jueves, 26 de julio de 2012






Cuando los banqueros son "banksters"
 
Análisis de Julio Godoy

Fuente:  


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PARÍS, 25 jul (IPS) - Medios de comunicación, dirigentes políticos y ciudadanos europeos arremeten contra los banqueros, acusándolos, en el mejor de los casos, de ser cómplices de innumerables operaciones ilegales y, en el peor, de ser directamente delincuentes.

El mejor ejemplo de esta ola de indignación es el uso de la palabra "bankster", combinación de "banker" (banquero, en inglés) y gánster, incluso utilizada por los medios de países no anglosajones.

El término, acuñado durante la crisis económica mundial conocida como la Gran Depresión de los años 20 y 30, resurgió en los medios británicos en 2009, y apareció ahora en la primera plana del periódico francés Libération.

En un breve documento sobre política bancaria divulgado el 21 de este mes, el presidente del opositor Partido Socialdemócrata (SPD) de Alemania, Sigmar Gabriel, acusó a los banqueros de "chantajear a gobiernos y estados con la amenaza de una bancarrota con efecto dominó", de "complicidad con actividades delictivas", como la evasión impositiva y el lavado de dinero, y de "perjudicar a sus propios clientes".

Aun los analistas que atribuyen intenciones populistas a las críticas de Gabriel coincidieron en que los directivos de las grandes corporaciones financieras privadas causaron grandes perjuicios a su negocio y a sus clientes.

La lista de quejas es larga. En Estados Unidos se acusa al banco HSBC de lavar dinero de narcotraficantes latinoamericanos y de organizaciones islámicas presuntamente involucradas en actividades terroristas.

En un comunicado del 17 de este mes, el HSBC asume su responsabilidad: "Hubo ocasiones en que el banco no pudo cumplir con los estándares que esperan los reguladores y los clientes. Reconocemos estos errores, respondemos por nuestras acciones y nos comprometemos a solucionar lo que no funcionó bien".

El llamado escándalo LIBOR (acrónimo en inglés de tasa interbancaria ofrecida de Londres) puso al descubierto la connivencia de numerosas instituciones internacionales, entre las que están Barclays, Citigroup, JPMorgan Chase, UBS, el Deutsche Bank y, otra vez, el HSBC, para falsificar información sobre las tasas de interés interbancarias con el fin de que los bancos centrales hicieran lo propio con las suyas.

La tasa LIBOR es una referencia para el mercado monetario, fijada por la Asociación de Banqueros Británicos.

El escándalo hizo que reguladores británicos y estadounidenses impusieran a Barclays una multa sin precedentes de 450 millones de dólares, y llevó al retiro forzado de su director ejecutivo, Bob Diamond.

Además, las instituciones financieras se vieron envueltas en una gran confabulación de evasión fiscal.

La independiente Red de Justicia Fiscal, que investiga la evasión impositiva internacional y el papel de los bancos en los paraísos fiscales, estima que unos 11,5 billones de dólares de activos están guardados en bóvedas de seguridad, lo que hace que los estados se pierdan de recaudar unos 250.000 millones de dólares al año.

Por su parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)subraya: "la evasión y el fraude fiscal ponen en riesgo los ingresos de los estados", y recuerda que el Senado de Estados Unidos estima que se pierden 100.000 millones de dólares al año por la evasión fiscal cometida por personas y empresas en ese país.

"En muchas naciones, los montos ascienden a miles de millones de euros", remarca la OCDE. "Eso significa menos recursos para infraestructura y servicios, como educación y salud, y perjudica los estándares de vida en economías desarrolladas y en desarrollo", añade.

Los activos se encuentran en paraísos fiscales, como los territorios británicos de Isla de Man, Guernsey y Gibraltar, y en las Islas Caimán y similares, aunque también en instituciones financieras que operan en ciudades como Londres y Nueva York, y en países como Suiza, Singapur y Mónaco.

Los delitos financieros ocurren cuando los países del Norte industrializado atraviesan una grave crisis de deuda soberana que ha dejado a muchos de ellos en la bancarrota.

El problema se originó, o por lo menos se agravó, con la crisis financiera que se gestó en 2007, precisamente porque los bancos quedaron al borde de la quiebra y debieron ser rescatados por los estados para evitar la caída del sistema financiero.

Pero la ayuda no hizo más que echar a andar una crisis financiera cíclica, y ahora bancos españoles, griegos y chipriotas reclaman asistencia de los gobiernos nacionales que sacrifican a sus ciudadanos recortando el gasto en servicios públicos básicos como educación, salud e infraestructura.

Todo esto se hace para que los mercados financieros internacionales sigan operando casi sin regulación, mientras los "banksters" se asignan salarios principescos y bonos cuantiosos.

El 18 de este mes, Libération reveló que, en 2011, solo cuatro grandes bancos franceses pagaron a sus directivos 1.100 millones de euros (más de 1.300 millones de dólares) en bonos.

La situación hizo que algunos dirigentes políticos reclamaran nuevas regulaciones y controles para los mercados financieros.

El ministro de Economía de Francia, Pierre Moscovici, lanzó una reforma del sector que apunta a separar a los bancos comerciales de las instituciones financieras y a limitar los salarios de los directivos.

Gabriel, del SPD, reclamó un tope de salarios y de bonos y la responsabilidad personal de presidentes, directores generales y gerentes de bancos cuando las pérdidas son causadas por transacciones especulativas de alto riesgo.

Medidas similares fueron propuestas por la Comisión Independiente para la Banca (ICB, por sus siglas en inglés), creada en 2010 para reformar el sector y promover la competencia y la estabilidad financiera.

Pero las ideas no fueron del todo consideradas por el nuevo plan del gobierno para reestructurar el mercado financiero, anunciado a principios de este mes, que, de todas maneras, no se implementará hasta 2019.

De hecho, la mayoría de las medidas discutidas en Alemania, Francia y Gran Bretaña están incluidas en el acuerdo de Basilea III, último pacto normativo internacional para reforzar y regular la estabilidad y solvencia del sector financiero.

La nueva normativa del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, todavía en discusión, será aplicada paso a paso a partir de 2013 con vistas a su total implementación en 2019.

Economistas independientes sostienen que la demora en fijar nuevos controles a un sector obviamente corrupto prueba la falta de voluntad política de los gobiernos de llegar a la raíz del problema.

Según el economista francés Paul Jorion, "tras cinco años de la peor crisis financiera de la historia, todos los intentos para regular los bancos y los fondos son letra muerta".

En cambio, "la Unión Europea y los gobiernos siguen desreglando y dejando a sus propios ciudadanos en la miseria total". (FIN/2012)



 
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martes, 24 de julio de 2012


METODO ELCANO DE MEDICION DE PRESENCIA GLOBAL DE PAISES 

Medir la presencia internacional de los países: metodología revisada del Índice Elcano de Presencia Global (IEPG)
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Coordinadores: Iliana Olivié e Ignacio Molina. Colaboradores: Ignacio Álvarez, Bruno Ayllón, Rafael Domínguez, Félix Arteaga, Manuel Gracia, Narciso Michavila, Antonio Vargas.
DT 9/2012 - 13/7/2012
Hace algo más de un año, se publicaba la metodología del Índice Elcano de Presencia Global (IEPG); metodología que se acompañaba de los resultados para 2010.[1] La publicación y posterior difusión de este trabajo han dado lugar a diversos debates que, a su vez, nos han llevado a un proceso de reflexión sobre algunos elementos metodológicos del Índice. Así, la publicación de una segunda edición del IEPG también supone algunos cambios metodológicos que, sin embargo, no alteran su esencia ni pilares metodológicos.
Es más, el creciente debate sobre la imagen internacional de España refuerza la necesidad de comprender lo que podríamos denominar su posicionamiento efectivo y real –el que este IEPG pretende medir– en relación al que se produce en imagen o notoriedad. De este modo, el IEPG pretende ser también una herramienta para comprender todas las variables y lógicas involucradas en la “marca España”. Puede decirse que el diferencial entre el lugar que ocupe un país en imagen o notoriedad –presencia subjetiva– y el que ostente en presencia efectiva real –el IEPG– es también la medida de los esfuerzos que dicho país podría tener que llevar a cabo para la mejora de su imagen o para una mayor influencia en el escenario global –con diferencial negativo–, o la medida del éxito de su diplomacia pública, que lograría capitalizar en poder, influencia y/o imagen una presencia real más modesta –diferencial positivo–.
Los principales cambios metodológicos han sido los siguientes.
En primer lugar, se han reagrupado los indicadores de presencia global en tres áreas –económica, militar y “blanda”–, en lugar de cinco. En cualquier caso, como se verá más adelante, el nuevo sistema de ponderación de los elementos del IEPG, por indicadores, permite cualquier agrupación de formas de presencia; tarea que también facilita el simulador de la nueva web del proyecto.
En segundo lugar, se ha eliminado el deflactor aplicado a los indicadores expresados en unidades monetarias. Así, se evita el uso de deflactores mundiales demasiado “forzados”, que depreciaban en exceso la presencia económica de los países europeos hasta el punto de indicar, por ejemplo, una caída en términos reales del comercio exterior para casi todos los países desarrollados a lo largo de los 90. En este sentido, también conviene señalar que se “inflacta” la variable de Deportes, como se explica más adelante.
En tercer lugar, se amplia el número de indicadores que definen la Presencia Económica, diferenciando los Bienes de la primera metodología en Bienes primarios y Manufacturas; considerando que hay una naturaleza diferente de la presencia que pueden aportar uno y otro tipo de exportaciones. Se pretende, así, facilitar el análisis de la presencia económica con el IEPG.
En cuarto lugar, se han ampliado las capacidades incluidas en el Equipamiento militar. En la versión anterior, estas capacidades se limitaban a las más estratégicas y de largo alcance. En aras de una mayor consistencia interna del Índice, se incluyen ahora capacidades de más corto alcance, que permitan la proyección militar meramente transfronteriza. En efecto, en todos los demás componentes del Índice se asume la presencia global como transfronteriza: el indicador de Migraciones no diferencia los países de origen de los flujos migratorios al igual que el de Servicios no diferencia entre los diversos mercados de exportaciones.
En quinto lugar, se ha incluido un nuevo indicador de Información, que busca valorar la Presencia blanda de los países a través de la web. Como se explica más adelante, a falta de un indicador más preciso, se ha optado por incluir en el cómputo del IEPG el ancho de banda instalado.
En sexto y último lugar, aunque se ha mantenido el sistema de ponderación de los componentes del IEPG –por encuesta a expertos–, la encuesta se ha extendido a los dos niveles del IEPG –áreas e indicadores–, lo que permite re-ordenar los indicadores en cualquier agrupación de presencia –no sólo, necesariamente, las tres áreas por las que optamos en su actual diseño–. Asimismo, se ha ampliado la base de expertos consultados, incluyendo expertos de diversos países, lo que permite minimizar el sesgo cultural que pudiera producirse en una consulta realizada sólo a escala nacional.
Además de los cambios metodológicos, se ha querido dotar a esta herramienta analítica de una plataforma adaptada a su naturaleza que, tratándose de un índice sintético que se calcula para una cincuentena de países es, sin duda, una web (www.iepg.es).
El carácter estático del primer IEPG, que se calculaba para tan sólo un año, se supera con la realización de calas temporales que permiten observar la transformación de la presencia global de los países desde la caída del muro de Berlín sobre una base quinquenal. Los datos del IEPG publicados en julio de 2012 para los años 1990, 1995, 2000, 2005, el re-cálculo de los datos de 2010 y esta última edición de 2011 siguen, todos ellos, la metodología que se expone a continuación, remplazando así la que acompañó los primeros resultados del Índice (Olivié y Molina, 2011). La elaboración de fichas-país para los 11 primeros países en el ranking de IEPG facilita asimismo un primer análisis de esta evolución temporal.
Calcular el IEPG para 1990 ha obligado a realizar una serie de asunciones. Como se ha señalado, el objetivo de esta cala es el de mostrar la presencia de diversas naciones en el mundo tal y como se daba en la última etapa de los dos bloques. Así, en lugar de para Alemania, Rusia, Estonia, Letonia, Lituania, la República Checa, Eslovaquia y Eslovenia, el IEPG de 1990 se construye para la República Federal Alemana (RFA), la Unión Soviética, Checoslovaquia y Yugoslavia; aunque dos de los primeros, Estonia y Lituania, ya estuvieran constituidos formalmente en 1990. Aunque para la mayor parte de los indicadores ha sido posible recoger las estadísticas para los cuatro países extintos –todos los de Presencia Económica, Deportes, Turismo, Educación y Ciencia–, algunos han sido estimados por los autores –Cultura, Información y Tecnología–. En el caso de las Migraciones, es la propia fuente primaria, la División de Población de Naciones Unidas, quien calcula los datos estimados, y lo hace para el nuevo mapa y no para el antiguo de los dos bloques. Así, el indicador de Migraciones de la RFA en 1990 es en realidad el que, según Naciones Unidas, correspondería a la Alemania reunificada –RFA y República Democrática Alemana (RDA)–, el de Yugoslavia la estimación para Eslovenia, el de la Unión Soviética la suma de los de Rusia, Estonia, Letonia y Lituania y el de Checoslovaquia la suma de los stocks de población migrante estimada en la República Checa y en Eslovaquia. En el caso del indicador de Cooperación al desarrollo, el dato de Alemania es el que ofrece la propia fuente original, la OCDE, para este mismo país –y no para la RFA– mientras que el de la Unión Soviética es una estimación de los autores. A Checoslovaquia y Yugoslavia se les ha asignado valor cero para este indicador en este año.
Este Documento de Trabajo explica la metodología de cálculo del IEPG. La primera sección retoma la definición y objetivos del IEPG, que se mantienen respecto de su anterior versión. Las dos siguientes secciones explican los criterios de selección de los indicadores y variables tomados para recoger la presencia global de los países en materia económica, militar y blanda, y los de selección de países, respectivamente. La cuarta sección describe la estructura del Índice, sus componentes, los indicadores y las fuentes de los mismos. Las últimas secciones abordan los aspectos más técnicos (método de estimación de casos perdidos, escalas y ponderación).
1. Definición y objetivos
Por presencia global se entiende el posicionamiento efectivo, en términos absolutos, de los diferentes países en la economía, sociedad y ámbitos político y militar mundiales en el contexto del actual proceso de globalización.
De este modo, el IEPG se centra en medir la presencia de diversos países –y no el poder o la influencia– en los campos de la economía, la defensa y otros ámbitos blandos de presencia exterior como son la cultura, el deporte, el turismo, las migraciones, la ciencia, la información, la tecnología, la educación y la cooperación internacional al desarrollo.
Esta medición se realiza sobre la base de datos objetivos o tangibles, descartando los posicionamientos basados en datos de opinión o de percepción. Asimismo, no se persigue la medición del nivel de inserción de los países en este proceso de globalización o el grado de apertura frente a él –algo que ya miden otros índices de globalización o de libertad económica– sino la presencia o proyección internacional total comparada con la de otros países y respecto de su propia evolución. Por último, se ciñe a la presencia en resultados, al margen de los esfuerzos realizados por cada país para lograr esta presencia mediante, por ejemplo, la adhesión a estructuras de gobernanza supranacionales o a través del gasto presupuestario.
Además, al integrar de forma coherente la dispersa información cuantitativa existente sobre múltiples aspectos relativos a la proyección exterior y permitir comparaciones entre países y en el tiempo, el IEPG se convierte en una herramienta muy útil para cualquier tipo de análisis relacionado con la presencia internacional de un país o grupo de países seleccionados. En primer lugar, pueden realizarse, sobre la base del IEPG, valoraciones sobre la política exterior de cualquier país –e incluso ayuda a hacer estimaciones sobre su posicionamiento en términos de poder o influencia–. Así, por ejemplo, un aumento o disminución de dicha presencia orientaría acerca de la eficacia de la política exterior llevada a cabo durante el período de análisis. En este sentido, son una herramienta eficaz no solamente las futuras ediciones de este IEPG sino también las calas retrospectivas que ilustran la evolución, hasta la fecha, de la presencia internacional de los países contemplados en el proyecto. En segundo lugar, el Índice también permite observar los principales campos en los que se produce esta presencia y la variación en el peso relativo de éstos: un aumento de la presencia total de un determinado país en un determinado período de tiempo podría coincidir, por ejemplo, con una disminución de su presencia en el campo de la defensa y con un aumento, en paralelo, en el terreno científico o económico. Esta información permite también conocer las diferentes estrategias de acción exterior de los países. En tercer lugar, el IEPG posibilita el análisis de tendencias globales en la presencia internacional. Por ejemplo, podría analizarse si, en términos generales, en los últimos decenios ha aumentado la presencia global del conjunto de los países representados en el Índice en el campo de la cooperación al desarrollo en mayor medida de lo que pueda haberlo hecho a través de las migraciones. Por último, el IEPG también permite el análisis de la tendencia, en términos de presencia global, de grupos de países. Así, el análisis combinado de la presencia de China y Estados Unidos permitiría observar si se da una cierta tendencia hacia una nueva bipolarización (y las principales características de la misma) y el análisis del conjunto de los países europeos permitirá observar tendencias sobre la presencia exterior de Europa y de la Unión Europea.
Además del potencial explicativo de este IEPG, el análisis combinado de este Índice –y de las posiciones relativas de los países a partir de él— con el de otros índices ya existentes multiplica el valor de esta herramienta. Esto es, el análisis comparado de los valores del IEPG con el de índices de competitividad, de globalización, de imagen-país o indicadores más sencillos como el Producto Interior Bruto (PIB), el PIB per cápita, la población o el gasto presupuestario, facilitan diversos análisis de política exterior y relaciones internacionales desde muy diversos enfoques.
El Índice, por ejemplo, puede ayudar a establecer cuándo la presencia internacional de un país supera o no su potencial (entendido como el peso económico o demográfico). Para ello, se podría comparar el valor del mismo para cada país, así como su puesto en el ranking, con el equivalente en población y PIB. Sería posible boxear (en términos de presencia) por encima o debajo del peso (en términos de población o de PIB) pero también boxear (en términos de influencia final) por encima o debajo del peso (en términos de presencia). Por ilustrarlo con un ejemplo, Brasil posiblemente tiene una presencia inferior a la de su potencial –ya que tiene una escasa internacionalización efectiva teniendo en cuenta el tamaño de su economía– pero, en cambio, en términos de influencia lo vendría haciendo últimamente, aprovechando su identificación como potencia emergente –BRIC (Brasil, Rusia, la India y China)–, por encima de su peso considerado aquí como presencia. Lo importante, en todo caso, es que el IEPG se construye sobre datos objetivos que miden la internacionalización efectiva de un país en diversos ámbitos –y no sobre la valoración subjetiva de la importancia que se otorgue a determinadas potencias o sobre la efectividad de trasladar todo eso a influencia real–. Al margen de que la tendencia en el medio plazo será seguramente una dinámica de ascenso de los países emergentes en el Índice –y correlativo declive de Holanda, Noruega o Suiza–, los datos que ofrecen el IEPG son muy interesantes para mostrar precisamente que, en algunos casos, hay un importante contraste entre enorme potencial nacional e incipiente internacionalización –o, viceversa, para el caso de pequeños Estados con una extraordinariamente alta proyección exterior–.
2. Criterios de selección de indicadores y variables
Siguiendo la definición y los objetivos establecidos para el IEPG, a continuación se detallan los criterios que han guiado la selección de indicadores y variables que forman las áreas de presencia global y, por tanto, el resultado final en el IEPG para cada país seleccionado.
En primer lugar, se recoge la presencia en una única dirección (lo que se podría denominar unidireccionalidad de la presencia). En segundo lugar, se miden resultados de presencia y no los medios para conseguirlos. Además, todas las variables tienen un componente expresamente exterior. La presencia se da en términos absolutos y no relativos y el IEPG mide la cantidad de presencia y no su naturaleza. Asimismo, como para cualquier otro índice, se busca la máxima capacidad explicativa con el mínimo número posible de variables e indicadores. En séptimo y último lugar, se toman datos duros de presencia y no datos basados en juicios u opiniones.
Unidireccionalidad
Uno de los principios que rige el IEPG es la medición de la presencia, en cada una de las áreas seleccionadas, a través de uno solo de los sentidos que pueden tomar las relaciones internacionales. Por ejemplo, como se verá más adelante, se considera que la presencia comercial exterior se da a través de las exportaciones (y no de las importaciones); la inversora, a través de las salidas de capital (y no de las entradas); y la de defensa, a través de la tropas desplegadas en el exterior (y no de las tropas extranjeras presentes en el territorio nacional). El principal argumento es que, en la mayoría de los casos, las relaciones en ambas direcciones son en mayor medida un reflejo de la importancia mundial del país en cuestión que de su presencia exterior o global.
Resultados vs. medios
También conviene insistir en que la medición de la presencia lleva a una selección de indicadores de resultado, no instrumentales. Así, por ejemplo, se mediría la presencia comercial de los países a través de sus exportaciones, pero no a través de los medios invertidos para ampliar dicha presencia (créditos a la exportación, participación en ferias, misiones comerciales, número de diplomáticos y funcionarios dedicados a la promoción exterior, etc.).[2] Esta selección de variables es coherente con la idea de que el IEPG pretende servir de base para, entre otros, el análisis de la política exterior de los países seleccionados. Los índices o análisis que recurren a variables instrumentales para definir la presencia exterior de un país pueden estar incurriendo en una cierta tautología: si se produce un mayor esfuerzo para aumentar la presencia exterior –a través de medidas como las mencionadas más arriba–, y si la presencia se mide a través de dicho esfuerzo, parece evidente que el resultado será un aumento de la presencia exterior. No obstante, este tipo de medición no arrojará luz alguna acerca de los resultados de este esfuerzo. Siguiendo el ejemplo anterior, no puede saberse si los créditos a la exportación o la participación en ferias (variables instrumentales) habrán contribuido realmente a elevar las exportaciones (variable de resultado). Esto será posible únicamente si se sigue la evolución de las exportaciones (variable de resultado) y, en función de este resultado, se analiza la calidad y cantidad de los esfuerzos realizados.
Dimensión transnacional
El IEPG sólo incluye variables que contengan información expresa sobre la dimensión exterior o, si se prefiere, transfronteriza. Es decir, se recogen los flujos económicos de carácter comercial y financiero pero no el PIB –que, como se ha dicho, es sólo un referente–, se recogen las migraciones pero no la población –el otro referente– y se recoge el despliegue militar exterior o la capacidad de realizarlo pero no la fuerza militar disponible. En este sentido, no se recogen datos sobre los activos de los países, ni siquiera sobre los activos potencialmente internacionalizables, sino que el cómputo del Índice se reduce a manifestaciones expresas de presencia. Así, por ejemplo, no incluye variables como la biodiversidad, la oferta gastronómica, las reservas de petróleo o el número de monumentos patrimonio de la humanidad que, si bien pueden derivar en mayor presencia exterior, no lo harán de forma automática. Siguiendo los mismos ejemplos, la presencia global en estos ámbitos se traduciría en una mayor afluencia turística o un mayor volumen de exportaciones; indicadores que sí se recogen en el IEPG.
Presencia absoluta y no relativa
El grupo de trabajo responsable de la elaboración del IEPG ha discutido en diversas ocasiones la pertinencia de medir la presencia exterior de los países en relación con su tamaño (población o PIB). Sin embargo, finalmente se optado por mantener la presencia en términos absolutos y no, por ejemplo, per cápita, porque la pretensión es determinar la presencia global de los países –y no cuán abiertos están– y porque precisamente así se facilita, como se ha señalado, la comparación con el peso o potencial, lo que proporcionará la información sobre la relativamente mayor o menor vocación de presencia internacional de un país.[3]
Cantidad frente a naturaleza
En términos generales, los componentes del Índice llevan a la medición de la presencia global de cada uno de los países en términos absolutos y en cantidad, obviando la naturaleza de dicha presencia. En los primeros debates sobre los componentes del Índice, se apuntó la posibilidad de medir tanto la cantidad como el tipo de presencia. Con cantidad se hace referencia a cuánto de presente está un determinado país en cada uno de los ámbitos –tómese como ejemplo el volumen de exportaciones– mientras que para medir el tipo o naturaleza de esta presencia tendrían que incluirse elementos valorativos similares a los necesarios para valorar el poder o la influencia –por ejemplo, podrían considerarse mejores las exportaciones de unos productos frente a otros porque reflejen un modelo productivo más sólido, de forma que se valoraría más la exportación de productos tecnológicamente complejos que de productos intensivos en mano de obra como el turismo de bajo coste–.
El Índice se centra en criterios de cantidad, abandonando los de naturaleza o tipo, por los mismos motivos que se opta por medir la presencia y no el poder o la influencia. En primer lugar, la introducción de criterios de calidad obliga a fijar una valoración de las distintas naturalezas de una misma presencia para cada ámbito –¿son mejores las exportaciones más intensivas en tecnología que las intensivas en mano de obra?, ¿son preferibles las misiones de paz coordinadas por Naciones Unidas que la presencia militar internacional decidida de forma bilateral?–. Esto llevaría inevitablemente al establecimiento de una posición subjetiva sobre la naturaleza de una presencia idónea cuando el principal objetivo del IEPG es precisamente el de servir de base para cualquier tipo de análisis de política o presencia exterior, independientemente del enfoque desde el que se realice. Además, puestos a medir la naturaleza de la presencia, existiría una grave limitación con la escasez de datos. En este sentido, el Índice se compone de indicadores que miden la presencia independientemente de su naturaleza bilateral o multilateral. Así, por ejemplo, un giro en la política exterior de un país en materia militar –el repliegue de la presencia militar bilateral de Estados Unidos en Europa del Este y el aumento en paralelo de su presencia a través de la OTAN– no debería suponer variación alguna en el resultado del Índice para ese país, si dicho giro no supone un aumento o disminución de su presencia exterior total en materia militar.
Mínimo número de indicadoresEl IEPG pretende contemplar el máximo posible de formas de presencia en el exterior con el menor número posible de indicadores. En definitiva, se trata de captar el máximo de información sobre distintas formas de presencia con el mínimo posible de variables. De este modo, se asegura una mayor elasticidad del Índice a cada uno de los indicadores que lo componen. Para ello, se ha tratado de seleccionar en todo momento el indicador disponible que capture de forma más integral la realidad que se intenta recoger en el IEPG. En esta misma línea, otro elemento a señalar es que se trata de captar formas de presencia adecuadas al conjunto de países seleccionados. Indicadores como la reputación gastronómica (mensurable, por ejemplo, mediante las calificaciones Michelin) o el número de premios Nobel son, al margen de su mayor o menor componente transnacional, formas de presencia a las que sólo sería sensible un pequeño subgrupo de países formado por Estados Unidos, Japón, Francia y España, por ejemplo. En otras palabras, se ha perseguido seleccionar indicadores que arrojen variaciones de presencia global para países tan dispares como Estados Unidos, Malasia o Bulgaria.
Datos objetivos
Indicadores como el prestigio gastronómico o los premios Nobel son, además, indicadores de percepción (percepción de presencia o prestigio, en este caso), más que de presencia objetiva. El IEPG recurre en todo momento a datos objetivos o duros de presencia (flujos de exportación o tropas desplegadas, por ejemplo) y nunca a datos subjetivos o de percepción basados en encuestas de opinión o criterios de expertos.
3. Selección de países
El IEPG cubre la presencia global de una selección de 54 países entre los que están los 42 países con mayor PIB (en términos corrientes, datos del Banco Mundial de 2008),[4] además de los que no se encuentran en este grupo pero sí son miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y/o de la Unión Europea. Además, se da la circunstancia de que todos los países miembros del G-20 están representados en uno u otro grupo de países (cuadro 1).
Cuadro 1. Lista de países del IEPG
AlemaniaEstados UnidosMalasia
Arabia SaudíEstoniaMalta
ArgentinaFinlandiaMéxico
AustraliaFranciaNigeria
AustriaGreciaNoruega
BélgicaHolandaNueva Zelanda
BrasilHungríaPolonia
BulgariaIndiaPortugal
CanadáIndonesiaReino Unido
ChileIránRepública Checa
ChinaIrlandaRumania
ChipreIslandiaRusia
ColombiaIsraelSudáfrica
Corea del SurItaliaSuecia
DinamarcaJapónSuiza
EslovaquiaLetoniaTailandia
EsloveniaLituaniaTurquía
EspañaLuxemburgoVenezuela
4. Componentes del Índice[5]
Las áreas de presencia exterior incluidas en el Índice son las de Presencia económica, Presencia militar y Presencia blanda. Para cada una de ellas se ha seleccionado una lista de indicadores que pretende captar todas las dimensiones de la presencia exterior en cada uno de estos ámbitos.
4.1. Presencia económica
En el área económica, se mide la presencia exterior a través de la Energía, los Bienes primarios, las Manufacturas, los Servicios y las Inversiones. Así, se entiende que la presencia comercial internacional se produce vía exportaciones y se entiende también que la desagregación de los bienes y servicios en estas tres categorías ofrece información relevante acerca del aparato productivo-exportador de cada país lo cual, en último término, puede redundar en su presencia exterior. Todas las variables del área de Presencia económica se recogen en unidades monetarias corrientes, al igual que otros indicadores de otras áreas.
Energía
La presencia energética se resume en las exportaciones de combustibles, en concreto petróleo, productos refinados y gas.
Se decidió desagregar el comercio energético del comercio general de materias primas por la presencia global diferenciada que provee el comercio energético frente al comercio de cualquier otro tipo de bien o servicio. Todos los datos de exportaciones provienen de Naciones Unidas, exactamente de la base de datos online Comtrade.
Bienes primarios
Esta variable se compone de las exportaciones de materias primas (descontando las exportaciones de energía). Los bienes primarios incluyen comidas, bebidas, tabaco, productos agrícolas, metales no ferrosos, perlas, piedras preciosas y oro no monetario.
Manufacturas
Recoge las exportaciones de productos elaborados –productos químicos, maquinaria, equipos de transporte y otros–, desde los más hasta los menos intensivos en mano de obra, siguiendo la clasificación de productos ofrecida por la UNCTAD.[6]
Servicios
Se compone de las exportaciones en transporte, construcción, seguros, servicios financieros, informática, medios de comunicación, propiedad intelectual, otros servicios empresariales, servicios personales, culturales y de ocio y servicios públicos.
Inversiones
Concretamente, se trata del stock de inversión directa extranjera (IDE). De este modo, el indicador refleja la presencia acumulada en el exterior a través de este tipo de inversión. Los datos sobre IDE provienen de la misma base de datos UNCTADStat de la UNCTAD.
4.2. Presencia militar
El área de Presencia militar está formada por dos indicadores: Tropas y Equipamiento militar.[7]
Tropas
Se suman las tropas desplegadas (número de militares desplegados en misiones internacionales o en territorio extranjero no ocupado) en cualquier país excepto el analizado, independientemente del rango o carácter de misión.
Equipamiento militar
Por otro lado, para medir la capacidad de proyección –que es una dimensión ciertamente difícil de capturar empíricamente agregándola en un sólo indicador– se ha seguido la categoría de proyección de fuerzas en la que el International Institute for Strategic Studies (IISS) incluye portaviones, cruceros, destructores, fragatas, submarinos de propulsión nuclear, buques anfibios principales, aviones de transporte estratégico medios y pesados y aviones cisterna. Se entiende que sólo la disponibilidad de esos medios revela voluntad de proyección regional y global de los países, lo que les otorga una capacidad objetiva de presencia global, aunque resulta imposible conocer su despliegue exacto.
Es necesario determinar el peso que tendrá cada medio en la definición del indicador de Equipamiento. No hacerlo implicaría asumir que un portaaviones otorga la misma capacidad que una fragata. Para determinar el peso de cada medio se ha hallado su equivalencia en una escala donde la cantidad total de las cuatro clases suman 1.000, teniendo sólo en cuenta la capacidad de los 54 países que estudia el IEPG que poseen al menos más de un medio de despliegue militar de todos los cuatro considerados. Así, se entiende que el total de portaaviones aporta una presencia exterior equivalente al total de fragatas. Como hay cerca de 15 veces más fragatas, cada portaaviones aportaría una presencia aproximada de 10 fragatas. Siguiendo esta lógica, el peso unitario sobre 1.000 de cada medio es el siguiente: portaviones, 387 unidades; cruceros, 315; destructores, 43; fragatas, 25; submarinos de propulsión nuclear, 62; buques anfibios principales, 150; aviones de transporte estratégico medios y pesados, cinco; y aviones cisterna, 13 unidades.
La fuente utilizada para todos los datos de esta área es The Military Balance, elaborado anualmente por el IISS.
4.3. Presencia blanda
Migraciones
Para medir la presencia internacional en materia de inmigración, se ha seleccionado la estimación, realizada por la División de Población de Naciones Unidas con carácter quinquenal (2000, 2005 y 2010), del número de migrantes internacionales por país a mitad de año.
Turismo
Se mide el número de llegadas a la frontera de turistas aportado por la base de datos estadística de la Organización Mundial de Turismo de Naciones Unidas (UNWTO). La información refleja en la mayoría de ocasiones datos de "turistas no residentes" en el país de destino pero también, excepcionalmente, la UNWTO aporta los datos equivalentes de "visitantes no residentes", "turistas no residentes alojados en hoteles o establecimientos similares" o "turistas no residentes alojados en todo tipo de establecimientos", según la regulación de visados que exija el país receptor.
Deportes
Para medir la presencia internacional en materia deportiva, se recurre al rendimiento obtenido por los distintos países en el deporte global por excelencia (fútbol profesional masculino) y el principal acontecimiento deportivo internacional (juegos olímpicos de verano).
En el caso del fútbol se utilizan los puntos de la clasificación mundial de la Fédération International de Football Association (FIFA) que ordena a las distintas selecciones nacionales absolutas masculinas. Como esta clasificación se actualiza cada dos meses, el IEPG considera la versión a 31 de diciembre del año anterior. Por otro lado, se le asignan al Reino Unido los puntos que corresponden a Inglaterra. En el caso de los juegos olímpicos se usan los resultados de cada comité olímpico nacional en el medallero de la última edición a partir de la suma de medallas obtenidas.
Para realizar la combinación entre fútbol y juegos olímpicos se ha ponderado de acuerdo a un criterio de relevancia global de ambos componentes medido por las audiencias televisivas. Según la FIFA y Nielsen, 2.000 millones de televidentes vieron la ceremonia de apertura de los últimos juegos olímpicos y 700 millones vieron la final del último campeonato mundial de fútbol, que son los dos momentos de mayor seguimiento en ambos casos. De esta forma, se ponderan los datos de fútbol por un 25% y los datos olímpicos por un 75%. Aunque los datos olímpicos sólo se actualizarían cada cuatro años, el indicador deportivo del IEPG tendría variaciones anuales por los cambios en la clasificación de la FIFA, que supone el 25% de esta variable.
Cultura
La presencia cultural no deportiva en el exterior se resume en las exportaciones de servicios audiovisuales. La fuente utilizada para las exportaciones audiovisuales es la Organización Mundial del Comercio (OMC), que define este producto como las producciones cinematográficas, los programas de radio y televisión, y las grabaciones musicales. Concretamente, se han tomado los datos disponibles en la edición más reciente de International Trade Statistics, además de datos adicionales (por ejemplo, sobre el desglose de los países miembros de la Unión Europea) suministrados ex profeso para la elaboración de este IEPG por la misma organización.
Información
Pretende captar la presencia internacional de los países por medio de Internet, lo que incluye la proyección exterior de las ideas originadas en cada país y que se expresan a través del acceso que se realiza desde fuera de las fronteras a las instituciones nacionales, las organizaciones políticas, los medios de comunicación, los centros educativos, las empresas y las asociaciones o redes de la sociedad civil. Para medir esa realidad, y en ausencia de un indicador más preciso, se acude a la capacidad del ancho de banda contratado por cada país para conexiones que suponen tráfico de Internet con otros países (International Internet Bandwidth).
La capacidad contratada se calcula en unidades de información (megabits) y, aunque no se corresponde necesariamente con la transmisión exacta de ese tráfico, se entiende que los países tienden a instalar y pagar por la capacidad que realmente necesitan. No se debe menospreciar, no obstante, el efecto hub que pueden tener algunos países como Holanda y España.
Los datos que se usan en el IEPG corresponden a los publicados anualmente en la base de datos estadística de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (del sistema de Naciones Unidas).
Tecnología
Para medir la presencia exterior de los países en materia de investigación y desarrollo, se registran las patentes internacionales, lo que muestra la capacidad de innovación científico-técnica. Específicamente, se han tomado los datos de las denominadas patentes orientadas al exterior, esto es, el conjunto de solicitudes de patentes relacionadas entre sí depositadas en uno o más países extranjeros para proteger la misma invención, considerándose como país de origen de la patente el de residencia del primer solicitante nombrado o el cesionario. De este modo, se está tomando para la medición de la presencia global sólo aquella producción cientifico-técnica con un componente claramente transfronterizo. La fuente es la base de datos estadística de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (WIPO Statistics Database).
Ciencia
Asimismo, se complementa el anterior indicador con otro que refleje la actividad de las universidades en el campo de la investigación. El motivo es que la generación de patentes generalmente está ligada a la investigación científica dura aplicada: la investigación en ciencias básicas, sociales y en artes y humanidades no es capturada por dicho indicador.
La presencia global de los países en materia científica se mide con el número de artículos publicados en revistas científicas de reconocido prestigio. Una forma de agrupar estas revistas es seleccionando aquellas que figuran en los índices de Thomson Reuters. Concretamente, se imputa a cada país su producción científica en la Web of Science.
Para imputar la producción científica a los países seleccionados, Thomson Reuters toma como referencia el domicilio del autor del artículo publicado en la revista científica. Se está asumiendo que el domicilio se encuentra en el mismo país que la universidad a la que se afilia institucionalmente el autor. De este modo se puede imputar la producción científica a las distintas universidades y, así, a diversos países.[8] Por tanto, la fuente para este indicador es Thomson Reuters, quien ha suministrado estos datos expresamente para la elaboración del IEPG.[9]
Educación
Este indicador muestra el total de estudiantes extranjeros en cada uno de los países seleccionados. Se contabilizan los estudiantes en todos los programas de educación terciaria (tanto programas de grado como de posgrado), toda aquella que se imparte en colleges, universidades, institutos tecnológicos y politécnicos. Con este indicador se pretende mostrar la presencia internacional de las universidades en el ámbito de la docencia. La fuente para este indicador es la United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (UNESCO Institute for Statistics).
Cooperación al desarrollo
Para éste área, ante la imposibilidad de incluir un indicador de resultado, ha sido necesario recurrir a un indicador instrumental. Se ha optado por incluir como indicador de la presencia global en materia de ayuda al desarrollo el gasto en Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), a pesar de que tenga el inconveniente de recoger el gasto presupuestario (variable instrumental) y no el resultado de dicho gasto en términos de presencia (variable de resultado).
Se toma la ayuda oficial bruta total de cada país y no sólo la AOD neta. Con ello, se están incluyendo tanto las donaciones como la ayuda reembolsable, y tanto la ayuda canalizada por la vía bilateral como por la multilateral. La fuente de este dato es la OCDE. Los datos de ayuda de los denominados donantes CAD (donantes miembros del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE) son accesibles a través de la base de datos International Development Statistics. En cuanto a los donantes no-CAD, en sus informes anuales la OCDE también ofrece datos de ayuda en una de sus publicaciones anuales. Los datos no registrados en esta fuente han sido tomados de la base estadística Aid Data.
Como es bien sabido, los donantes que no son miembros del CAD no tienen ninguna obligación de reporte de sus estadísticas de ayuda. Por este motivo, tomando sólo las dos bases de datos internacionales mencionadas, el número de casos a estimar de este indicador superaba los 50 para la base completa (de 1990 a 2011). Para evitar una proporción tan alta, se ha optado, en este caso concreto, por explorar bases de datos nacionales y otras estimaciones con la ayuda de expertos en cooperación Sur-Sur. Esto afecta a los datos de Argentina (años 2005 y 2010), Brasil (1995 y 2000), Malasia (2005 y 2010), Venezuela (2005 y 2010),[10] Brasil (2005),[11] Chile (1995, 2000, 2005, 2010 y 2011),[12] China (2000, 2005, 2010 y 2011),[13] Colombia (2000 y 2005),[14] la India (2000[15] y 2005[16]), Malta (2005),[17] México (2010),[18] Rumanía (2005),[19] Rusia (2005, 2010 y 2011),[20] Sudáfrica (2000[21] y 2005[22]) y Tailandia (1995).[23] En algunos casos, se ha preferido considerar que la Cooperación al desarrollo tenía una presencia nula en el total del IEPG, para países y años específicos, que recurrir a su estimación siguiendo las técnicas que se explican más adelante. Éstos son los casos de Brasil, Chile y Colombia (para el IEPG 1990), Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Rumanía y Sudáfrica (1990 y 1995).
Gráfico 1. Estructura del IEPG
Estructura del IEPG
5. Estimación de casos perdidos
El 95% de los 5.200 datos necesarios para el cálculo de todos los parámetros, países y años están disponibles. En un 5%, aproximadamente, ha sido necesario estimar el valor de la presencia global, especialmente en los países con menor presencia y para los datos más antiguos (1990 y 1995).
El método de estimación seguido ha sido el hot-deck. Los criterios para la estimación de casos perdidos han sido los siguientes: (i) en ningún caso se realiza la estimación en el valor original sino en su valor 0-1.000 del modelo del IEPG; (ii) en la imputación se da prioridad a que el modelo sea equilibrado para cada país y cada año; (iii) la estimación se realiza en función de los valores existentes, y no de variables externas; y (iv) se prima la información más reciente sobre la más lejana en el tiempo.
En todo caso, el número de casos perdidos es bajo y éstos se concentran en los primeros años, en los países con menor presencia global y en variables con menor peso (Apéndice 2). Esto implica que la imputación de casos influya en menos del 0,5% del modelo final en su conjunto.
6. Linealidad de las variables
Podría decirse que determinadas variables que miden el poder, la influencia o la presencia pueden tener un comportamiento no lineal en el sentido de que un incremento del x% en el valor de dicha variable no aporta un incremento equivalente del x% (o a.x%) en la cantidad de presencia, poder o influencia del país. Un ejemplo sería el de la posesión de armas nucleares: el incremento de poder que supone pasar de 0 a 1 arma es sustancialmente mayor que el que supone pasar de 200 a 300. Por el contrario, si a la variable se le presume un comportamiento lineal, se está asumiendo que los incrementos de presencia son proporcionales a los del valor de la variable.
Tratándose de presencia, y no de poder, se ha considerado que se puede asumir un comportamiento lineal de los indicadores que conforman el IEPG. En términos generales, un incremento arroja un incremento proporcional de presencia.
Existe, no obstante, una excepción con la variable de Deportes. Es el único parámetro de entrada que mantiene constante la escala 0-1.000 debido a que “medallas corrientes” = “medallas constantes”. Esto provoca que su peso en el modelo crezca conforme nos alejamos en el tiempo. Para corregir tal sesgo se ha introducido un deflactor del valor otorgado a Deportes obtenido del valor medio del IEPG una vez excluidas las medallas. De esta forma, en 1990 el peso de la variable vendría a ser la mitad que en 2010. El peso para cada año resulta ser el que figura en el Cuadro 5.
Cuadro 2. Peso de la variable Deportes
199019952000200520102011
0,480,560,580,821,001,05
7. Límites de las escalas
Se han definido límites fijos para las escalas en toda la serie para todos los años. Y es que uno de los principales atractivos del Índice es el análisis de los valores a lo largo de una serie histórica.
Así, se decidió que las escalas del IEPG se construyesen en una base 0-1.000, con los siguientes límites mínimos y máximos fijos:
  • Límites mínimos: se asigna 0 puntos al valor 0 de cada indicador. Por ejemplo, 0 puntos en el área de Presencia económica significaría que la suma de sus indicadores es igual a 0 dólares para el país en cuestión.
  • Límites máximos: se atribuyen 1.000 puntos al valor máximo del indicador en el año 2010 para la selección de países analizados. Es decir, si en el año 2010 el valor máximo para el indicador de Tecnología corresponde a Japón, con 59.003 patentes, a este número de patentes se asignarán 1.000 puntos en la escala. Y así para todos los indicadores del Índice.
Esta definición de límites mínimos y máximos para las escalas del IEPG significa que el Índice tendrá una base 2010. En términos prácticos esto significa que el valor del Índice en los años siguientes siempre estará referenciado a los valores para los indicadores en 2010. Lo anterior permitirá una comparación temporal para verificar la evolución intrínseca de cada país, además de una comparación transversal entre países.
Por otro lado, esto significa que en años posteriores seguramente el valor del IEPG supera los 1.000 puntos para algunos países. Esta definición es similar a la de los índices de las bolsas de valores, que parten de una base en un año determinado para luego aumentar y/o disminuir en función de las oscilaciones del mercado. Éste es el caso, por ejemplo, del IBEX 35, cuya base de 3.000 puntos se refiere al 29 de diciembre de 1989.
8. ¿Cómo ponderar?
Si bien parece evidente que las tres áreas de presencia económica, militar y blanda no contribuyen de la misma manera a la presencia global de los países, resulta complejo asignar un peso específico a cada una de las áreas, y a cada indicador en su respectiva área. Ésta es la razón por la que, para definir la ponderación de los elementos del IEPG, se tomó la decisión de recurrir a un panel de expertos en relaciones internacionales. Dicho panel se construyó sobre la base del informe sobrethink tanks que realiza anualmente la Universidad de Pensilvania,[24] recogiendo un total de 150 centros vinculados al ámbito de las relaciones internacionales. El número de instituciones incluidas en la muestra para cada región responde a la distribución global de la fuente original: 30% en Norteamérica, 27% en Europa, 18% asiáticas, 11% en Latinoamérica y el Caribe, 8% africanas, 5% en Oriente Medio y Norte de África y, finalmente, 1% en Oceanía. No obstante, y con la intención de poder construir finalmente una muestra de al menos 100 think tanks, se tomó para todas las regiones un número superior de instituciones al indicado, como precaución ante la posible dificultad de entrar en contacto con algunas de ellas. Así, el cuestionario fue enviado finalmente a 45 instituciones norteamericanos, 40 europeas, 27 asiáticas, 17 latinoamericanas, 12 africanas, ocho de Oriente Medio y Norte de África, y tres de Oceanía.
A todos ellos se remitió una encuesta con el propósito de asignar una ponderación concreta a cada indicador, destinada a la persona responsable de investigación en cada centro, o en su defecto, a la de más alto rango especializada en relaciones internacionales, o a la propia dirección de la institución. Además de optar por una encuesta telemática que permitiera cambiar el orden de exposición de los indicadores y áreas –para evitar un problema de medidas ipsativas–, se elaboraron dos modalidades de cuestionarios. La primera modalidad plantea al encuestado la posibilidad de ponderar los elementos del IEPG en sus dos niveles, tanto por áreas como por indicadores (Apéndice 3). Para evitar el riesgo de que el número de indicadores por área pueda estar sesgando la respuesta del encuestado, la mitad de la muestra recibió un cuestionario en el que se plantea la ponderación de indicadores en un solo nivel, independientemente del área a la que pertenezcan (Apéndice 4). La ponderación obtenida de las respuestas recibidas se resume en el Cuadro 6.
Cuadro 3. Ponderaciones por áreas e indicadores
ÁreaIndicadorCoeficiente de ponderación (%)
Económica 
38,50
 Energía
6,95
 Bienes primarios
5,13
 Manufacturas
7,44
 Servicios
8,88
 Inversión
10,10
Militar 
15,52
 Tropas
7,95
 Equipamiento
7,57
Presencia blanda 
45,98
 Migraciones
4,11
 Turismo
4,10
 Deportes
3,42
 Cultura
6,98
 Información
5,99
 Tecnología
5,82
 Ciencia
5,71
 Educación
5,45
 Cooperación
4,40
Coordinadores: Iliana Olivié e Ignacio Molina.
Colaboradores: Ignacio Álvarez, Bruno Ayllón, Rafael Domínguez, Félix Arteaga, Manuel Gracia, Narciso Michavila, Antonio Vargas. [25]
Ver: Apéndices

[1] Iliana Olivié e Ignacio Molina (2011), “Índice Elcano de Presencia Global”, Estudios Elcano 2, Real Instituto Elcano, Madrid.
[2] La excepción radica en la cooperación al desarrollo. La elección de esta variable instrumental responde a la imposibilidad de proponer una variable de resultado.
[3] Este principio también rige los criterios de definición de la selección de países.
[4] El ranking de las principales economías se realiza en función del PIB en términos corrientes y sin ajustar la Paridad del Poder Adquisitivo (PPA). Se ha considerado que para configurar la selección de países –y en coherencia con la medición de la presencia en términos absolutos y no relativos– es necesario tomar el tamaño de las economías en relación al total de la economía mundial sin ajustar las condiciones de vida internas de cada país: a efectos del IEPG, lo relevante no es el nivel de renta de los países sino su peso en la producción mundial.
[5] En Olivié y Molina (2011) se recogen los debates que se dieron, durante la elaboración del Índice, en torno a la selección de indicadores.
[7] Los autores agradecen a Francisco Asensi, Alberto de Blas, Amador Enseñat, Ignacio Horcada, Dagmar de Mora-Figueroa, Pablo Murga, Diego Ruiz Palmer, Andrés Sanz, Steven R. Sturn y Federico Yáñez los comentarios y sugerencias realizados para el re-diseño de este área del IEPG.
[8] En caso de co-autoría, y de que los autores estén domiciliados en más de un país, se imputa un trabajo científico a cada uno de los países referenciados por los autores.
[9] Los coordinadores del Índice agradecen muy especialmente a Philip Purnell, de Thomson Reuters, la elaboración y envío de estos datos.
[10] DESA (2010), “Development Cooperation for the MDGs: Maximizing Results”, International Development Cooperation Report ST/ESA/236, Department of Economic and Social Affairs, Naciones Unidas.
[11] Kimberley Smith, Talita Yamashiro Fordelone y Felix Zimmermann (2010), “Beyond the DAC. The Welcome Role of Other Providers of Development Co-Operation”, DCD Issues Brief, OECD/DAC, mayo.
[12] Omar Herrera (2010), “Diagnóstico institucional y propuesta de mejoramiento de la AGCI”, Estudios de Caso 106, Ingeniería Industrial, Universidad de Chile.
[13] Ministerio de Finanzas de China.
[14] Datos oficiales de Acción Social de Colombia, convertidos a dólares aplicando el tipo de cambio según el Banco Central de la República de Colombia.
[15] Ministerio de Asuntos Exteriores de India.
[16] Chanana, Dweep (2010), “India’s Transition to Global Donor: Limitations and Prospects”, ARI 123/2010, Real Instituto Elcano, julio.
[17] CE (2011), “EU Accountability Report 2011 on Financing for Development. Review of Progress of EU and its Member States”, SEC(2011)500final, Comisión Europea, Bruselas, abril
[18]SEGIB (2010), “Informe de la cooperación Sur-Sur en Iberoamérica 2010”, Estudios SEGIB 5, Secretaría General Iberoamericana, noviembre.
[19] CE (2011).
[20] Ministerio de Finanzas de Rusia.
[21] Revue Internationales de Politique de Développement (2012), Dossier. L’Aide bousculée. Pays émergents et politiques globales, marzo.
[22] Tesoro Nacional de Sudáfrica.
[23] Datos de la agencia de cooperación de Tailandia, TICA (Thailand International Developmment Cooperation Agency) convertidos a dólares según valores de tipo de cambio de la Reserva Federal de Estados Unidos.
[24] James G. McGann (2012), “The Global Go To Think Tanks Report 2011. The Leading Public Policy Research Organizations in the World”, Final United Nations University Edition, enero.
[25] Ignacio Álvarez, profesor de la Universidad de Valladolid; Bruno Ayllón, investigador asociado al Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación (IUDC) de la Universidad Complutense de Madrid; Rafael Domínguez, profesor de la Universidad de Cantabria; Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano; Manuel Gracia, colaborador del proyecto IEPG del Real Instituto Elcano; Narciso Michavila y Antonio Vargas, de la consultora GAD3 también son responsables del desarrollo de la web www.iepg.es.
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domingo, 22 de julio de 2012


EL OBSERVADOR GLOBAL

¿A usted quién lo maltrata más?

Las empresas gastan fortunas en crear marañas de incentivos y obstáculos para limitar la libertad del consumidor




¿Por quién se siente usted más maltratado? 
¿Por su proveedor de telefonía? ¿Por su banco? ¿Las líneas aéreas? Las relaciones entre las empresas y sus clientes están cargadas de conflictos de interés cubiertos por una capa de hipocresía, publicidad y mercadeo. 
Al fin y al cabo, las empresas quieren extraer la máxima cantidad de dinero de sus clientes y estos quieren pagar lo menos posible. Crear lealtad a la marca es la principal motivación que impulsa a las empresas a tratar bien a sus consumidores. Nada nuevo. No obstante, las empresas insisten en persuadirnos de que son nuestros amables aliados y que sus decisiones de precios, calidad y servicios también están guiados por la ética. 
A esta idea últimamente no le ha ido muy bien. El Barclays Bank, por ejemplo, pagó una multa de 452 millones de dólares por haber manipulado las tasas de interés interbancarias (la tasa Libor, a la que ahora algunos cínicos llaman, en inglés, Lie-More: miente-más). “¡No somos los únicos!”, clamó el jefe de Barclays antes de dimitir. Su colega de JP Morgan, Jamie Dimon, insiste en que los bancos no necesitan más regulaciones, ya que sus valores éticos, sus mecanismos de autocontrol y la competencia garantizan que sus decisiones estén alineadas con los intereses de la sociedad. 
Pero Dimon se ha visto sorprendido por pérdidas escondidas en su banco de 2.000 millones de dólares (o 5.000. O más. Aún no se sabe). Dimon dijo estar indignado por la deshonestidad de los banqueros de JP Morgan (pequeño detalle: son sus empleados). Rajat Gupta, el exjefe de la prestigiosa empresa consultora McKinsey&Co (“somos una organización guiada por valores”) acaba de ser condenado en Nueva York por haberle filtrado a su cómplice valiosa información secreta sobre Goldman Sachs, empresa en cuyo directorio Gupta participaba.
HSBC, otro banco, también se disculpa: en 2007 y 2008 su subsidiaria en México envió a EE UU 7.000 millones de dólares presuntamente depositados por los carteles de la droga. Y hablando de México: según la OCDE (organismo formado por los países más ricos del mundo) los excesivos precios que cobra AmericaMovil, la empresa de telefonía de Carlos Slim, le cuestan a los consumidores de ese país 26.000 millones de dólares cada año. Pero pagar más por hacer una llamada telefónica no es tan peligroso como tomar una medicina que, en vez de curar, mata. La empresa farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) acaba de ser multada con 3.000 millones de dólares por promover medicamentos que hacen daño, o incluso pueden causar la muerte. El monto de la multa es muy alto, pero no tanto como los 8.200 millones de ganancias que la empresa tuvo en 2011.
¿Qué está pasando? ¿Han aumentado las conductas empresariales abusivas o solo estamos mejor informados? Ambas cosas. 
Lo cierto es que el viejo principio del caveat emptor, que en latín significa que es el comprador quien debe tomar las precauciones porque el riesgo es suyo y no de quien le vende, es más válido que nunca.
La enorme complejidad del comercio moderno pone a los consumidores en desventaja. Las empresas gastan fortunas en crear marañas de incentivos y obstáculos que limitan la libertad del consumidor para no seguir comprándoles o cambiarse a otra empresa. Modificar un pasaje aéreo o un contrato de servicio de telefonía móvil es una odisea que pocos logran remontar sin incurrir en costos adicionales —y a veces sustanciales. Todos nos hemos visto sorprendidos —y espantados— por facturas telefónicas acumuladas sin darnos cuenta, o por no haber leído con atención —y con un microscopio— el contrato firmado con el proveedor de servicios. Cada vez más los gurús de la estrategia empresarial explican que una empresa exitosa es aquella que logra “fidelizar” a sus clientes hasta el punto de que más que compradores se vuelven suscriptores. Lograr que un usuario acepte entrar en un vínculo comercial permanente donde se renueva regularmente —y automáticamente— la relación de compra\-venta equivale a alcanzar el nirvana empresarial. Mientras que las suscripciones antes se limitaban a servicios como la televisión por cable o productos tales como revistas, ahora la estrategia se aplica a coches, ropa, alimentos, etcétera.
Pero para los consumidores también han aparecido ventajas y posibilidades que antes no teníamos. La hiper-competencia entre empresas rivales ayuda a contener los abusos que solo son sostenibles cuando estas se cartelizan y coordinan sus precios y políticas. De esto aún hay mucho (¿hablamos de las maquinillas de afeitar?), pero también es cierto que en muchos sectores hay más competencia, y que las viejas empresas dominantes están cada vez más amenazadas por nuevos rivales. Y otra buena noticia es que hoy los compradores tenemos acceso a más información que nunca sobre lo que compramos y sobre quién nos vende. Barclays y GlaxoSmithKline lo acaban de descubrir.
Fuente:  Sígame en twitter: @moisesnaim
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