“PARA ESTAR MEJOR”
“La voz de la calle”.
Una reflexion de Carlos Moris sobre Brasil....
En toda reivindicación popular,
al margen de su dimensión, el objetivo es lograr esa conquista que supere alguna situación considerada desfavorable. Por vez primera constatamos
que se produce una importante movilización popular, afirmando que existe una
situación general “buena”, pero se trata de “mejorarla”.
Es lo que está planteado en Brasil donde miles de
ciudadanos han salido a las calles, para a partir del rechazo al aumento en el precio
del transporte urbano en algunas ciudades, levantan una serie de reclamos que abarcan
desde su condena a los enormes gastos
que realiza el gobierno para organizar
la Copa Confederaciones de Fútbol y el Campeonato Mundial del mismo deporte,
hasta la exigencia de mejorar la salud,
la educación, la vivienda y otras aspiraciones populares.
Los gastos para los eventos
futbolísticos según cifras oficiales, se estiman en 12,325 millones de dólares.
Las autoridades alegan que no es gasto,
es una inversión que permitirá
mejorar la imagen de Brasil en el exterior. Imagen que ya
es bastante favorable.
Con relación al aumento del
transporte urbano, tanto en Sao Pablo como en Rio de Janeiro, las autoridades
locales derogaron la medida y también en otras ciudades, pero en principio no
se han detenido las movilizaciones ahora como festejos por la “victoria”,
considerando los participantes que se ha escuchado “la voz de la calle”.
Sin rostros responsables.
Aunque el vicepresidente del país, Michel Tiemer, afirmó que “el
gobierno debe atender el diálogo y escuchar las demandas sociales”, las
movilizaciones han sido reprimidas muy violentamente por la Fuerza Pública,
desde que comenzaron el 11 de junio en Sao Pablo y Rio de Janeiro, pero extendidas posteriormente a 20 ciudades. En
total se considera se movilizaron unos 250 mil manifestantes.
En principio se les calificó con el carácter de espontaneas, destacándose una
importante participación de jóvenes, en un país donde la juventud no ha sido
combativa en los últimos años. Por el contrario, los jóvenes han sido indiferentes a situaciones, como por
ejemplo, los gravísimos escándalos por
corrupción a niveles gubernamentales y a
nivel de dirigentes del Partido de los Trabajadores, PT, principal fuerza
política que ha sostenido a los gobernantes que han electo bajo sus banderas.
En Sao Pablo, el “Movimiento Pase Libre”, MPL, ha asumido
la convocatoria de las movilizaciones, pero no es el único convocante en el resto del país. En el desarrollo de los acontecimientos se
han producido un gran número de apoyos por parte de organizaciones de la
sociedad civil como ·”Los sin techo”.
También se han pronunciado sectores de
algunos partidos políticos. La juventud del PT convocó en Rio de Janeiro un
acto de “apoyo” a las reclamaciones populares. Todo indica que pretende
secuestrarlas y por supuesto, congelarlas.
Hasta un miembro del equipo de la selección de fútbol brasileño, se pronunció
en favor de las movilizaciones, señalando la necesidad de que se mantengan en
el plano pacífico. Por su parte, aficionados mostraron durante los partidos, carteles en apoyo a
quienes se les comienza a calificar como “indignados”. Esas imágenes no fueron
transmitidas por la TV.
Por aquí han ocupado más espacio comunicacional los
resultados de los partidos. Es el
silencio cómplice para no afectar el
grotesco negocio con el fútbol.
No aparecen figuras dirigentes
destacadas y La clase política en general ha sido sorprendida , reaccionando en forma individual. Algunos voceros tanto del gobierno como de los
partidos opositores, se han pronunciado
considerando validas las demandas
populares. Es el típico saludo a la bandera.
Ahora apurados por la presión
popular, el Senado ha retomado la consideración de un proyecto de Ley,
engavetado durante cinco años, para reducir los impuestos al transporte público
urbano. Paños calientes.
Una Presidenta popular.
Todas las encuestas ubican a la
Presidenta Dilma Rousseff con amplio
apoyo popular. Sin embargo, una encuesta realizada antes del 11 de junio
muestra una reducción de ese apoyo del 65 al 57 por ciento. Es de todas formas, el mayor respaldo para un
gobernante en América Latina. Aunque sin duda ella presionó para que se
suspendiera el aumento, se teme que haya continuado perdiendo respaldo popular
producto del crecimiento de la inflación.
Todavía no hay un reclamo directo a su persona. Son los Gobernantes
locales quienes decidieron los aumentos,
los que reciben el mayor rechazo popular.
Es una situación inédita, pues
obviamente, es ella la responsable de la conducción económica del país y quien ha aprobado los
gastos para los eventos futbolísticos. Es la responsable del preocupante
aumento en la inflación, estimada en un 6.5 por ciento para el presente año. En
Venezuela, solamente en el mes de mayo la inflación creció en un 6.1 por
ciento. En estas tierras “bendecidas por Dios”, pero castigadas por los
descendientes de Adán, no se han agitado las aguas del descontento popular.
De todas formas, hay una
preocupación en los medios oficialistas brasileños, porque faltan 15 meses para la
realización de las elecciones presidenciales, donde seguramente Dilma se
presentará como candidata. La mayor preocupación radica en las posibles
manifestaciones que puedan presentarse durante la realización del Mundial de
Fútbol el próximo año, lo cual puede afectar duramente la imagen de “tranquilidad”
para los inversionistas, que trata de vender el Gobierno. En consecuencia,
también la imagen de la Presidenta,
quien ya suspendió el viaje oficial que debía iniciar a Japón el próximo lunes
25 del presente mes.
Un punto relativamente positivo a
favor del oficialismo es que el partido opositor PSDB, que gobierna Sao Paolo, cuyas autoridades reprimieron brutalmente a los manifestantes,
mientras el Partido se mantuvo al margen.
Mirando el futuro inmediato.
Mientras celebra la “victoria”
porque logró la eliminación del aumento al transporte urbano, el equipo que
orienta al Movimiento pase Libre estudia los siguientes pasos a seguir.
Obviamente quiere capitalizar esa “victoria”, lograda según muchos analistas
porque el Gobierno Nacional presionó para la derogación del aumento, porque las
protestas se realizaban en el momento en que miles de visitantes llegaron a presenciar
la Copa de Confederaciones. Consideran que pasado el evento, las aguas volverán
a su nivel y el gobierno central será
poco permisivo.
El problema del transporte no se
ha resuelto, especialmente en cuanto a la calidad del servicio. Amplias áreas
de las ciudades no son cubiertas y en otras, los ciudadanos sufren largas
esperas. El sector privado ha manifestado que no está en capacidad de mejorar
la situación sin un aumento del costo de los pasajes.
Probablemente, las
gobernaciones recurrirán a los subsidios que normalmente llevan a la corrupción
y solo postergan el problema.
El Gobierno continuará aportando los recursos para la realización
del Campeonato Mundial de Fútbol y en la medida en que se acerque la fecha de
inauguración, la “torcida” se preocupará mucho mas por la realización del espectáculo y el
comportamiento de su Selección, que de ocupar las calles para reclamar mejor
atención a sus problemas del día a día.
Por supuesto que existe un
descontento, pero todavía no es significativo, aunque ha
prendido algunas luces todavía amarillas.
Los Partidos Políticos, especialmente el PT, tratarán de arropar las
reivindicaciones, en la clásica actitud de “cambiar rápidamente para que todo
quede igual”. En consecuencia, es predecible que Dilma lance su candidatura y
obtenga un holgado triunfo.
Asi que en Brasil, los “indignados” como ha sucedido
en España, seguirán presentes pero no determinantes para lograr cambios de
políticas. Falta mucho para “estar mejor”, porque por ahora, son muchos más los resignados.
Venezuela. Junio 2013. Carlosmoris@cantv.net.
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