DBP
Fecha: 30/01/2011 | Fuente: http://www.abrebrecha.com/116370_Osad%C3%ADas-cohibidas.html |
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