viernes, 21 de junio de 2013

“PARA ESTAR MEJOR”
“La voz de la calle”.

Una reflexion  de Carlos Moris sobre Brasil....

En toda reivindicación popular, al margen de su dimensión, el objetivo es lograr esa conquista  que supere alguna situación  considerada desfavorable.  Por vez primera constatamos que se produce una importante movilización popular, afirmando que existe una situación general “buena”, pero se trata de “mejorarla”. 

Es lo que  está planteado en Brasil donde miles de ciudadanos han salido a las calles, para a partir del rechazo al aumento en el precio del transporte urbano en algunas ciudades,  levantan una serie de reclamos que abarcan desde su condena  a los enormes gastos que realiza el gobierno  para organizar la Copa Confederaciones de Fútbol y el Campeonato Mundial del mismo deporte, hasta la exigencia  de mejorar la salud, la educación, la vivienda y otras aspiraciones populares.

Los gastos para los eventos futbolísticos según cifras oficiales, se estiman en 12,325 millones de dólares. Las autoridades alegan que no es gasto, es una inversión que permitirá mejorar la imagen de Brasil en el exterior. Imagen  que  ya es bastante favorable.
Con relación al aumento del transporte urbano, tanto en Sao Pablo como en Rio de Janeiro, las autoridades locales derogaron la medida y también en otras ciudades, pero en principio no se han detenido las movilizaciones ahora como festejos por la “victoria”, considerando los participantes que se ha escuchado  “la voz de la calle”.

Sin rostros responsables.
Aunque el vicepresidente  del país, Michel Tiemer, afirmó que “el gobierno debe atender el diálogo y escuchar las demandas sociales”, las movilizaciones han sido reprimidas muy violentamente por la Fuerza Pública, desde que comenzaron el 11 de junio en Sao Pablo y Rio de Janeiro, pero  extendidas posteriormente a 20 ciudades. En total se considera se movilizaron unos 250 mil manifestantes.

En principio se les  calificó con el carácter de espontaneas, destacándose una importante participación de jóvenes, en un país donde la juventud no ha sido combativa en los últimos años. Por el contrario, los jóvenes han  sido indiferentes a situaciones, como por ejemplo,  los gravísimos escándalos por corrupción a niveles gubernamentales  y a nivel de dirigentes del Partido de los Trabajadores, PT, principal fuerza política que ha sostenido a los gobernantes que han electo bajo sus banderas.

En Sao Pablo,  el “Movimiento Pase Libre”, MPL, ha asumido la convocatoria de las movilizaciones, pero no es el único convocante en el resto del país.  En el desarrollo de los acontecimientos se han producido un gran número de apoyos por parte de organizaciones de la sociedad civil  como ·”Los sin techo”. También se han pronunciado sectores  de algunos partidos políticos. La juventud del PT convocó en Rio de Janeiro un acto de “apoyo” a las reclamaciones populares. Todo indica que pretende secuestrarlas y por supuesto, congelarlas.

Hasta un miembro del equipo de  la selección de fútbol brasileño, se pronunció en favor de las movilizaciones, señalando la necesidad de que se mantengan en el plano pacífico. Por su parte, aficionados mostraron  durante los partidos, carteles en apoyo a quienes se les comienza a calificar como “indignados”. Esas imágenes no fueron transmitidas por la TV.
Por aquí  han ocupado más espacio comunicacional los resultados de los partidos.  Es el silencio cómplice para no afectar  el grotesco negocio con el fútbol.

No aparecen figuras dirigentes destacadas y La clase política en general ha sido sorprendida , reaccionando  en forma individual.  Algunos voceros tanto del gobierno como de los partidos opositores, se han pronunciado  considerando validas las demandas populares. Es el típico saludo a la bandera.
Ahora apurados por la presión popular, el Senado ha retomado la consideración de un proyecto de Ley, engavetado durante cinco años, para reducir los impuestos al transporte público urbano. Paños calientes.

Una Presidenta popular.
Todas las encuestas ubican a la Presidenta Dilma Rousseff con amplio  apoyo popular. Sin embargo, una encuesta realizada antes del 11 de junio muestra una reducción  de ese  apoyo del 65 al 57 por ciento.  Es de todas formas, el mayor respaldo para un gobernante en América Latina. Aunque sin duda ella presionó para que se suspendiera el aumento, se teme que haya continuado perdiendo respaldo popular producto del crecimiento de la inflación.  Todavía no hay un reclamo directo a su persona. Son los Gobernantes locales quienes decidieron los aumentos,  los que reciben el mayor rechazo popular.

Es una situación inédita, pues obviamente, es ella la responsable de la conducción  económica del país y quien ha aprobado los gastos para los eventos futbolísticos. Es la responsable del preocupante aumento en la inflación, estimada en un 6.5 por ciento para el presente año. En Venezuela, solamente en el mes de mayo la inflación creció en un 6.1 por ciento. En estas tierras “bendecidas por Dios”, pero castigadas por los descendientes de Adán, no se han agitado las aguas del descontento popular.

De todas formas, hay una preocupación en los medios oficialistas  brasileños, porque faltan 15 meses para la realización de las elecciones presidenciales, donde seguramente Dilma se presentará como candidata. La mayor preocupación radica en las posibles manifestaciones que puedan presentarse durante la realización del Mundial de Fútbol el próximo año, lo cual puede afectar duramente la imagen de “tranquilidad” para los inversionistas, que trata de vender el Gobierno. En consecuencia, también  la imagen de la Presidenta, quien ya suspendió el viaje oficial que debía iniciar a Japón el próximo lunes 25 del presente mes.
Un punto relativamente positivo a favor del oficialismo es que el partido opositor PSDB, que gobierna Sao Paolo,  cuyas autoridades  reprimieron brutalmente a los manifestantes, mientras el Partido se mantuvo al margen.

Mirando el futuro inmediato.
Mientras celebra la “victoria” porque logró la eliminación del aumento al transporte urbano, el equipo que orienta al Movimiento pase Libre estudia los siguientes pasos a seguir. Obviamente quiere capitalizar esa “victoria”, lograda según muchos analistas porque el Gobierno Nacional presionó para la derogación del aumento, porque las protestas se realizaban en el momento en que miles de visitantes llegaron a presenciar la Copa de Confederaciones. Consideran que pasado el evento, las aguas volverán a su nivel y el gobierno  central será poco permisivo.

El problema del transporte no se ha resuelto, especialmente en cuanto a la calidad del servicio. Amplias áreas de las ciudades no son cubiertas y en otras, los ciudadanos sufren largas esperas. El sector privado ha manifestado que no está en capacidad de mejorar la situación sin un aumento del costo de los pasajes. 

Probablemente, las gobernaciones recurrirán a los subsidios que normalmente llevan a la corrupción y solo postergan el problema.
El Gobierno continuará  aportando los recursos para la realización del Campeonato Mundial de Fútbol y en la medida en que se acerque la fecha de inauguración, la “torcida” se preocupará mucho mas  por la realización del espectáculo y el comportamiento de su Selección, que de ocupar las calles para reclamar mejor atención a sus problemas del día a día.

Por supuesto que existe un descontento, pero todavía no es significativo, aunque   ha prendido algunas luces todavía amarillas.  Los Partidos Políticos, especialmente el PT, tratarán de arropar las reivindicaciones, en la clásica actitud de “cambiar rápidamente para que todo quede igual”. En consecuencia, es predecible que Dilma lance su candidatura y obtenga un holgado triunfo.

Asi que en Brasil, los “indignados” como ha sucedido en España, seguirán presentes pero no determinantes para lograr cambios de políticas. Falta mucho para “estar mejor”, porque por ahora, son  muchos más  los resignados.

Venezuela. Junio 2013. Carlosmoris@cantv.net

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