VENEZUELA EN UN MAR TURBULENTO.
Entre el mandato y la realidad.
Cuando el
pasado 8 de diciembre el Presidente Hugo Rafael Chávez Frías anunció que viajaría a Cuba para someterse a
una cuarta intervención quirúrgica, en el proceso de su lucha contra el cáncer
que le aqueja, le solicitó a sus partidarios, que en el caso de su ausencia,
votaran por Nicolás Maduro, quien
ocupaba el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores y a quien manteniéndole en esa función, le había nombrado vicepresidente poco tiempo
antes, sustituyendo a Elías Jaua. Con esa decisión que se puede interpretar
como una orden para sus subalternos, Chávez expresaba con firmeza quien debía
ser su heredero. Sin embargo, todo indica que
no parece tan fácil implementar ese mandato, el cual ha provocado turbulencias en las aguas del
chavismo.
Son
claramente conocidas las discrepancias entre Maduro y otros dirigentes de la cúpula
chavista, los cuales se consideran también legítimos herederos del Comandante
Presidente. La más destacada de esas discrepancias con el vicepresidente se
focaliza en la figura de Diosdado Cabello, actual Presidente de la Asamblea
Nacional y vicepresidente del oficialista Partido Socialista Unido de
Venezuela, PSUV. Se afirma que Diosdado
representa al sector militar y Maduro al sector civil. Probablemente, ni
Diosdado representa al pantanoso mundo militar, ni Maduro expresa al muy
diverso mundo civil chavista, pero fácticamente sostienen espacios importantes
de poder que cada uno trata de ampliar a costa del otro. Para la galería ambos
personajes han reiterado, abrazos mediáticos mediante, que se mantienen unidos
y obedientes a los mandatos del Presidente, quien en el mundo del secretismo con el cual se maneja
su estado de salud, supuestamente
continua mandando “mas que un dinamo” y aunque no puede hablar, sostiene de
acuerdo a lo afirmado por Maduro, reuniones de cinco horas con su equipo de
confianza, dando órdenes “por escrito, con una sonrisa, ojos vibrantes y una
fuerza de voluntad intensa”. En ese
laberinto de contradicciones, Jaua por su parte afirmaba que la salud del
presidente se deteriora y Evo Morales se unió a la fila de los mandatarios que no han tenido acceso al enfermo.
Sin entrar a
cuestionar la veracidad de esas informaciones, se puede afirmar como decía mi abuelita la
asturiana, “la procesión va por dentro”, pudiéndose agregar que muchos Santos
tratan de figurar y los fieles poco cuentan. No hay dudas sobre las
aspiraciones de Elías Jaua, quien fuera “nombrado” Canciller por el Presidente
Chávez, en una decisión cuya legalidad ha sido cuestionada, tomando en cuenta
que aparece efectuada en Caracas, cuando
el Presidente se encontraba en un hospital en La Habana. En la sombra pero con
el enorme poder de manejar los reales petroleros, así como, las cuentas
bancarias conocidas y las secretas, se ubica Rafael Rodríguez, Presidente de
PDVSA. Pero Rodríguez no agota el listado, se menciona a
varios de los militares quienes intervinieron en el fracasado golpe de Estado
dirigido por Chávez, padeciendo cárcel a su lado. Estos personajes, algunos
ocupando el cargo de Gobernador, no se
identifican con Diosdado y mucho menos con civiles quienes según ellos, no arriesgaron el pellejo durante esos
acontecimientos.
Un mal imitador.
Mientras se
desarrolla el drama presidencial envuelto en el secreto y posiblemente en la
mentira, Nicolás Maduro trata de construir una imagen que le identifique con la
figura presidencial ante los ojos del chavismo, especialmente el denominado
chavismo duro. Por ello recorre el país,
asiste a inauguraciones de poca importancia, repartiendo besos, abrazos y promesas como todo candidato presidencial a
la par que utiliza un discurso con lenguaje duro frente a los opositores.
Aunque no tiene la capacidad comunicacional, ni el carisma de su mentor,
insulta, agrede y acusa de conspiradores al mundo de los opositores, dando golpes al vacío
porque en estos momentos la dirigencia opositora que se agrupa en torno a la
Mesa de Unidad Democrática, MUD, no presenta un referente.
Busca enemigos, atacando a Guillermo Aveledo, Secretario
Ejecutivo de la MUD, a Henrique Capriles
Radonsky, ex candidato presidencial derrotado y triunfador posteriormente en la
contienda que le permitió ser reelecto como Gobernador del Estado Miranda,
derrotando al candidato oficialista Elías Jaua. En su estrategia de buscar enemigos, Maduro ha expresado: “el Presidente llegó de sorpresa
para proteger su regreso, porque una derecha enloquecida, con grupos de choque
pueden inventar locuras”. Anteriormente había denunciado planes para ser “asesinado
junto a Diosdado”, insistiendo en denunciar planes desestabilizadores. Por supuesto, no hay ningún detenido por esos
supuestos planes y en general sus denuncias no han tenido mayor credibilidad.
Simultáneamente,
es la “voz” del Presidente. “Informando” en forma directa sobre su salud y sus supuestas actividades, o a través del Ministro
de Información, Ernesto Villegas, quien
lee comunicados en cadenas de radio y tv, sin despejar las interrogantes sobre
la situación del paciente. Ortodoxa y disciplinadamente, el heredero del trono
imperial, repite hasta el cansancio que “solo hay un Presidente, nuestro
querido Comandante Chávez”.
En esa
actuación donde aparece como simple ejecutor de órdenes presidenciales, asume
la defensa del paquete económico neoliberal recién dictado, donde la principal
medida ha sido la devaluación de la moneda, tantas veces negada. En sus
comparecencias afirma que esas decisiones son para: “fortalecer nuestra moneda
del ataque de los especuladores”, sirviendo para “defender al pueblo y golpear
a la burguesía”. Sospecho que es la primera vez en la historia de la
economía, donde una devaluación de la
moneda la fortalece y tengo la certeza que esas medidas golpean brutalmente a
los pobres y sin duda alguna, la devaluación favorece a los ricos, quienes
están cubiertos por los billetes verdes o por otras monedas solidas.
Lamentablemente
para el vicepresidente, no cuenta con el encanto del Presidente Chávez, por lo
cual sus actuaciones y particularmente sus declaraciones con una gran pobreza
en su léxico donde según un estudio del diario El Nacional, recurre
reiteradamente a las palabras “Chávez, Comandante, Patria y Pueblo”, además de
usar ropa similar a su mentor, no
parecen lograr el objetivo de convencer a sus partidarios. En el mundo
opositor es causa de burlas, pero no deja de sembrar preocupaciones, en tal
grado, que no pocos dirigentes adversarios del régimen dicen “añorar” a Chávez.
El destacado sociólogo Tulio Hernández, afirma que Chávez “trataba de empujar
la raya, pero no la saltaba”, sus herederos son impredecibles.
Pero esa
actitud agresiva de Maduro han provocado reacciones especialmente del mundo
estudiantil opositor, que ha desatado una campaña primero por exigirle se
conozca la verdadera situación de salud del Presidente, reclamando su regreso
de Cuba, lo cual ha sucedido, pero acusando al vicepresidente de “usurpador” y
de mantener “secuestrado “ al Presidente quien por mas de dos meses no ha
podido enviar un mensaje de voz a los ciudadanos. Solamente se le ha presentado
en una foto acostado y acompañado de sus
dos hijas.
Por su parte
Diosdado para ganar espacios en el mundo comunicacional, acusa de corrupción a
Diputados del partido Primero Justicia, PJ, al cual pertenece Henrique Capriles
Radonsky y en muchas ocasiones aparece fotografiado junto a Maduro, haciéndole
sombra, pero se ha cuidado mucho de no asumir la defensa del llamado “paquete
rojito”.
Para no
quedarse atrás el Canciller Elías Jaua ocupa espacios en encuentros
internacionales, a la par que levanta su voz frente al ·”imperialismo”,
mientras mueve sus piezas en el tablero
de los puestos de mando gubernamental. Personal de confianza que había colocado
durante su larga permanencia como vicepresidente de la República y en otro
rosario de cargos ocupados en el llamado proceso revolucionario. Es una lucha por
el poder, donde los participantes tratan
de demostrar ser más chavistas que el
propio Chávez., mientras el país viaja sin rumbo inmerso en ese mar de turbulencias.
El inevitable desenlace.
Hay un
amplio consenso en el mundo político del país, sobre la imposibilidad del régimen de mantener
el manto del secreto sobre la situación de la salud del Presidente. Se ha dado
el primer paso al traerle de Cuba, eliminando
la enorme presión de los ciudadanos de todas las tendencias políticas,
quienes reclamaban que el Presidente fuese tratado de su enfermedad en su país.
También pesó en esa decisión la
creciente preocupación en el escenario internacional, sobre la validez jurídica
de los actos presidenciales, pues hay legítimas dudas sobre sus condiciones
para gobernar. Esa decisión le quitó también un enorme peso al gobierno cubano,
que aparecía ante los ojos de muchos venezolanos y extranjeros, como el verdadero contralor injerencista,
aprovechándose de la enfermedad del
Presidente y su permanencia en Cuba. Sin embargo, no ha despejado ni un
milímetro la sombra que encubre su real condición física y mental.
En consecuencia,
todo indica que se acortan los plazos para un desenlace. Por ello, el grupo
dominante en el poder deberá por encima
de sus confrontaciones, decidir sobre el destino político del Presidente
Chávez, Es para ellos determinante porque es evidente el enorme desgaste que
sufren, pese a vivir de la grotesca utilización en su favor de la aureola de fervor popular hacia el
Presidente.
Cada día que
pasa les desgasta a todos, pero principalmente a Maduro, a quien los opositores
culpan de las medidas económicas que han provocado una brutal inflación, además
del evidente agravamiento de los principales problemas del país, los cuales
durante años el Presidente Chávez supo manejar sin que le golpeara su figura,
justamente porque para un amplio sector del chavismo, la “culpa” es de los que
hoy detentan el poder.
Pero el
desenlace no es solamente el definir la ausencia definitiva del Presidente y por
ello, convocar a elecciones presidenciales en el plazo de 30 días a partir de
esa definición, aunque el Consejo Nacional Electoral pueda pedir un tiempo
prudencial mayor para implementar el proceso. Se trata para el oficialismo de
unir fuerzas en torno al candidato presidencial y por supuesto, bajo el
paraguas de la aureola del Presidente Chávez.
Todo indica
que en principio debe prevalecer el espíritu
de sobrevivencia, por lo cual a regañadientes la diáspora que hoy
caracteriza al mundo de la dirigencia chavista, aceptará a Nicolás Maduro como
el candidato presidencial, sobre todo,
si el Presidente se mantiene vivo y en condiciones mínimas de hacer valer su
autoridad. Los cobros de facturas vendrían después.
Sin embargo,
hay otro escenario menos probable, pero factible. Es evidente que los sectores
que adversan a Maduro y tienen aspiraciones propias, han tratado de postergar
esa decisión confiando en el desgaste de la figura de Maduro, a quien le queda
muy grande el papel de Chávez II. Ese sector espera que dada la gravedad de la
enfermedad presidencial, se produzca su desaparición física a corto plazo.
Por
ello, desgastado Maduro interna y
externamente, sin la presencia del Presidente
exigiendo se cumpla su mandato, puede surgir otro candidato presidencial quien
sería tributario del mito que genera la figura presidencial, pudiendo obtener
un amplio triunfo frente a una oposición que no ha podido reponerse de sus dos
muy amplias derrotas recientes.
Muy pocos
analistas, incluyendo los conocedores de la interna chavista, se pasean por un
escenario de confrontaciones públicas entre los dirigentes rojos rojitos, considerando muy poco probable
un enfrentamiento entre el vidrioso mundo militar que pueda llevarles a una
aventura que implicaría el uso de las armas.
No faltan
quienes en el muy turbio escenario
nacional, pronostican un estallido social como consecuencia del evidente creciente
deterioro en las condiciones de vida y trabajo de un amplio sector de la
población, para quien las dadivas oficiales, las cuales sin dudas le han
mejorado su situación sin cambiarla, queda hoy profundamente golpeado por el
paquete neoliberal que se está implementando bajo el elogio del Fondo Monetario
Internacional. FMI, que no ha necesitado
auspiciarlo.
Por ahora, el
desagrado entre la población, incluyendo los simpatizantes del régimen ha
paralizado el anuncio de otro grupo de
medidas económicas que forman parte del paquete, pero seguramente serán
aplicadas en momentos no muy lejanos. Esa necesidad de recursos por parte del
gobierno, también les presiona para implementar una más rápida solución a la
situación planteada por la enfermedad del Presidente Chávez y una eventual elección presidencial.
Lo concreto
es que quienes hoy con sus contradicciones internas usufructúan el poder,
manejan los tiempos y finalmente decidirán de acuerdo a sus particulares
intereses y ambiciones, pero el tiempo puede revertirse en su contra acelerando
los acontecimientos.
Mientras
tanto, el mundo opositor acelera las consultas para lograr un consenso sobre su
candidato presidencial, pero esa situación requiere de un análisis más amplio
por separado.
Caracas,
febrero 2013.
carlosmoris@cantv.net.