“Está en juego la Patria”.
Estado de situación política de Venezuela al llegar el Viernes Santo...
Sin esperar el disparo de salida.
Aunque
oficialmente la Campaña Electoral
Presidencial debe iniciarse el 2 de abril y debe terminar el día 11 del
mismo mes, los dos principales candidatos a la Presidencia de la República han intensificado
sus actividades y confrontaciones, en búsqueda de lograr el voto de los
ciudadanos el domingo 14 de abril. El candidato oficialista, Nicolás Maduro,
autodenominado “hijo de Chávez”, inició su campaña desde el sábado 8 de
diciembre, cuando en su último mensaje al país, anunciando su nueva operación
contra el cáncer que le aquejaba, el
Presidente Chávez solicitó que de no poder ejercer la presidencia, sus
simpatizantes votaran por el hasta ese
momento Canciller de la República.
Por su parte Henrique Capriles Radonsky,
candidato de la Mesa de Unidad Democrática, MUD, la cual agrupa a un gran
número de partidos, organizaciones y movimientos políticos, se encuentra
recorriendo el país, realizando dos encuentros públicos diarios que ha
denominado “Asamblea de Ciudadanos”. Se han inscrito otros cinco candidatos
presidenciales, los cuales prácticamente
no aparecen en los medios de comunicación y se desconocen sus actividades. Son
candidatos testimoniales sin recursos financieros y humanos para realizar una Campaña Electoral de impacto.
“Maduro desde mi corazón”.
Continuando
con la costumbre establecida por el Presidente Chávez cuando se presentó como
candidato del oficialismo, se utilizan
todos los recursos del Estado en la Campaña Electoral. En esta ocasión con mayor vigor, tomando en cuenta que
Nicolás Maduro al ocupar por siete años el cargo de Canciller, no ha tenido mayor contacto con el pueblo y
sobre todo no ha recorrido el país. Ocasionalmente participó en algún acto oficial
acompañando a Chávez.
Urge entonces
hacerle conocer a las bases Chavistas y en especial informarles de la petición
del fallecido ex Presidente, demandando el voto para su heredero.
En esa
tónica del ventajismo, además de la abrumadora propaganda en su favor que
realizan los medios de comunicación oficiales, Maduro recurre a las cadenas de
radio y tv. En esta ocasión dadas sus
enormes limitaciones comunicacionales realiza cadenas cortas, normalmente no mayor
de 30 minutos, pero con frecuencia dos o
tres el mismo día.
El pretexto es alguna actividad en sus “funciones
presidenciales”: la inauguración de alguna pequeña obra, sin faltar la “inauguración”
de algo ya inaugurado mucho tiempo antes por iniciativa del fallecido ex
Presidente. Son muy pocas las obras que puede
mostrar en sus días de gobierno.
Pero el eje
central de su Campaña radica en presentarse como el “hijo”, como el “heredero”
y continuador del “legado” de Chávez. En sus mensajes ocupa un lugar
preferencial el recuerdo de su fallecido mentor. Ante las críticas Maduro expresó
que es cierto, pero que todavía debe de mencionarle mucho mas, como justo
reconocimiento a su gran obra. Lo
evidente es que Maduro trata de desdoblarse, presentándose como un clon de Chávez.
En sus intervenciones se utiliza
fundamentalmente un afiche con el sonriente rostro de Chávez y la frase: Maduro desde mi corazón”. Lo que
aparentemente puede ser una fortaleza, tal vez se convierta en una gran
debilidad frente a los simpatizantes de Chávez, provocándoles desinterés por emitir su voto.
En ese marco
de copiar al nuevo “Cristo de los pobres” como denominan a Chávez, Maduro ha
tomado su estilo “duro”. y los principales argumentos que durante sus Campañas
Electorales utilizó con gran éxito el fallecido.
De nuevo en estas elecciones
“está en juego la Patria”. De no lograr el triunfo el país será entregado al
imperialismo. Por supuesto, se perderán todas las”conquistas” revolucionarias,
sobre todo, las denominadas Misiones. Se
privatizará PDVSA y no se pagarán las pensiones a los jubilados, etc, etc. Sin
embargo, se autodenomina el “candidato de la paz”. Seguramente por
recomendación de sus asesores, no ha repetido que el país es gobernado por un equipo político militar, lo cual parece
evidente, pero se hace un esfuerzo por presentarle con el fiel y honrado
heredero capaz de conducir y profundizar el proceso revolucionario.
Complementariamente
se utiliza el temor.
La oposición busca la “desestabilización” del país,
recibiendo enormes sumas de dinero del imperialismo, donde por cierto, hay unos
siniestros políticos norteamericanos que planean matar a Capriles para culpar
al Gobierno. Por ello Maduro le solicita al Presidente Barack Obama que detenga ese complot. Ricardo Sánchez, un desconocido Diputado
oficialista, convoca una nutrida conferencia de prensa con los medios
oficiales, para exigir a la Fiscalía que investigue a los dirigentes de la MUD.
Por su parte, también en la Asamblea
Nacional se abre una investigación en contra de Henry Falcón, Gobernador del
Estado Lara y jefe de la Campaña de Capriles.
No faltan los grupos de choque que golpean a simpatizantes del candidato
opositor, sin que intervengan en su defensa las autoridades. En los últimos
días Maduro repite los argumentos que siempre utilizaba Chávez: “el candidato
opositor se va a retirar y no reconocerá
su aplastante derrota, acudiendo a la
violencia.
Inexplicablemente,
con todas las ventajas a su favor, existe un enorme temor en el oficialismo de
una posible derrota. Es muy evidente que
Maduro no provoca ni remotamente el entusiasmo que despertara el liderazgo
carismático de Chávez. Además es un
ilustre desconocido para una gran parte de ciudadanos que no saben quién es, o le conocen
solamente por la propaganda oficial.
Ciudadanos, especialmente los más pobres, quienes ahora están sufriendo los gravísimos problemas
que como “legado” ha recibido un hombre que no parece tener las condiciones
mínimas para gobernar el país.
En concreto
la candidatura de Maduro descansa en lograr que el sentimiento afectivo que
sienten por Chávez sus simpatizantes, les lleve a darle su voto.
Pero a Dios rogando y con el mazo dando, por ello se utilizan los enormes
recursos financieros y humanos con los
cuales cuenta desde el gobierno, para presionar y movilizar a los votantes. Un
acarreo que poco tiene que envidiarle a los que realizaba el PRI en México en
sus mejores tiempos. No es extraño que
haya presentado como su Programa de
Gobierno, el mismo que Chávez diera a
conocer en su última Campaña Electoral.
Posiblemente
su mayor temor es que logre un triunfo obteniendo una votación mucho menor que
la alcanzada por Chávez el pasado 7 de octubre. Algunos analistas anuncian que
se producirá un 30 por ciento de abstención en el voto del chavismo. De ser
cierto, su votación se reduciría en más de dos millones de electores, lo cual
en teoría, de mantener sus votos los opositores, pueden comprometer el triunfo
del “heredero” o dejarle muy debilitado políticamente.
“Una lucha espiritual”.
Por su
parte, Capriles Radonsky realiza un enorme esfuerzo por motivar y sobre todo,
movilizar a los ciudadanos que depositaron el voto a su favor el pasado 7 de
octubre. En el fondo su mensaje trata de convencerles que el destino les ha
brindado una inesperada segunda oportunidad. En este caso, con un rival sin las
fortalezas de Chávez y por el contrario, con muchas manifiestas debilidades. A
ese esfuerzo lo denomina “una lucha
espiritual”-
Al contrario
de la estrategia que desarrollara en su
campaña anterior donde optó por no mencionar y en consecuencia no atacar
directamente al candidato Chávez, ahora ataca a fondo a “Nicolás”, como le
llama, utilizando tres argumentos que considera pueden favorecerle:
1.El candidato de la mentira. Capriles reitera que Maduro ha
mentido durante todo el proceso de la enfermedad y posteriormente, durante el
sepelio del fallecido ex Presidente. En realidad, una buena parte de la
población, incluyendo sectores del chavismo, considera que se les ocultó
información y no se les dijo la verdad.
2.Un ilustre desconocido.
Durante su recorrido por el país, Capriles acusa a Maduro de desconocer
geográficamente el país y en consecuencia, los graves problemas que golpean a
los ciudadanos. Le señala que su campaña es mediática y descansa en la memoria
del fallecido Presidente. En realidad,
Maduro hasta ahora se limita a realizar pequeños encuentros y actividades poco
importantes que son transmitidas normalmente en cadena de radio y tv.
3.Un gobernante incapaz. Maduro durante su corto ejercicio
primero como vicepresidente y ahora como Presidente Encargado, se ha visto
obligado a realizar dos devaluaciones de la moneda.
La primera denominada
“ajuste”, supuestamente ordenada por un Chávez moribundo, ubicó el bolívar
frente al dólar de 4.30 a 6.30., argumentando que se estaba fortaleciendo nuestra moneda y golpeando a la oligarquía.
La segunda devaluación encubierta se
hace con la creación del Sistema Complementario de Administración de Divisas,
SICAD, mecanismo por el cual el Banco Central, mediante una oscura subasta
oferta dólares a las empresas que estaban inscritas en el denominado Registro
de Usuarios de CADIVI y que les permitió obtener por mas de dos años miles de
millones de dólares a un cambio de 5.30
en un mecanismo denominado SITME.
El
Ministro de Economía, Jorge Giordiani, conocido como el Monje, afirmó
que era una fuente de enorme corrupción.
Demoró mucho tiempo en averiguarlo y
nada indica que con el nuevo mecanismo,
no continuarán beneficiándose los
mismos personajes ligados al oficialismo. La muy corrupta boligurguesía.
El pasado
miércoles 27 de este mes, el SICAD ofertó sus primeros 200 millones de dólares,
entregados a 383 empresas importadoras
sin que se dieran a conocer sus nombres y el tipo de cambio utilizado.
Analistas afirman que el cambio se ubicó a un poco mas de 13 bolívares por
dólar, lo cual significa una devaluación mayor al 200 por ciento, con el
consiguiente impacto que tendrá el
producto importado en los precios finales al consumidor.
Mientras
Maduro alega que se está dando un “golpe al mercado negro, manejado por la
oligarquía”. Lo concreto es que se ha desatado una enorme inflación y sobre
todo, un gran desabastecimiento de infinidad de productos necesarios y algunos
como las medicinas, indispensables para los ciudadanos. Mientras, los problemas
de inseguridad,, apagones en casi todo
el país con la excepción de Caracas y el pésimo estado de la vialidad,
continúan pesando sobre la población.
En base a
esos tres argumentos que reitera en cada uno de sus discursos Capriles, hace un
intento de racionalizar el debate,
enfrentando la realidad a la emotividad. Lo divino frente a lo terrenal. Tarea
nada fácil, tomando en cuenta que existe una clara matriz comunicacional
apuntando a un amplio triunfo de Maduro. De hecho, cerca del 70 por ciento de
los ciudadanos encuestados, incluyendo los opositores, ante la pregunta sobre el candidato vencedor
responden: Maduro. El tiempo conspira en contra de cambiarla, pese a los
errores y horrores de Maduro y su equipo de gobierno.
Quedan apenas 17 días para despejar
el interrogante. Un tiempo muy breve. Ciertamente está
en juego la Patria. Los ciudadanos deberíamos emitir un voto razonado, libre de presiones,
decidiendo cuál debe ser el modelo societario que se implementará en los
próximos seis años Dudamos que haya un
ambiente propicio para ese razonamiento. En general se emiten votos en contra y
pocos a favor. Todo indica que se
impondrán las pasiones y las presiones con un resultado donde finalmente
prevalecerá mucho más de lo peor. Pese a eso, concurriremos a votar por un cambio con muchas
interrogantes, deseando estar equivocados en el pronóstico.
Venezuela, en el Viernes Santo de
2013. carlosmoris@cantv.net.
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